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Anuncio de bono por nivel de urea en la leche inquieta a productores y expertos

economía. Los dirigentes del rubro lácteo expresaron su sorpresa por la inclusión de este factor en la pauta de pagos, pues señalan que no es considerado en ninguna otra parte del mundo.
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La última pauta de pago publicada por Nestlé en Chile -la tercera planta con mayor recepción de leche del país- considerará por primera vez un bono de eficiencia nutricional de las vacas productoras, que se determinará según el nivel de urea en la leche fresca.

La presencia de urea en la leche está asociada a los niveles de proteína solubles y energía aportados en la dieta de cada animal. Un exceso o disminución de la urea láctea, puede indicar un desbalance nutricional en la proporción de proteína y energía en la dieta del animal.

Los productores que quieran acceder a este bono de $3 por litro de leche, que comenzará a regir a partir del 1 de marzo de 2014, deberán entregar una leche cuyos niveles de urea alcancen un estándar entre los 150,01 y 300 miligramos por litro de leche fresca.

reacción

Esta situación inédita en el mercado lácteo, causó inquietud y rechazo en el gremio productor, ya que argumenta que en ninguna otra parte del globo -incluso en los principales países productores de leche-, se consideran los niveles de urea en la leche como bono en la pauta de pagos, ya que no es un aspecto que mide directamente la calidad del producto.

"Estos parámetros no son utilizados ni siquiera en los países lecheros más industrializados del mundo, y hoy se los están exigiendo a los productores chilenos. Este índice en nada afecta al producto final, y sin embargo, aumenta sustancialmente los costos para los productores", sostuvo el representante de la Asociación Gremial de Productores de Leche (Aproleche) Osorno, Dieter Konow.

Por su parte, Juan Horacio Carrasco, presidente de la Federación Nacional de Productores de Leche (Fedeleche), también rechazó este concepto de pago de bono, ya que asegura que este aspecto no discrimina sistemas productivos, ya sea intensivos o pastoriles.

"Los parámetros que utiliza Nestlé están bastante alejados de la realidad que hoy día representa un sistema de producción de leche en base a pastoreo", dice Carrasco, ya que en la temporada de primavera es donde la producción de pasto está en su peak y la generación de proteínas es muy alta; por lo tanto, es muy fácil que suban los niveles de urea en la leche, incluso los cambios de potreros pueden influir en sobrepasar los 300 miligramos por litro de leche fresca.

"Es muy común que se nos suban los niveles de urea, pero eso no quiere decir que las vacas sufran algún tipo de intoxicación", remarca el timonel de Fedeleche.

En todo caso, desde la federación gremial ya solicitaron estudios y una revisión bibliográfica de los índices de urea en base a los sistemas productivos en Chile, para que éstos sean entregados a los máximos ejecutivos de Nestlé en Chile, que es la única firma que aplica este factor de bonificación.

Por su parte el gerente de Aproleche, Michel Junod, sostuvo que este factor es irrisorio, porque no mide la calidad de la leche. El problema, dijo, es que con este tipo de requerimientos se causará un impacto en las remuneraciones de los ordeñadores, ya que los trabajadores reciben una bonificación de acuerdo a la pauta de pago de la industria y si ésta es más exigente, también lo es para los obreros agrícolas.

experto

Fernando Klein, ingeniero agrónomo y doctor en nutrición de vacas lecheras en base a pastoreo, sostuvo que este nuevo factor de bonificación viene a producir dos situaciones que repercutirán en una menor eficiencia en los sistemas productivos.

En primera instancia, solicitar un estándar de 150 y 300 miligramos de urea por litro de leche fresca, se exige de manera indirecta que los productores tengan que reducir la cantidad de fertilizantes en las praderas; por ende, producir menos forraje. Y en segundo lugar, baja el rendimiento de litros de leche por vaca.

A juicio del doctor en nutrición animal, es muy difícil llegar a las condiciones estándares de urea que exige la industria, básicamente por las características de los sistemas pastoriles.

pastoreo

Específicamente, al alimentar los animales con praderas, el predio funciona según la generación de pasto -ballica y trébol blanco-, con mayores niveles de fertilización que involucran altas dosis de nitrógeno, las cuales generan un aumento de proteínas en las praderas y, por ende, mayor concentración de urea.

"Entonces el productor, al buscar ser más eficiente, aplica más nitrógeno para obtener una mayor producción de forraje, por ende una mayor producción de leche por hectárea. Pero eso -dice- lleva a tener niveles más altos de urea en la leche, porque las vacas comen un forraje que tiene más proteínas solubles", explicó Klein.

Al tratar de contrarrestar esos altos niveles de urea en la leche se generará un aumento de costos, porque se tendrán que reducir los kilos de pasto de praderas y reemplazarlas por granos o ensilaje de maíz, lo cual es mucho más caro.

Por lo tanto, con esta nueva pauta de pago, Klein sostuvo que "nos están diciendo, indirectamente, que produzcamos menos leche, ser menos eficientes y subir los costos de producción".