El voto de los cristianos
"Cada cristiano y ciudadano debe votar por quienes sostengan una posición valórica más consecuente"
Esperamos que en esta ocasión la ciudadanía asuma su responsabilidad cívica y se acerque a las urnas a elegir a sus autoridades políticas.
Lo cierto es que se pueden tomar varias decisiones, una el ser indiferente, pensando que los cambios sociales y los niveles de injusticia son sólo una utopía; otros no tienen reflexión, sólo esperan pasivamente que las cosas sucedan; pero hay otros que creen importante levantar su voz y manifestar sus convicciones.
Cada cristiano y ciudadano debe votar por quienes sostengan una posición valórica más consecuente a nuestra fe, estamos capacitados por nuestra alta población cristiana evangélica de dar vuelta toda tendencia triunfalista, pues el porcentaje de evangélicos supera el millón de votantes. Eso significa que podemos dar vuelta cualquier elección.
Recomendamos que cada evangélico y persona que se considere cristiano, analice cuidadosamente las posturas, convicciones y programas de los candidatos a la presidencia, senadores, diputados y consejeros regionales. Somos consciente que cada persona tiene libre conciencia, y que nosotros no acostumbramos llamar a votar por alguien en especial, no obstante, frente al escenario político donde las propuestas anti valores han sido reiteradas, es necesario que los creyentes en Cristo voten con conocimiento pleno, pues al decidir votar estarán manifestando el rechazo o la aceptación. Por ejemplo, el aborto terapéutico es sólo un pretexto para justificar el crimen, eso significa ser cómplice de detener la vida que ha comenzado. Lo mismo sucede con el matrimonio igualitario que abrirá las puertas a la adopción de hijos por parejas homosexuales, lo que es un ataque directo al diseño de Dios.
Cada evangélico y ciudadano es libre de votar por cualquier candidato, pero deben hacerlo con pleno conocimiento de lo que creen y lo que esperan realizar en su mandato.
Tengamos presente que la democracia es buena, pero sin sólidos principios rectores, sin valores orientadores, presentará una salud endeble. Debemos elegir a las personas con criterio ético de los principios bíblicos rectores; si no es así, la libertad democrática no dará garantías responsables.