Un estudio alemán reveló que los hábitos de sueño de las personas no sólo son determinados por la genética y el estilo de vida que se lleve, sino que también por la estructura del cerebro.
La investigación, desarrollada por científicos de la Aachen University de Alemania, encontró evidencia de que las personas noctámbulas y las madrugadoras (o que se levantan temprano) presentan estructuras cerebrales distintas, según consignó el medio online "Huffington Post".
Para llegar a esta conclusión, los investigadores escanearon los cerebros de 59 hombres y mujeres con distintos hábitos de sueño: 16 eran madrugadoras, 23 eran noctámbulas y 20 eran durmientes "intermedios", es decir, se encontraban en un punto medio entre los primeros y los segundos.
Los expertos descubrieron que en comparación con los madrugadores y las personas con hábitos de sueño intermedios, los noctámbulos presentaban una cantidad de materia blanca inferior en varias zonas del cerebro.
La materia blanca es un tejido graso que se encuentra en el cerebro y que facilita la comunicación entre las células nerviosas.
La disminución de materia blanca es a menudo vinculada con la depresión y distintas alteraciones en la función cognitiva normal.
La causa de esta diferencia de cantidad de materia blanca entre los noctámbulos y las personas con otros hábitos de sueño aún no está muy clara. Los investigadores especulan que la disminución de este tejido graso puede ser resultado de un "cambio de horario social" crónico, que caracteriza los efectos de las rutinas de sueño-vigilia de muchas personas noctámbulas.
Según indicaron los autores del estudio, la gente que está propensa a levantarse tarde y dormirse tarde, a menudo se encuentra con constantes horarios irregulares que requieren de rutinas que comiencen temprano.
Esta situación puede llevar a los noctámbulos a una carencia crónica de sueño y a experimentar los mismos síntomas de una cambio de horario forzado (fatiga e insomnio durante el día, dificultad para concentrarse, dolor físico e incomodidad).
La investigación indica que las personas que se levantan tarde tienen un riesgo mayor de sufrir algún tipo de depresión.
Estudios anteriores han mostrado también que las personas noctámbulas son más propensas a consumir tabaco y alcohol en cantidades importantes, y además tienen una tendencia mayor a comer más y a llevar dietas menos saludables, en comparación con las personas que se levantan temprano.
lo bueno de trasnochar
Sin embargo, hay investigaciones anteriores que han mostrado que trasnochar no siempre es malo.
Hubo un trabajo científico que sugirió que las personas noctámbulas son más productivas que las que se levantan temprano, y además conservan más vigor y resistencia a lo largo del día.
Otros estudios han mostrado que los trasnochadores presentan mejores habilidades analíticas y de razonamiento que las personas que se levantan temprano.
Además, quienes se levantan tarde tendrían más posibilidades de ser exitosos en lo económico y lo profesional, en comparación con la gente que madruga.
El estudio de los expertos alemanes es el primero que ofrece evidencia de las diferencias neurológicas entre las personas con distintas tendencias de sueño.
No obstante, otro estudio mostró que levantarse temprano o tarde está íntimamente relacionado con diferencias biológicas y genéticas. De hecho, un grupo de científicos descubrió hace un tiempo un gen que, a modo de "alarma", activa el reloj biológico del cuerpo.
Sueño y genética
Varios estudios científicos en los que participaron gemelos han demostrado la existencia de factores genéticos en varios aspectos del sueño, incluyendo la sincronización circadiana y las preferencias horarias para levantarse y quedarse dormido. Científicos también han revelado diferencias en la función metabólica del cerebro entre madrugadores y noctámbulos. Estas variaciones fueron detectadas en regiones del cerebro que están involucradas en el estado de ánimo.