"Una de las claves fue la falta de un núcleo conceptual que identifique a su propio gobierno. Lo que algunos llaman la falta de relato"
La profunda crisis que hoy padece la derecha es multicausal, pero a estas alturas con el gobierno en salida, se pueden observar algunos elementos comunes que pueden ayudar a explicar mejor la complejidad de dicha situación.
Uno de los más importantes factores que desató esta crisis, fue la falta de un núcleo conceptual que identifique a su propio gobierno. Lo que otros han llamado la falta de relato, lo que reclamó Pablo Longueira en su momento, el sello distintivo que todo gobierno debe tener y por el cual debe ser reconocido y recordado. La idea originalmente instalada sobre un "gobierno de excelencia", más bien, fue un antojo generado por el narcisismo político que embarga a un sector de la derecha, que ve en lo "técnico" un camino superior a lo político para hacer un buen gobierno. La excelencia se derrumbó a poco andar del gobierno, y no tuvo cabida ni siquiera en su sector como relato aglutinador. Más aún, sólo ha servido para caricaturizar a este gobierno cuando comete errores, con hechos tan lamentables y irrisorios, como la falla al instalar al revés los "brazos" del puente Cau Cau.
Un segundo factor detonante de esta crisis es el divorcio existente entre el Gobierno y los partidos políticos de la Alianza. No hubo sintonía, menos complicidad, los partidos de la Alianza no se vieron "en el Gobierno", no se sentían identificados con quienes estaban ahí. El pendrive y los ministros gerentes, fue la primera señal de distancia entre partidos y Gobierno. Esto tuvo su coronación con las constantes "salidas de madre" del presidente del partido político del Presidente de la República. Renovación Nacional no estuvo a la altura de las circunstancias, con razón o no, se farreó la posibilidad de salir fortalecido de su paso por el Gobierno, muy por el contrario, cada día que pasa, se profundiza la distancia entre RN y el Presidente de la República.
Un tercer factor fue la soberbia y la falta de afecto en su forma de gobernar. Frases como "hemos hecho en 20 días lo que otros no hicieron en 20 años", "somos un Gobierno de excelencia" "somos un Gobierno 24/7", "haremos una verdadera revolución descentralizadora", sólo contribuyeron a que se ponga más atención en sus errores que en sus aciertos. Sumado a lo anterior, estuvo la forma "torpe" de comunicar la acción del gobierno.
Todos estos factores contribuyeron a que el Gobierno nunca pudo actuar como un equipo, sino que como un agregado de liderazgos que en el gobierno replicaron el eterno problema de la alianza: su incapacidad de ser aliados.
Doctor en Ciencia Política