Cuando se analiza el concepto "violencia", nos damos cuenta, que el significado apunta a la aplicación de medios coercitivos para vencer la resistencia de una persona. La violencia representa un "comportamiento social aprendido", del cual, muy pocas personas logran escapar. Dependiendo de las circunstancias, puede estar dirigida a un país -en caso de una guerra-, o hacia ciertos sectores de la población, cuando intervienen factores tales como: discriminación, prejuicios, racismo o xenofobia.
Asimismo, resulta sintomático constatar que -de acuerdo con datos suministrados por ONU Mujeres-, más del 35% de la población femenina mundial ha sido objeto de algún tipo de violencia por parte de su pareja, teniendo presente que estas cifras no contemplan las agresiones sexuales. ONU Mujeres, estimó que de las más de 87 mil mujeres asesinadas el 2017, más de la mitad de ellas fueron asesinadas por sus parejas, o bien por sus familiares. Ejemplo de esto último lo constituye el caso de dos niñas chilenas, una de 15 y otra de 16 años, que planificaron el asesinato de sus abuelas, una de ellas con la ayuda del pololo de 16 años, quién apuñaló 40 veces a la abuela.
Los estudios indican que existen dos tipos de agresión asociadas al uso de la violencia: (a) la agresión hostil -o agresión emocional-, provocada por la ira y el enojo, y que se ejecuta como un fin en sí mismo (como el caso del sujeto que se deja llevar por la ira y los celos y asesina a su pareja e hijos), y (b) la agresión instrumental, que corresponde a aquella utilizada de forma planificada para lastimar a otros y/o como un medio para lograr algún fin, como sucede en las guerras de conquista o de sometimiento de un pueblo, raza o minoría, sea que se trate de una minoría religiosa, política o sexual.
Entre otros factores que desencadenan la violencia, tenemos la situación económica y política de un país, el tipo de educación -que avala el uso de la violencia-, o bien, el grado de seguridad -o inseguridad- reinante (asaltos, robos, portonazos, etc).
El problema, es que hoy se ha "normalizado" el uso de la violencia, y ésta -sin que nos demos cuenta- está presente en la publicidad, en el humor, en los memes de las redes sociales y en diversos programas a los cuales estamos expuestos -niños y adultos- día tras día.
Por lo tanto, se puede afirmar con certeza, que la violencia es algo que la misma sociedad cobija y fomenta, y que vamos aprendiendo -ya sea de manera consciente o inconsciente-, quedando grabada en el cerebro.
Franco Lotito , académico escritor e investigador