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Jóvenes combinan música, baile y acrobacia practicando capoeira

arte. Un grupo de osorninos encontró en esta disciplina brasileña con raíces afro una buena alternativa para mantenerse en forma, relajarse y desarrollarse artísticamente.
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Arte marcial brasileño con raíces africanas que mezcla baile, música y acrobacias, la capoeira tiene literalmente de cabeza a un grupo de jóvenes osorninos que busca en este método de expresión corporal -que camufla la defensa con el baile- una buena opción para mantenerse en forma.

En eso están los hermanos Miguel Ángel (23 años) y Luis Sepúlveda (31 años) que son unos de los precursores de esta disciplina en la ciudad, a través de la escuela Capoeira Osorno, que hoy suma 10 integrantes aprendiendo este método.

Miguel Ángel Sepúlveda es profesor de Historia y Geografía y complementa la docencia de esta asignatura con el taller que imparte todos los lunes en el Centro Cultural Sofía Hott del Instituto Alemán, ubicado en la esquina de avenida Juan Mackenna con Cochrane.

"Desde hace 12 años que nos interesamos en esto, en ese tiempo un amigo de la Ulagos lo practicaba y nos comenzó a enseñar. En esa época también salió la película "Solo el más fuerte" -la que está enfocada totalmente sobre el tema de la capoeira- de ahí nos agarramos y decidimos practicarlo, como moda en un comienzo", cuenta Sepúlveda.

Luego vieron que también era una buena alternativa para acondicionarse físicamente y más tarde se interesaron en la cultura y música ligada a esta disciplina.

"En el Liceo Industrial de Osorno se creó un grupo hace ya varios años, pero con mi hermano nos salimos porque queríamos hacer un estilo de capoeira que es distinto, que se llama Angola, es menos acrobático y más ligado a lo africano", señala el joven.

Trabajo

El joven de 23 años dice que en el taller no sólo enseñan pasos o destreza física, también se incentiva a sus integrantes a aprender a tocar y manejarse con los instrumentos que se usan para interpretar ritmos propios de la capoeira. Entre ellos está el birimbao (instrumento de cuerda que es muy parecido al arco musical) al que se agrega el pandero, recorreco o guiro y el tambor denominado atabaque, entre otros.

"Se hace una rotación muy completa, a todos los alumnos del taller se les va enseñando a tocar los instrumentos, uno primero y luego pasan a otro", específica el profesor.

Asimismo, aprenden algo de idioma portugués para así lograr que la interpretación de las canciones sea más completa y también ir trabajando con sus integrantes diferentes facetas.

"Yo no lo defino como un arte marcial o danza, más bien como una expresión cultural nacida de los afrobrasileños, hay una historia cultural de por medio", apunta.

En las primeras clases se enseñan movimientos básicos y luego los participantes están listos para formar parte de una dinámica grupal.

Como en todo método, lo más importante es practicar con disciplina, tener ganas y llevar ropa cómoda.

Método integral

Hace dos años que el joven osornino Evans Reyes, de 19 años, integró esta práctica a su vida y motivado por su escasa masividad en Osorno, quería algo distinto y lo encontró. Le llamó la atención, sobre todo, por los movimientos propios de las artes marciales que se combinan con la música.

"Fui descubriendo que no solo era destreza física, sino que se mezclaba con música e instrumentos", cuenta.

Y además de divertirse, la capoeira lo relaja, lo llena de energía y le ayuda a mantenerse bien física y espiritualmente.

"Lo recomiendo, no es sólo saltar como quizás lo podrían ver algunos. Se trata de un método muy integral, una terapia. Me gusta bastante y además tiene una gran historia detrás", sostiene el joven integrante del taller de capoeira local.

Valeria Marín, de 31 años, es técnico en Enfermería y una de las alumnas del taller, hace 5 años se inició en la disciplina motivada por la mística que genera la historia de la capoeira.

"La música y destreza física de la capoeira siempre habían llamado mi atención, pero de a poco fui descubriendo otras cosas: es relajante, mantiene bien físicamente y mezcla la parte deportiva y cultural", apunta la joven.

Valeria Marín dice que para profundizar en esta disciplina ha viajado a congresos que se han desarrollado en el país.

"He viajado a Chillán y Santiago para aprender de los exponentes brasileños que han dictado seminarios en dichas ciudad. Compartir en estos eventos es una experiencia que sirve bastante, se aprende a desarrollar un arte que es tan bonito y completo", asegura la joven que practica esta disciplina afrobrasileña.