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Joven no vidente corre, llega a la meta y se emociona con los aplausos en Puerto Octay

maratón fiestas patrias. Pedro Aro corrió acompañado por su primo y fue reconocido por los 226 deportistas, profesores y apoderados.
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Con el número 35 pegado en la espalda, un gorro con la visera para atrás y una sonrisa que no se le escapó en ningún instante, Pedro Aro (17) realizaba el calentamiento previo a que comenzara la carrera en su categoría (2.400 metros), en el marco de la Maratón Mes de la Patria realizada ayer y organizada por el municipio de Puerto Octay.

Tal como los restantes 225 niños que participaron ayer en la vecina comuna, Pedro esperaba con ansias la partida. Claro que había algo que lo distinguía de todos: a los 10 años comenzó a perder la visión de ambos ojos y hoy sólo percibe algunos colores.

Por lo mismo, su primo Javier Aro (13) no lo soltaba ni un minuto. Es un "partner" para desarrollar la prueba y ambos estaban entusiasmados. "No por tener un problema voy a dejar de hacer cosas. Por algo el destino nos coloca estas pruebas", afirmó Pedro mientras iba al punto de partida, con una madurez que impresionaba a todos los que lo observaban.

Tras el recorrido y con el apoyo de todos los estudiantes, los competidores iniciaron el recorrido que terminó algunos minutos después.

Tras la premiación para los ganadores de la categoría séptimo-octavo (Diego Marío en Varones y Maira Almonacid en Damas), el profesor a cargo de la locución pidió un reconocimiento para el esfuerzo de Pedro, quien recibió el aplauso de todos los participantes, profesores y apoderados.

Y allí, la emoción pudo más. "Es primera vez que salgo a correr y que me aplaudan... es bien bonito", comentó este alumno de la Escuela Las Cascadas, quien vive con su abuela y con un tío.

Cuenta que a los 10 años sufrió una enfermedad mal diagnosticada, lo que le hizo perder la vista gradualmente. Su profesor de Educación Física, Ricardo Hernández, lo recuerda de antes que tuviera el problema. "Es que llegó de chico a la escuela. Luego tuvo esa enfermedad, estuvo en Santiago en tratamientos y volvió, ya no vidente. Pero es un chico tremendamente positivo y le gusta mucho el deporte, especialmente las pruebas de velocidad", indicó el docente.

Javier, el primo de Pedro, también estaba feliz de acompañarlo. "Es bueno que se hagan estas pruebas y que podamos competir. Yo lo acompañaré cada vez que se pueda", comentó.

INTEGRACIÓN

La actividad realizada ayer, que cerró las festividades de Fiestas Patrias en la vecina comuna, fue una nueva oportunidad para continuar con el trabajo de integración con los estudiantes.

De hecho, también compitió ayer Yoshua Delgado (11), estudiante de quinto año de la Escuela Alberto Hurtado de Octay. Fanático de los deportes, especialmente del fútbol, no quiso perderse la opción de correr. "Me gusta mucho, porque además comparto con mis amigos", dijo, mientras jugaba con su compañero Alan Barría, "quien me ayuda en las tareas".

Pablo Robles, educador diferencial del programa de Integración Escolar de la Alberto Hurtado, indicó que cuando llegan los alumnos realizan un diagnóstico "y si es necesario, ingresan a alguno de los cuatro programas que tenemos, de los cuales dos son transitorios para niños con déficit atencional y trastornos específicos del aprendizaje; y dos permanentes, con niños con necesidades educativas especiales con discapacidad, donde está Yoshua". Eso, agregó, les da a los alumnos la "opción de participar con todos los niños bajo el concepto de normalización. Acá no interesa que ganen, sino que se sientan integrados y participen".