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Alumnos retoman las clases y recuerdan el incendio que destruyó su escuela

Walterio meyer. Ayer reiniciaron las actividades en la España los estudiantes del establecimiento que fue consumido por las llamas el pasado miércoles. Se dispuso su traslado en cuatro buses.
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"Ese día era miércoles 14 de agosto. Todo era normal hasta que en la clase de inglés, mientras veíamos un video, sonó la campana. La tía dijo que salgamos, yo ni siquiera me saqué las chalas y, pensando que era operación Deyse, salí con los demás. Al ver a los niños corriendo y llorando, me di cuenta que era un incendio real".

Este extracto corresponde al testimonio que Matías Alderete (12 años), alumno de sexto año básico de la Escuela Walterio Meyer Rusca, plasmó ayer en una hoja y compartió con el resto de sus compañeros. Él, junto al resto de sus amigos, retomó este martes las actividades académicas en la Escuela España, luego que un incendio consumiera su establecimiento el pasado miércoles 14.

A raíz de la acción de las llamas, el recinto ubicado a 17 kilómetros de Osorno por la Ruta 215 quedó reducido a cenizas y a la espera de su reposición.

contar su experiencia

La actividad permitió que los niños relataran su vivencia en el incendio, como una forma de terapia al exteriorizar lo vivido en su escuela, que para muchos alumnos del sector rural era su segundo hogar. Los relatos, además, le servirán a los docentes para conocer desde la perspectiva de los niños el daño emocional que generó el incendio que destruyó la infraestructura que durante 51 años albergó incluso a varios abuelos de los actuales alumnos.

Es el caso de Camila Queulo (12 años) alumna de séptimo año básico, quien hasta la semana pasada estudiaba en las mismas aulas que utilizó su padre varios años atrás. "Siento mucha pena, porque varios estuvimos desde prekinder en esa escuela, incluso algunos papás también estudiaron ahí".

La misma actividad se realizó el lunes con la planta docente, ya que después del incendio no habían tenido tiempo para conversar y compartir lo vivido el día de la emergencia. "Esta terapia nos sirvió para recibir con más tranquilidad a nuestros niños", comentó la directora de la Escuela Walterio Meyer, Miriam Monsalve.

Añadió que a raíz del alto nivel en los relatos de los niños, están pensando realizar una recopilación y editar un libro donde se plasmen sus vivencias producto del incendio que destruyó 51 años de historia educacional en el cruce Mulpulmo.

en chuyaca

Durante la primera jornada de clases los niños ingresaron a las 8 de la mañana y concluyeron a las 15.25 horas, con el propósito de no interferir en la actividad normal del establecimiento educacional ubicado en el sector Chuyaca, donde están repartidos en nueve salas que estaban en desuso.

"Estamos contentos con la reacción de los niños y de los apoderados, porque habitualmente ocurre que en este tipo de situaciones los padres retiran a sus hijos y los matriculan en otras escuelas. Afortunadamente esto no ha ocurrido y sólo faltó un alumno por curso", comentó la directora.

Agregó que los estudiantes tendrán la posibilidad de llegar más temprano a sus domicilios, porque si bien antes contaban con un bus de traslado para los niños, hoy tienen a su disposición cuatro máquinas que proporcionó la Dirección de Administración de Educación Municipal (Daem). Los buses salen con destino a Pelleco; La Poza, Mulpulmo; Polloico; y Aguas Buenas, Las Lumas y Las Ruedas.

De aquí al viernes esperan tener todo normalizado, ya que aún les falta trasladar el mobiliario y material de estudio que lograron rescatar desde las llamas y que dejaron en custodia en las dependencias del Retén de Carabineros del sector Las Lumas.

reposición

reposición

El jefe del Daem de Osorno, Jorge Raddatz, sostuvo que todos los niños de la Walterio Meyer terminarán su año escolar en la Escuela España, mientras que para el próximo se están evaluando dos opciones de recintos que los podrían acoger, sin embargo aún no hay nada concreto.

Esto, mientras la compañía de seguro realiza la reliquidación de los daños que sufrió la escuela. Dinero que servirá para financiar el diseño de arquitectura e ingeniería del proyecto de reposición, de manera de postularlo a la brevedad a los fondos de emergencia del Ministerio de Educación, ya que se estima que una nueva construcción costaría más de $1.500 millones.