Familias retiran escombros para levantar sus casas tras incendio
reconstrucción. Los damnificados del siniestro ocurrido el sábado en la población Schilling permanecen albergados donde familiares.
Al llegar a la calle San Martín con Buena Vista de la población Schilling se logra una panorámica inigualable, que sólo se obtiene en las partes altas de la ciudad. En el horizonte se observan las cumbres nevadas de los volcanes Osorno y Puntiagudo, lo que contrasta con el desolador escenario que se encuentra a tan sólo unos metros.
Ahí la madera quemada y las latas retorcidas, sintetizan la pérdida de dos grupos familiares, que el sábado vieron cómo las llamas consumieron sus viviendas y cuatro vehículos.
Pese a ello, ayer José Soto junto a su hijo mayor Gabriel, acumulaban los escombros en uno de los patios colindantes a la destruida vivienda, a la espera del camión de la municipalidad que retiraría lo destruido por el fuego.
El hombre vivía en el inmueble ubicado en calle Buena Vista -casa 4- hace más de 35 años. Hace poco había terminado de comprar algunos electrodomésticos para su hogar.
"El viento sur ayudó a la propagación de las llamas, por suerte nos percatamos a tiempo y pudimos salir todos desde la casa", expresa Soto, mientras observa uno de los cuatro vehículos reducidos a cenizas por la acción del fuego.
Gabriel, hijo del matrimonio de José y Alicia Monsalve, recuerda que a la hora del incendio se encontraba junto a otro hermano y sus hijos en la casa de sus padres. En dicho momento se percataron de las llamas que provenían de un taller.
"Estábamos terminando de almorzar, cuando me di cuenta que desde el piso comenzó a brotar humo. Al salir al patio ya el fuego estaba consumiendo el taller y parte de la casa. Fue muy rápido, sacamos a la familia, entre ellos dos niños, y luego intentamos retirar los autos. Uno se salvó, los otros se quemaron, así como la maquinaria mecánica de mi papa", comenta Gabriel, quien alberga a sus padres en su casa de la Villa Metropolitana.
Las pérdidas del siniestro, que se presume se habría originado por unas chispas que llegaron a la madera que guardaban bajo techo, ascienden a los $30 millones.
NUEVA TRAGEDIA
Mientras José y Gabriel cargan una camioneta con pertenencias que se salvaron del fuego, en la casa vecina que también fue reducida a escombros, estaba Nayareth Leger de 22 años, junto a su hija Katherine Cárcamo (6).
Ambas, junto a una vecina, intentaban limpiar de a poco los escombros tras el incendio.
La joven señala que la casa era habitada por su madre María Elisa Rail (56) y su hermano Marcelo Leger, quienes habían remodelado hace poco la vivienda.
"No alcanzaron a salvar nada. Había material eléctrico que iba a ser instalado, ya que la casa fue remodelada y faltaba poco para terminar. Esta es una nueva desgracia que se viene a sumar a la muerte de mi abuelo hace menos de dos meses y a la internación de un familiar en el hospital de Osorno. Es muy fuerte todo lo que nos ha tocado vivir", expresa la joven.
Nayareth explica que su madre, al igual que sus vecinos, recibirá la ayuda del Departamento Social de la Municipalidad de Osorno, quienes ya evacuaron un catastro de las necesidades que requieren por núcleo familiar, donde se incluye una mediagua que pretenden instalar provisoriamente en el mismo lugar, mientras construyen una nueva vivienda.
"Yo voy a volver a levantar mi casa en este sitio. Costará, pero saldré adelante con la ayuda de mi familia", comentaba en forma paralela José Soto, mientras llegaban sus vecinos a colaborar en el retiro de escombros.