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Etnoturismo se abre como apuesta para captar visitantes en el sur

destinos. Un recorrido por el territorio huilliche de Río Negro, que incluye una visita a bosques de alerces milenarios, es parte de las propuestas que en nuestra zona rescatan la esencia de la cultura local.
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No sólo basta un lindo paisaje y servicios de hotelería de calidad si se quiere crecer en el turismo; hoy hace falta mucho más que eso. Los visitantes privilegian cada vez más los destinos donde tienen la posibilidad de empaparse de la cultura de la ciudad o región que visitan. Y así lo ha entendido un sector de los operadores y comunidades del sur de Chile que están apostando fuerte por el llamado etnoturismo.

Es decir, ir hacia la cultura originaria, rescatar sus tradiciones y convertirlas en un producto turístico atractivo para los visitantes nacionales y extranjeros.

RUTA HUILLICHE

RUTA HUILLICHE

Mote con carne mechada, cochayuyo frito, vetas donde se puede extraer cuarzo, una iglesia de 103 años y un bosque de alerces son parte de los atractivos que ofrece la "Ruta Huilliche Histórica", nueva apuesta turística que están realizando las comunidades indígenas del sector de Riachuelo, en Río Negro, provincia de Osorno.

Los mismos integrantes de las comunidades El Bolsón y Choyun Mapu se encargan de atender a quienes toman este viaje que se inicia en el centro de Río Negro.

Todo parte a las nueve de la mañana cuando se toma el bus que traslada a los turistas por diversos asentamientos al que se llegan por caminos de tierra. Un recorrido que sólo finaliza a las 20 horas, que es cuando se retorna a Río Negro.

La primera parada es en el villorrio de Riachuelo, donde se muestra la iglesia del lugar, que tiene la misma arquitectura que las capillas de Chiloé. Allí también se hace un paseo por las casas típicas y se explica el proceso de colonización que se inició con familias francesas y, después, con los colonos alemanes.

Siete kilómetros distante de Riachuelo, el bus para por segunda vez, ahora, en la casa de Matilde Pinol, una mujer huilliche oriunda de San Juan de la Costa, quien ofrece a los turistas desayuno con tortillas de rescoldo preparadas por ella misma. El propio visitante debe sacar el producto desde las cenizas para comérselo acompañado de una taza de café de higo.

La mujer, que es madre de cuatro hijos, se sumó a este emprendimiento turístico ya que con el dinero que le deja puede terminar de educar al cuarto de éstos. Enviudó hace cuatro años , por lo que recibir visitas es para ella una buena oportunidad para hacer algo y no deprimirse.

"Mostrar lo que hago y lo que soy a los visitantes es un agrado, porque no sólo les sirve a ellos para conocer de otras formas de vivir. También me sirve a mí para reencontrarme con mi cultura", dice la mujer, mientras sostiene un pedazo de leña que mete a un horno de dos metros, el que le sirve en la elaboración del carbón.

Su casa es pequeña y recién está armando un quincho para recibir a más visitantes.

Luego de tomar desayuno donde Matilde, el tour sigue internándose en la Cordillera de la Costa hasta llegar a una veta de cuarzo, la que en tiempos de la Conquista fue un lugar codiciado por los españoles.

El viaje no se acaba. El siguiente objetivo es llegar a un bosque de alerce. Allí los turistas sacan numerosas fotografías y los guías explican que en esa zona -según los relatos de los indígenas- existe una cueva donde las primeras machis que llegaron al área encerraron a los brujos para que no escapen y permitan vivir en el área. Es por eso, aseguran, que a Río Negro también se le conoce como Tierra de Brujos.

A esa hora, ya es tiempo de almorzar, el bus se detiene en un hospedaje que queda muy cercano de Riachuelo. Luego de comer comida típica, se traslada a los turistas hasta la comunidad Choyun Mapu, a 20 kilómetros de Río Negro. Ahí los esperan Paula Álvarez y Elisabeth Sandoval. Ninguna de las dos mujeres nació en el sector, pero tienen nexos que las llevaron a vivir en el lugar.

En el caso de Álvarez sus padres son del sector, pero ella nació en Santiago y decidió cambiar la vida de la ciudad por el campo. La mujer tiene tres hijos y es contadora de profesión, sin embargo, ahora se dedica a cultivar la tierra y a producir diferentes productos del campo como mermeladas y comida típica.

Paula Álvarez se encarga de explicar todas las expresiones de la cultura indígena que hay en el territorio. Sus padres le transmitieron el conocimiento y ella hace lo mismo con los visitantes. En lugar, se prepara una once con degustaciones, comida típica como cochayuyo frito y mote con carne mechada.

Las dos mujeres se llaman socias y explican que para ellas lo más importante es permitir que las personas conozcan otras formas de vida a las que se llevan en la ciudad. "La vida en el campo es un privilegio y debe compartirse con todos los que nos rodean", manifiesta Elisabeth Sandoval.

La Ruta Huilliche Histórica comenzó en agosto de 2012 por motivación de las propias comunidades indígenas y del municipio rionegrino, quienes reciben apoyo del Sernatur Osorno para desarrollar esta propuesta.

El encargado de turismo del municipio de Río Negro y uno de los guías de la ruta, Mauricio Norambuena, dice que se realiza "un turismo de intereses especiales, porque las persones más que venir a ver cosas, se les vende una experiencia".

El tour tiene un costo de 35 mil pesos por cada integrante y se realiza con un mínimo de cuatro personas. Inició en agosto del año pasado y ya han tenido visitas de turistas suizos, alemanes, peruanos, grupos de Temuco y Los Andes.

Quienes quieran tomar el tour deben comunicarse con la empresa Mawidan Tour Chile, quienes son los encargados del traslado y coordinar las visitas en conjunto con el municipio de esta localidad. Se pueden contactar a los teléfonos: 96892053 o al 77717275 y en la página www.mawidan.com

Alepue

En la comunidad indígena de Alepue, en un sector llamado Copulco, entre San José de la Mariquina y Mehuín, la familia Lienlaf ofrece al público un camping que se enfoca en el etnoturismo y agroturismo.

En este negocio familiar, se dispone de 10 sitios donde los turistas pueden instalarse. Allí, también se ofrecen hortalizas, papas, zanahoria y ajos cultivadas de una manera orgánica, sólo con abonos y fertilizantes que producen los campesinos.

Además se realizan paseos a caballo o en carretas, la gente puede ver y participar en el trabajo de siembra que constantemente realizan los dueños en parte del terreno.

"Nosotros les mostramos las costumbres del campo, nuestra forma de vivir. Muchos se interesan e involucran en la siembra de los productos", cuenta Valeska Lienlaf, hija de los dueños del camping.

Así el emprendimiento busca incorporar la cultura mapuche a los servicios que entregan a los turistas."Ya sea en los alimentos(cultivados con compost) que consumen nuestros visitantes o a través de la sana convivencia con el medio ambiente", agrega.

Dentro del terreno también se vende artesanía en lanas y mermeladas. En caso de lluvia o temporal, ofrecen su hogar o un quincho para que la gente se quede. Atiende todo el año.

"Nuestro fuerte es durante el verano, pero ofrecemos camping durante todo el año porque nosotros estamos todo el tiempo. A la persona que llega se le atiende igual", sostiene Valeska.

La historia del camping se inició en el año 2000 y lo que motivó el emprendimiento fue el arribo espontáneo de gente.

El precio por alojarse en el camping es de 5 mil pesos por carpa, mientras en el hogar de los dueños del terreno es de 10 mil por persona.

EL ARTESANO MAPUCHE

En Padre Las Casas, comuna vecina a Temuco, los turistas nacionales y extranjeros pueden descubrir en terreno y de parte de sus protagonistas las siete artesanías vivas del pueblo mapuche". Se trata de un emprendimiento de etnoturismo que lleva por nombre la "Ruta del Artesano Mapuche".

Nació en 2012 y es un plan de carácter municipal. Agrupa a 15 artesanos mapuches, quienes en sus respectivas viviendas realizan por herencia familiar cada una de las artesanías vivas del pueblo mapuche: madera, cuero, piedra, textilería orfebrería, alfarería y cestería. El circuito es eminentemente rural y abarca 90 kilómetros, comprendidos entre los ríos Cautín, Quepe, Huichahue y Nueva Imperial.

A la ruta se incorporó un punto de gastronomía ancestral, la que está a cargo de la presidenta del sindicato de artesanos de Padre Las Casas, Elisa Weche.

En todo caso, la gastronomía no es un punto exclusivo, pues durante todo el recorrido está presente en los hogares de los artesanos por una cuestión de cosmovisión y acogida cultural.

Cada uno de estos puntos está emplazado en medio de una naturaleza agreste, que incluye cerros, canteras y caminos zigzagueantes, varios de ellos de difícil acceso, siendo la única forma de acceder a carreta o a pie.

"Hasta el momento nos han visitado unos mil turistas, la mayoría extranjeros provenientes de todo el mundo y, de a poco, se suman más turistas nacionales. Cada visita tiene un valor de 3 mil pesos y la comida se cobra por separado", detalla la presidenta de los artesanos.

La encargada del programa de turismo de la Municipalidad de Padre Las Casas, Sonia Tragol, señala que las visitas se solicitan con anticipación. "Puede ser directamente con la organización llamando a Elisa Weche al fono 62865745 o con la municipalidad al correo turismo@padrelascasas.cl",dijo.

"Mostrar lo que hago y lo que soy a los visitantes es un agrado porque no sólo les sirve a ellos para conocer de otras formas de vivir, también me sirve a mí para reencontrarme con mi cultura".

Matilde Pinol

Emprendedora huilliche