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Paneles solares permiten que 61 familias tengan acceso al agua

Déficit hídrico. La comunidad Lafquenmapu de San Juan de la Costa es parte de un innovador proyecto de riego asociativo que les permite mejorar los rendimientos de sus huertos e invernaderos en una zona donde la escasez de agua dificulta la actividad agrícola.
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El camino parece estar trazado y apunta a encontrar soluciones inteligentes para problemas emergentes en el sur del país, como por ejemplo, la forma en que se abordará la creciente escasez de agua para la agricultura o la falta de electricidad en las localidades más apartadas.

La respuesta en muchos casos surgió mirando hacia el sol y considerando este tipo de energía como una alternativa viable para esta parte de Chile. Así, los paneles fotovoltaicos han comenzado a masificarse en las regiones del sur y con distintos usos.

Riego

La generación de energía que hace funcionar un innovador sistema de riego que utilizan 61 familias de la comuna San Juan de la Costa es un ejemplo de la utilidad que se le da a este tipo de energía, que hace posible la extracción e impulso del agua desde las vertientes cercanas a los huertos de los agricultores.

Con este sistema, Ximena Antriao riega un invernadero donde plantó arvejas, acelgas, cilantros y lechugas. Se trata de una pequeña producción que luego vende en la Feria Libre de Rahue y hace crecer el ingreso familiar.

Sin embargo, hasta el año pasado, esta campesina de la localidad Lafquenmapu producía un volumen menor de hortalizas, pues tenía problemas para acceder al agua. Dependía de la lluvia y de los litros que extraía de una vertiente cercana, déficit que aumentaba en verano por la escasez de precipitaciones y las altas temperaturas.

Desde que usa el sistema de riego por las tardes, entre cinco a diez minutos al día, ya ha logrado sacar tres cosechas de verduras y elevar su rendimiento.

El sistema se desarrolló a través de un proyecto de riego asociativo que involucró a la comunidad Lafquenmapu con el Instituto Nacional de Desarrollo Agropecuario (Indap) y que consideró la construcción de cuatro embalses a un costo de 166 millones de pesos que aportó la entidad pública.

La materialización de la iniciativa se extendió por dos años y fueron los integrantes de la comunidad los que aportaron mano de obra para construir los embalses y hacer un camino en medio de las quebradas.

Fue en marzo de 2012 cuando se pusieron en marcha los primeros tres embalses, los que operan a través de un sistema de distribución de agua por efecto gravitacional. El cuarto, en tanto, funciona a través de generación eléctrica obtenida con los paneles fotovoltaicos, el cual se colocó en marcha hace 15 días.

La particularidad de este sistema de energía renovable no convencional es que integra paneles solares que se mueven de acuerdo a la dirección del sol con el propósito de captar mayor energía lumínica -hasta el doble de la energía que un sistema fotovoltaico normal- dándole capacidad de bombeo hasta 70 mil litros de agua en época de verano.

Juan Carlos Huenupán, presidente de la comunidad Lafquenmapu y promotor de este sistema, señala que para concretar el proyecto todos pusieron su mejor esfuerzo, tuvieron que limpiar quebradas, trasladar ripio y cemento en medio de la cordillera para construir los miniembalses, tanto en altura como la parte baja de las quebradas.

Luego debieron construir 28 kilómetros de zanja donde se instalaron las cañerías que distribuyen el agua desde un estanque australiano de gran magnitud (56 mil litros) hasta las casas apostadas en medio de las quebradas y ubicadas a varios kilómetros una de otra.

UN LOGRO

El sistema permite regar una superficie potencial de 7,26 hectáreas, todo un logro para las 61 familias de la comunidad, ya que para ellas la incorporación de esta tecnología se tradujo en un gran cambio en su calidad de vida.

Erminia Queupuyao es una de las beneficiadas con el sistema. A sus 67 años señala que luego de su incorporación dejó los baldes de plástico con los que transportaba agua a su huerta.

"Era un sacrificio enorme acarrear el agua con baldes y desde un pozo que estaba a un par de metros de la casa. Pese a que regaba mis plantitas con un jarro, el calor me ganaba y finalmente las secaba", cuenta la pequeña productora.

Ahora, por cierto, le puede sacar mayor provecho a su invernadero y plantar verduras que antes no producía por la falta de agua, como espinacas y lechugas, las que comercializa luego en la Feria Libre de Rahue por lo menos una vez al mes. Además, produce flores que son el insumo para los arreglos florales que vende en las ferias costumbristas.

María Treumún también es integrante de la comunidad Lafquenmapu y beneficiada con el nuevo sistema de riesgo que le permitió aumentar su producción de flores.

"Hay mucha diferencia, porque antes tenía que tirar agua con baldes y mis plantas casi no se daban, ya que era poca el agua. Ahora que contamos con el riego, las flores crecen más bonitas, grandes y con un color intenso", comenta María Treumún, quien hace arreglos florales y los vende en la Feria Libre de Rahue y el Pueblito Artesanal de Osorno.

Como el resultado ha sido positivo, ya proyecta construir un nuevo invernadero para plantar más flores y aumentar su negocio.

"Ahora que tenemos más agua la idea es seguir aumentando la producción, eso nos permite hacer crecer los ingresos de la familia", dice la productora que trabaja con cinco variedades de flores.

Energías no renovables

Los paneles fotovoltaicos que instalaron en Lafquenmapu son los primeros que operan con paneles que se mueven en la dirección de sol, especifica el director regional de Indap, Claudio Ernst. Señala que el año pasado se dio inicio a la construcción de sistemas de riego con tecnología solar con dos proyectos pilotos en San Pablo y Maullín, aunque en esa ocasión se usaron dispositivos estáticos.

La habilitación del sistema es gratuito para las familias de la comunidad indígena, pero ellas deben responsabilizarse de la mantención de los equipos y cuidar los alrededores de los paneles, para que las malezas o los arbustos no impidan el desplazamiento de los tableros solares.

Asimismo, los embalses deben mantenerse limpios, pues son bombas sumergibles de alta eficiencia y requieren mantención periódica que debe hacerse cada siete días. Una tarea que está a cargo de los productores del lugar y se desarrolla por un calendario de trabajo.

Claudio Ernst señala que la tendencia apunta al aumento de la generación energética a través de energías renovables no convencionales, como es el caso de la energía solar.

Con ello se busca evitar que las familias de pequeños agricultores asuman un gran costo por el uso de sistemas de riego, los que necesariamente operan con electricidad convencional para bombear el agua. Un factor que generó problemas en el sector de Trosco, en San Juan de la Costa, donde las familias tienen que asumir las cuentas mensuales por este concepto, lo que encarece el sistema.

Para ese año Indap espera implementar 10 proyectos de riego de mayor envergadura con paneles fotovoltaicos de 20 y 30 metros cuadrados de extensión. Mientras que para 2014 se proyecta instalar 30 sistemas cuyo funcionamiento se hará con energías renovables no convencionales.

"En 2012 comprobamos que la energía solar funciona muy bien en nuestra zona y bombea más agua cuando hay más sol", manifiesta el director regional de Indap.

Con resultados que avalan la alta eficiencia del sistema de riego basado en paneles solares, Indap de Los Lagos incentivará su uso en los sectores más apartados.

"Es inevitable que el costo de la energía siga subiendo y hay que pensar en alternativas y Los Lagos tiene un gran potencial para sacar provecho de diferentes tipos de energías no convencionales, como las ruedas hidráulicas, los paneles solares y sistemas eólicos, entre otros", sostiene Ernst.