El emotivo festejo del campeonato de O'Higgins de pastor osornino
fútbol. Gerson Candia perdió a su hermana Arleth en accidente de la barra celeste. Además, el médico Alejandro Baeza, nacido en Rancagua, dijo que "a este equipo lo llevo en el corazón".
"Ella está en un lugar mejor. Y desde allí celebró, estoy seguro. Me acuerdo que hablamos luego de que O"Higgins perdiera el título contra Universidad de Chile el año pasado y ella, llorando, me dijo que lo iban a lograr pronto. Debe estar feliz".
Emocionado, el pastor de la Iglesia Evangélica de Reconciliación, Gerson Candia (35), cuenta sus emociones tras el título logrado este martes, donde el elenco celeste venció por la cuenta mínima a Universidad Católica y se quedó con la corona de Chile, la primera en su historia. Y donde varios oriundos de la Sexta Región celebraron a la lejanía en nuestra ciudad.
Rancagüino desde la cuna, estudió Periodismo en Santiago y por razones laborales se vino a nuestra ciudad hace algunos años. Aunque reconoce que no es un fanático ferviente del fútbol, cuenta que esta final la vivió de una manera especial. Y no es para menos: su hermana, Arleth Belén Candia Morales, de 25 años, fue una de los 16 hinchas de O"Higgins (la única mujer) que fallecieron en el accidente de un bus que desbarrancó a una altura de 150 metros en la Cuesta Caracol en la comuna de Tomé, a principios de febrero, tras haber apoyado a su equipo en el partido que jugó contra Huachipato en la Región del Bío Bío.
sentimientos
En el living de su casa, ubicada en el kilómetro 3,5 camino a Puerto Octay y rodeado de la naturaleza del lugar y de su familia, Candia mira con cariño una fotografía de su hermana, sonriendo. "Siempre estaba sonriendo. Era una enamorada de la vida", cuenta con orgullo.
Eso sí, reconoce que al momento en que pasó el accidente y aunque siempre celebró y sufrió con O"Higgins, por ser el equipo de su ciudad, tuvo una mezcla de sentimientos que lo hicieron botar todo lo relacionado al club.
"Sentí rabia, fue algo muy fuerte. No sé, vi que en el fondo el club me la quitó, porque ella estaba con la hinchada y habían ido a un partido. Cuando se hizo la misa en Rancagua y entró un grupo de hinchas con banderas y cantando, los eché. Reconozco que tenía rabia, fueron muchos sentimientos encontrados". Antes de lo que sucedió, tenía gorros, poleras y distintivos del "Capo de Provincia". Luego de eso, todo desapareció.
La última vez que estuvo con Arleth y toda su familia fue en el verano, dos semanas antes del deceso. La joven había dado su examen de graduación de la carrera de Pedagogía Básica y su proyecto era venirse a vivir al sur con sus papás, que tenían esa idea en mente. Por eso, cuando ocurrió el accidente, sus padres quisieron cumplir el sueño y actualmente residen en Frutillar.
"Los tengo cerca y disfrutamos mucho estar en familia. Tengo un hermano en Santiago y mi hermana está en Rancagua y somos muy unidos. Ella sigue estando con nosotros", cuenta Candia, recordando a su hermana menor.
Y a mediados de este año, nuevamente las heridas se abrieron cuando se realizó la ceremonia de titulación de Arleth. Por supuesto, las lágrimas de emoción y orgullo no se aguantaron.
"Le tenía mucho amor a los niños, por eso eligió esa profesión. Incluso algunos sobrevivientes del accidente cuenta que ella lanzó a algunos niños hacia fuera del bus, para salvarlos. Era súper movida, organizó bingos por O"Higgins y acompañaba al equipo donde fuera", recuerda el pastor.
Incluso la relación de Arleth con sus hijos, Emilia (3) y Renato (6 meses), fue especial. "A la Emilia le estaba enseñando los gritos de la barra", comenta riendo Candia. Y su esposa, Marta, recuerda que luego de fallecer, encontraron en la pieza de la joven un cuadernos con una lista que decía "nombres para mi sobrino. Fue muy emocionante. De allí sacamos el nombre "Renato". En el fondo, ella bautizó a su sobrino", contó.
FAMILIAR
Nacido y criado en Rancagua, el médico cirujano y ex concejal Alejandro Baeza reconoce estar feliz con el título de O"Higgins. Pero, eso sí, aclara dos puntos importantes: "soy osornino adoptado, me vine en el año 1977 acá y me siento un sureño más. Y lo otro, mi equipo primario es la Universidad de Chile, por dónde estudié, por mi familia, que son todos azules".
Pero indica que "O"Higgins es una institución especial para mí, mi abuelo Liborio Soto fue socio fundador, mi familia está en Rancagua, mi hermano estaba en el estadio. Es un equipo que llevo en el corazón y celebré el logro".
Claro que cuando juega la U y O"Higgins, en su familia es un drama. "Si gana la U mi mamá me reta y si gana O"Higgins me llama para molestarme", cuenta entre risas, en su consulta en el Hospital San José.
-¿Qué le parece que hayan logrado su primer título?
-Tengo muchos amigos de la UC, pero creo que equipos que no hayan tenido triunfos de este tipo los tengan es muy bueno. Por último, a la UC le queda que ellos ya tienen varios triunfos y para O"Higgins es el primero. Y además está el hecho de haber perdido a esos hinchas en el accidente, lo que le entrega un valor emocional importante.
Agregó que el club celeste "ha hecho bien la pega, Abumohor, Berizzo para qué decir. Ojalá que se puedan reforzar y tener una buena presentación en la Copa Libertadores".
-¿Y qué le pareció la final?
-Fue duro, partió bien O"Higgins hasta el gol y luego se fueron para atrás y jugaron al contragolpe. Y la Católica atacó una y otra vez y mostró los cojones suficientes para decir que querían el título, pero la defensa y Garcés lo impidieron. Fue un triunfo bien íntimo, en la casa no más.