Escultor muestra obras creadas a base de copas y campanas
arte. El artista José María Vásquez presenta sus creaciones interactivas en el Museo Surazo y explica que están inspiradas en lo bueno y lo malo.
"Copas y Campanas" se llama el proyecto que hace tres años comenzó a ejecutar el escultor capitalino José María Vásquez Toro, de 48 años.
Esta iniciativa la ideó luego que un amigo suyo se casara. Antes de la ceremonia, según su relato, sonaron las campanas y luego llegaron las copas para la celebración.
Lo mismo ocurrió al tiempo después cuando murió otro amigo suyo, donde sonaron las campanas y las copas también trinaron, lo que despertó en el autor las ganas de utilizar estos dos conceptos en su trabajo, ya que según explica, están asociados a la dualidad que existe entre lo positivo y negativo, la alegría y la tristeza, o también la vida y la muerte.
Y fue esta exposición de 14 esculturas de diferentes tamaños la que inauguró ayer el escultor capitalino en el Museo de Artes Visuales Surazo, ubicado en calle Matta esquina Bilbao, y que estará disponible hasta el 30 de enero de 2014.
Según explica, "las copas están en la mayoría de las culturas, al igual que las campanas, por lo mismo quise tomar ambos elementos y trabajarlos en esculturas, incorporando también elementos como el fierro, piedra, madera y vidrio, con la técnica de forja en frío".
Las afinidades que se encuentran ligadas a estos dos elementos inspiran el proyecto y son la base que funda su realización.
Las fiestas, casamientos, velorios, coronaciones, victorias y derrotas amarran el singular coloquio de estos dos objetos, tanto en sus sonidos como en su simbología.
"Estos dos elementos son transversales. Están presentes en todas las culturas y en sí forman parte de lo bueno y de lo malo, están presentes en situaciones disímiles u opuestas. Se brinda cuando hay pena o gloria y la campanas suenan también por lo mismo", detalló el escultor.
INTERACCIÓN
INTERACCIÓN
En la mayor parte de las exposiciones, tanto de esculturas como pictóricas, el público sólo está limitado a contemplarlas, ya que no se pueden tocar ni interactuar con ellas.
Por lo mismo, el autor busca a través de este proyecto entregarle un sentido distinto, donde la idea es que el público pueda interactuar con ellas, ya sea tocándolas e incluso que puedan hacerlas sonar.
"No hago esculturas para que las miren de lejos. Quiero que se puedan tocar, hacerlas sonar, sacarles fotografías, en general que el público se sienta parte del trabajo y pueda explorar", argumentó.
Por ello desea que a su exposición acuda el máximo de público posible, desde estudiantes hasta adultos mayores.
"Incluso, personas no videntes tienen la posibilidad de imaginar a través del tacto las figuras que están en exhibición y eso generalmente no ocurre. Los jóvenes, de acuerdo a las otras exposiciones, han disfrutado mucho la muestra, porque han interactuado, se han atrevido", aseguró José María Vásquez.
Comentó que esta exposición ya estuvo presente en ciudades como Santiago, Pichilemu, Talca y Linares y la idea es que se pueda exhibir en otras ciudades del sur.
"La idea es formar arraigo en las personas. Que en los espectadores vaya quedando un sonido y una forma. Que quienes vean la exposición, puedan retener imágenes ligadas a estos dos conceptos o elementos", aseguró.
José María Vásquez extendió la invitación para que la comunidad visite sus la muestra y pueda interactuar con sus obras.
"Estos dos elementos son transversales. Están presentes en todas las culturas y en situaciones disímiles u opuestas".
José María Vásquez
Escultor
datos
Hace 3 años el artista capitalino comenzó a ejecutar este proyecto con el que ha itinerado por diversas ciudades.
Ayer se inauguró esta exposición que es abierta y con entrada liberada para toda la comunidad.