Al menos ocho personas murieron en la ciudad de Alangalang, en la provincia filipina de Leyte, cuando una turba de miles de sobrevivientes del tifón Haiyan asaltó un almacén gubernamental donde se guarda el arroz antes de su distribución entre los damnificados.
El portavoz de la Autoridad Nacional de Alimentación, Rex Estoperez, indicó ayer que las víctimas mortales perecieron el martes al derrumbarse uno de los muros del complejo durante el saqueo.
Cerca de cien mil sacos de arroz fueron sustraídos ante la impotencia de los miembros de la policía y soldados desplegados en la zona para mantener la seguridad.
El portavoz dijo que hay otros almacenes en la región, pero no dio la ubicación de éstos por razones de seguridad.
A pesar de que tanto el Ejército como la Policía Nacional han enviado refuerzos a la provincia del Leyte, los saqueos esporádicos continúan ante la urgente necesidad de víveres primarios de la población afectada.
Ayer, las Fuerzas de seguridad filipinas intercambiaron disparos con un grupo de hombres armados, todavía no identificados, para dispersar el saqueo de tiendas y almacenes de comida, agua y otros suministros básicos en el distrito de Abucay, parte de Tacloban.
Miles de personas formaban ayer interminables colas para recibir la ración de arroz y agua que las autoridades loca establecieron para cada afectado en los lugares habilitados para el reparto.
El tifón, que azotó el viernes a Filipinas, mató a diez mil personas según la ONU, aunque el Gobierno filipino negó que el número sea tan alto y lo cifró en 1.700, subiéndolo posteriormente a 2.200.
Entierros masivos para evitar epidemias
Cinco días después de que el tifón "Haiyan" arrasara las provincias centrales de Filipinas, las autoridades locales y organismos religiosos comenzaron a cavar fosas comunes donde enterrar a las víctimas mortales y prevenir así que broten enfermedades y epidemias. Al menos 150 cuerpos sin vida, ninguno de ellos identificados por las autoridades, fueron enterrados ayer en una fosa común cerca de la iglesia de Palo, en la isla de Leyte, según reportó el canal local "GMA".