La interrupción del suministro de agua en Osorno, en julio de 2019, y los hechos relacionados con el manejo de la emergencia -conductas reactivas, descoordinaciones, persistencia del problema- revelan una problemática compleja que amenaza el funcionamiento normal de la sociedad y puede conducir a un desastre. La comuna es afectada por un conjunto de factores de riesgo, tales como acelerado crecimiento urbano, más viviendas y actividades productivas, mayor demanda por agua, cambiantes condiciones climáticas y medioambientales, la posibilidad de accidentes y desastres naturales (terremotos, movimientos de masa, inundaciones, entre otros), y los vacíos del régimen legal.

Estas complejidades pueden conducir a que una emergencia se transforme en un desastre. Por lo tanto, la comuna requiere con urgencia de acciones institucionales preventivas que garanticen de forma efectiva una mayor seguridad.

Las municipalidades, cuyo objetivo es promover el desarrollo comunal sustentable, tienen instrumentos y posibilidades reales para prevenir y disminuir riesgos. Por ejemplo, presupuestos y personal que pueden usar para la mantención de infraestructuras y bienes comunales, elaboración de proyectos para obtener financiamiento del Gobierno Regional, ministerios y otros organismos, celebrar convenios de colaboración con organismos públicos y privados, la producción de ordenanzas para prevenir y reducir riesgos, entre otros.

Las experiencias de algunas municipalidades chilenas sugieren que con voluntad y una actitud proactiva, las capacidades municipales pueden ser movilizadas para una mayor seguridad. Por ejemplo, las municipalidades cordilleranas de la Región Metropolitana, con un sistema de piscinas en la precordillera para evitar aluviones y acumular agua; la Municipalidad de Maipú, distribuyendo el agua a su población, o la Municipalidad de Concepción, participando en un proyecto para usar agua desde las lagunas en situaciones de emergencia.

Dr. Patricio Valdivieso, profesor

titular de la Universidad de Los Lagos

Con el inicio de los festejos patrios, la seguridad es un concepto que se toma muy en cuenta y que es muy amplio. Todo comienza por las campañas viales, encabezadas por Carabineros y que buscan promover el cuidado, la atención y la moderación en estas fechas.

Se deben tomar en cuenta nuevamente los riesgos del alto consumo de alcohol. No se trata solo de los conductores, sino que también peatones que se transforman en un factor de riesgo debido al alto consumo de alcohol. A esto se suma la conducción imprudente y a alta velocidad. Son aspectos que deben cuidarse y que en estos casos serán severamente fiscalizados por Carabineros.

Pero hay otros aspectos en los que la fiscalización y el resguardo también deben venir de cada uno de nosotros. Tomar medidas para evitar la aparición de delincuentes y denunciar la acción de estos incluso en terceras personas. También consumir alimentos solo en lugares autorizados, ya que en estas fechas las enfermedades digestivas aumentan explosivamente.

Todo forma parte de pasar unas Fiestas Patrias seguras. Si se viaja, como siempre recordar las recomendaciones de Carabineros. En el caso de los niños, atender las recomendaciones respecto al uso del volantín y la ilegalidad de hilos curados y hechos de metal.

Es tiempo también de que los padres extremen cuidados respecto a sus hijos, especialmente al visitar juntos lugares de alta afluencia de público como las fondas y ramadas. Si son más jóvenes, considerar hacia dónde y con quién salen.

En general, la prudencia, el criterio y el sentido común son los llamados a primar durante estas fiestas, algo que finalmente, recae como una responsabilidad personal.

Está entonces, en cada uno de nosotros, la posibilidad de hacer que estos festejos sean memorables y felices, y no una fecha que lamentar.