La llegada de Colón al nuevo continente marca el inicio de la epopeya colonizadora emprendida por España a partir de 1492.
Uno de los objetivos de esta empresa, donde España mezcló su sangre con el indígena y trasplantó su lengua y costumbres, fue la evangelización. Desde el oeste de Estados Unidos hasta Chiloé y la Patagonia, los jesuitas y franciscanos difundieron la fe cristiana.
Los hombres y mujeres venidos desde la península trajeron sus devociones y fiestas, las que asumieron los indígenas, con ritos y expresiones originadas en España y aún se conservan a ambos lados del "charco". De allá llegaron los primeros santos que tuvo América, como los laicos Toribio de Mogrovejo en Perú y Vasco de Quiroga en México. O los religiosos Pedro Claver y Junípero Serra, fundador de las misiones que después originaron las grandes ciudades de California.
De ancestro español son santos criollos como santa Rosa de Lima y san Martín de Porre en Perú.
En Chile son españoles los venerables Pedro Bardeci y fray Andresito, y de ancestro español Santa Teresa de los Andes, San Alberto Hurtado y la beata Laura Vicuña, al igual que monseñor Valdés y la venerable Dorotea de Chopitea.
De España pasó a América la devoción de la Virgen María con advocaciones surgidas allá, como Santa María de Guadalupe, de la Merced, de Montserrat, del Rosario, de Gracia, de los Remedios, extendidas por todo el continente. Del Medio Oriente llegan la Candelaria (vía Canarias) y la Virgen del Carmen.
En cada nación americana surgen nuevas advocaciones que se suman a los miles de títulos que le da la veneración popular. La Virgen del Pilar es la última que llega a Chile en el siglo XVIII, al sur de Valdivia, donde se fundan dos misiones, y a Osorno en 1792, cuando Tomás de Figueroa toma posesión de las ruinas de Osorno un 22 de noviembre.
En recuerdo de este hecho, al cumplirse 150 años de la repoblación de Osorno se le erige una iglesia votiva en Ovejería y se celebra a la patrona de España y la más antigua advocación mariana.
Son elementos de la fe que forma parte de la identidad cultural de las naciones iberoamericanas y que se recuerda en el Día de la Hispanidad.