Cuando visualizamos a un niño o niña en edad preescolar, la mayoría de las veces se encuentra jugando, trepando, corriendo, cortando papel con las manos, pintando con los pies o simplemente bailando. Es mediante esta constante de movimiento, que van explorando e interactuando con el medio que los rodea, adquiriendo cada vez más experiencias, las que se volverán fundamentales para su desarrollo psicomotor.
El término psicomotricidad, se divide en dos conceptos; psiquis, que está relacionado con lo cognitivo y social -afectivo y motriz, que se vincula con la ejecución de movimientos. Plantea una visión integral del sujeto, otorgando igual importancia al cuerpo y a la mente, su objetivo principal es desarrollar y potenciar la mayor cantidad de habilidades posibles mediante el abordaje corporal.
El aprendizaje para los niños más pequeños es esencialmente psicomotriz, ya que en ellos el movimiento es la principal herramienta de búsqueda de conocimientos, es la acción directa del niño sobre el espacio que lo rodea, sus pares o sus sentimientos, y se vuelve primordial para futuros aprendizajes más complejos.
Los elementos psicomotores son muy importantes para la adquisición de las matemáticas, la lectura y la escritura. Y es en los programas de educación parvularia, donde se comienza a trabajar con los patrones neuro-cognitivos que derivarán en dichos conocimientos.
La psicomotricidad presenta grandes beneficios en el ámbito motor, cognitivo y social-afectivo, por eso, es muy importante que todos los actores que intervienen en el proceso preescolar, ya sea padres, parvularias o profesores de educación física, entreguen los espacios y las herramientas necesarias para que los niños puedan desarrollarse de la mejor manera posible. Es muy importante que sea un trabajo en conjunto ya que el profesor de educación física es quién tiene la mayor competencia para trabajar mediante el movimiento y las educadoras son quienes mejor conocen a sus alumnos, sin olvidar el constante estímulo que debe existir en el hogar.
Lo que se debe tener en cuenta es que esta tarea se puede abordar desde una mirada muy lúdica ya que uno de los recursos más recomendados para un desarrollo holístico, es el juego, porque que además de fortalecer el desarrollo motor, permite la relación con sus pares, se inicia la comprensión de reglas y puede reconocer sus fortalezas y debilidades.