Los reportes de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras dan cuenta de la alta cantidad de deudores en el país y el gran nivel de endeudamiento, que año tras año experimenta crecimiento.
Otra realidad preocupante es que cerca del 40% de los endeudados tiene ingresos mensuales menores a $500 mil.
Al analizar a los deudores bancarios y no bancarios se observa que existe paridad de género en el acceso al crédito. Sin embargo, las mujeres presentan indicadores de deuda total, carga financiera y apalancamiento menores que los hombres.
En las fases expansivas de los ciclos económicos suele aumentar la demanda de crédito, mientras en los períodos de desaceleración, las personas que pierden su trabajo o tienen una mayor probabilidad de perderlo, como es el caso de los jóvenes, adultos mayores y mujeres, se ven obligados a dejar de pagar sus compromisos.
Las mujeres se ven más vulnerables por su menor participación en la fuerza laboral, mayores tasas de desempleo y por la brecha salarial respecto de los hombres.
Algunos informes revelan que nuestro país lidera las compras de vestuario en América Latina y tiene el parque automotor más moderno del continente.
Paralelamente, multitiendas chilenas se han expandido a países como Perú, Brasil, Argentina y Colombia, poniendo en práctica las mismas recetas para incentivar el consumo mediante promociones y tarjetas.
Obviamente, no se trata de renunciar a un sistema que ha permitido a las familias acceder a nuevos bienes, tecnologías y mejorar su calidad de vida. Sin embargo, un sector importante no lo ha asumido con la debida responsabilidad.
En general, las empresas y las entidades financieras han sido cuidadosas en la evaluación de los clientes, para no generar una burbuja de deudores.