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La extenuante travesía de 140 kilómetros de los vecinos de Las Gaviotas para llegar a las urnas

Sacrificio. Más de 55 lugareños del sector más apartado de Puerto Octay realizaron un largo viaje en bus y barcaza para emitir su sufragio. Algunos caminaron hasta dos horas y media para alcanzar el barco y navegar por el lago Rupanco. Aquí sus historias.
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El matrimonio de Iris Ovando y Leonel Fuentealba caminó durante la jornada del sábado dos horas desde su casa en el sector de Laguna Los Quetros hasta el puerto de Las Gaviotas.

La pareja de adultos mayores recorrió el sendero que existe entre los dos lugares, para así llegar a la media tarde y prepararse para el día de las elecciones.

Los Fuentealba-Ovando poseen cerca del embarcadero una pequeña bodega, donde además de guardar herramientas y otro tipo de enseres, mantienen una cama de una plaza y media, a fin de utilizarla para este tipo de ocasiones.

"Menos mal que no llovió y el día estuvo agradable para caminar. Descansamos bien en la cama, aunque sea pequeña para nosotros dos. Casi no nos movimos", cuenta sonriendo la lugareña, quien viajó con un bolso de mano al igual que su esposo, ya que luego de sufragar en Puerto Octay, el itinerario era Osorno, a fin de visitar a familiares.

Tal como ellos, más de 55 vecinos de esta zona de la provincia protagonizaron un viaje esforzado, donde el objetivo central era emitir su sufragio, sintiéndose partícipes del principal acto cívico del país.

Todos, uno solo

Jaime González (42 años) fue el elector que provenía del punto más apartado de Las Gaviotas conocido como "El Borracho".

Este hombre soltero vive de la crianza de animales, de la extracción menor de madera y pequeñas plantaciones.

Animado por su convicción cívica, tal como el matrimonio de adultos mayores, recorrió cerca de tres horas hasta llegar al puerto. Para evitar levantarse muy de madrugada, hizo el trayecto el sábado, siendo hospedado en la vivienda del presidente de la Junta de Vecinos, Oscar Mansilla.

Ante la consulta de por qué el sacrificio si la votación ahora es voluntaria, González respondió convencido: "Es un deber, de lo contrario no hubiera venido", expresó.

El viaje de los pobladores de Las Gaviotas es uno de los que requiere de una fortaleza a toda prueba, ya que los lugareños que están cerca del puerto deben levantarse, en promedio, a las cinco de la mañana, para estar antes de las 6.30 horas, que es el horario de partida de la barcaza.

La embarcación salió ayer a esa hora con rumbo al puerto El Buey (distante a 12 kilómetros) hasta donde arribó a las 7.30 de la mañana con los más de 55 electores, que en su mayoría eran adultos mayores.

Allí, un bus contratado por el alcalde Carlos Mansilla los esperaba para emprender viaje hasta Puerto Octay.

En total, recorrieron poco más de 70 kilómetros, el que culminó a las 9.45 horas en la plaza de la comuna.

"Este es el sacrificio que hacemos todos nosotros. Necesitamos un camino hasta Las Gaviotas. Sólo falta trabajar 3 kilómetros y medio. A veces no podemos sacar nuestros animales cuando queremos venderlos en la feria. Eso es lo que debe preocupar a las autoridades", comentaron Amado y Moisés Segovia, padre e hijo.

El presidente de los vecinos de Las Gaviotas fue el que organizó el largo recorrido, destacando la voluntad y gesto cívico de las familias.

"Es destacable lo que hacemos. No queremos estar fuera de este hito para el país. Por eso vale la pena", comenta Oscar Mansilla.

Bus repleto

La máquina de pasajeros contratada por el alcalde subió a todos los habitantes de Las Gaviotas, iniciando el trayecto que pasaría por El Poncho.

Aquí, un puñado de lugareños esperaba el bus, subiéndose el matrimonio de Osvaldo Nauco y Marta Canquil.

Ellos estuvieron en pie a las seis y media de la mañana y salieron desde Bahía Escocia, distante a unos 3 kilómetros del puerto El Poncho.

"Llegamos caminando para esperar el bus. Vamos a votar para que no regresemos en diciembre. Además, a mi me pasó hace años que una vez voté y me llamaron del juzgado porque decían que no había ido ese día", relata Osvaldo.

Los adultos mayores aprovecharon el tempranero recorrido del bus, no esperando el que puso la gobernación provincial, que tenía como horario de partida las 8.30 horas.

De esta forma, el bus arrendado llevó más de 70 pasajeros, ya que a los lugareños de Las Gaviotas se unieron un par de El Poncho y de otros sectores aledaños.

"Me arrendó la máquina el alcalde Mansilla. La idea es llegar cerca de las 10 de la mañana y luego regresar al puerto de El Buey como a las 12.30 horas", contaba el chofer Patricio Arriagada Muñoz.

Padre e hijo

Egon Soto Carrillo, de 70 años, ha faltado a tan solo una elección en toda su vida.

Fue en noviembre de 2005 cuando sufrió la fractura de sus dos piernas, luego que un tronco de alerce le cayera encima.

"Estaba trabajando con mi hijo y se me cae ese madero. Tras esperar por cuatro horas arriba en el monte, me sacaron por angarilla (camilla para transportar a pulso enfermos). Luego estuve siete meses en el hospital recuperándome", recuerda el lugareño rupanquino.

Junto a su hijo Patricio, de 42 años, trabajan en madera y en la crianza de animales. Ambos viven en El Poncho y esperaron la salida del bus de las ocho y media de la mañana.

"Esa vez estuve tentado en dejarlo ahí. Era mucho trabajo sacarlo, pero como el palo estaba bonito hubo que hacer el sacrificio", cuenta entre carcajadas el hombre.

Ambos piensan que votar no es una responsabilidad, sino que es un deber con el país.

"Antes no me gustaba porque era obligatorio votar. Ahora, sin la presión esa, uno va porque quiere hacerlo", dice Patricio Soto.

Padre e hijo conversan animadamente con los vecinos cercanos. Aunque son reservados a la hora de entregar una opinión política, los dos apuestan por venirse sentados en el viaje de vuelta, porque no se quedarán con "cola".

"Nooo. Nos venimos sentaditos. Estamos claros por quien vamos a votar. Lo importante es tener eso, sino mejor nos quedamos en la casa", manifiesta Alfonso Soto.

Faldeos del puntiagudo

Arturo Rosamel Delgado Fuentealba, de 48 años, vive en los faldeos del volcán Puntiagudo y tal como algunos vecinos, caminó tres kilómetros para estar pasadas las 7 horas en la garita de pasajeros de El Poncho.

Este hombre vive solo, tiene animales y también desarrolla labores con madera.

"Con eso nos damos vuelta todo el año. Hoy me levanté como a las cinco de la mañana para que no se me vaya la micro", relata.

Al igual que el resto de los lugareños que viven cerca del lago Rupanco, se siente partícipe, siendo la elección una instancia única de inclusión para él.

"Yo voy a votar por cumplir un deber. Además, porque estamos en Chile. Tengo refirme mi voto y me podré sentar mañana (hoy)", dice entre risas Arturo Rosamel.

Al final de la jornada, los habitantes de Las Gaviotas, El Poncho o Bahía Escocia estaban en sus casas atentos a los resultados de las elecciones.

ruralidad

55% Del electorado de la provincia vive en zonas rurales. El más alto porcentaje está en San Juan de la Costa.

La totalidad De las comunas de la provincia tuvieron buses de acercamiento para los vecinos de los sectores rurales.

"Necesitamos un camino hasta Las Gaviotas. Sólo falta trabajar 3 kilómetros y medio. A veces no podemos sacar nuestros animales cuando queremos venderlos en la feria".

Amado Segovia

Vecino de Las Gaviotas

"Antes no me gustaba porque era obligatorio votar. Ahora, sin la presión esa, uno va porque quiere hacerlo".

Patricio Soto

Habitante de El Poncho

Buses arrendados y públicos

De acuerdo al programa de la Gobernación provincial, el bus de pasajeros saldría con los habitantes de Las Gaviotas a las 8.30 horas. Sin embargo, el alcalde de la comuna de Puerto Octay arrendó una máquina de pasajeros y coordinó con el presidente de la Junta de Vecinos del sector la llegada de los habitantes a las 7.30 horas al puerto El Buey. De esta forma, este bus llevó a la gran mayoría de los electores de esa zona que querían llegar temprano a sufragar, para luego retornar a primera hora a sus hogares.