Madre se reencuentra con su hijo luego de 44 años de angustia
ARGENTINA. María Avendaño entregó a su hijo a pocos meses de nacer. Volvieron a estar juntos y abrazarse en Osorno, hasta donde viajó Abraham desde el extranjero.
Nerviosa estaba sentada frente a los andenes de buses del terminal de calle María Antonieta Avendaño Ruiz. Pese a estar junto a sus familiares, algo la mantenía inquieta...
La dueña de casa de 66 años estaba a la espera de un bus que desde Argentina trasladaba a su hijo Abraham. Se puede interpretar que su reacción se debía a un simple encuentro después de un viaje al extranjero. Sin embargo, María Avendaño después de 44 años, volvía a tener en sus brazos a su hijo, a quien tuvo que dar en adopción a los pocos meses que naciera.
"Es una larga historia de la cual siempre me arrepentí. Mi madre es la responsable de esto, yo sin saber leer ni escribir me hizo firmar un papel y di en adopción a mi hijo a un matrimonio que se lo llevó a Argentina. Yo al día siguiente de haber entregado a mi hijo lo intenté recuperar, pero no se pudo", recuerda con su voz entrecortada.
Vida dura
Carga una historia de sufrimiento. Ella es madre de seis hijos, cuando tuvo los dos primeros, fue echada a la calle por la mujer que le dio la vida, y tuvo que comenzar a luchar por criar a sus hijos. En el caso del tercero -Abraham-, su embarazo lo mantuvo oculto lo más que pudo, hasta que su madre la descubrió y le exigió que abortara. Finalmente dicho pequeño fue dado en adopción.
Los años pasaron y se unió con un hombre que la maltrató. La muerte de su entonces pareja le trajo un cambio en su vida. Crió a cinco hijos trabajando en casas particulares lavando ropa. Con los años conoció a su nueva pareja, con quien vive en la actualidad en el sector oriente.
En estos 44 años, siempre mantuvo presente la imagen de su hijo a quien dio por adopción y a quien alguna vez le escribió una carta sabiendo que estaba en Argentina, pero no sabía si él la había recibido.
Sus dudas y consultas se acabaron una vez que desde el bus bajó Abraham, de 44 años, casado y padre de cuatro hijos, uno de los cuales lo hizo abuelo.
El arribo de la máquina fue pasadas las 15.30 horas del pasado miércoles 13. Un cartel con la leyenda "Bienvenido a casa Abraham" sostenido por uno de sus hermanos lo recibía al poner los pies en la losa del terminal.
Ahí, frente a María, la madre sólo atinó a darle un beso y abrazarlo por varios minutos ante la atenta mirada de los pasajeros que pasaban por el lugar sin comprender por qué tanta alegría, sumado a los medios de prensa.
Reencuentro
A comienzos de diciembre una llamada desde el Consulado Argentino generó la duda en María Antonieta, pensó que era una estafa telefónica, ya que tiempo atrás había sido víctima de dicho delito.
Pero al escuchar que su hijo la estaba tratando de ubicar cambió su tono y dio paso a la alegría. Tras este nexo, pasaron unos días cuando Abraham la contactó y sellaron la conversación de más de una hora con un "mamita ya vamos a estar juntos", recuerda la emocionada madre.
Tras saludar a sus familiares y asistir a su madre que sufrió un pequeño desmayo por la emoción de reencontrarse con su hijo, Abraham agradeció a Dios el haber concretado el reencuentro.
"Para empezar fue un propósito de Dios, siempre mi familia estuvo en mis oraciones. Los quería encontrar desde que tenía diez años. Fue ahí cuando supe que era adoptado y no fue agradable la forma, ya que mi padre adoptivo me lo dijo un día que llegó ebrio. Mi madre en Argentina nos abandonó cuando yo tenía siete años y de ahí en adelante tuve una vida de altos y bajos", recuerda.
Hoy es vendedor de diarios en Comodoro Rivadavia, reconoce que su juventud estuvo marcada por actos delictuales.
"Mi vida de joven fue de delincuencia, complicada por no tener un apoyo de la familia. A los 18 años fui papá y eso me generó un cambio de vida la cual mantengo hasta hoy. Con los años y la tecnología comencé a buscar a mi mamá y gracias a la ayuda del consulado la encontraron y la contacté. Fue una búsqueda que comencé hace cinco años. Ahora vamos a empezar una buena relación. No tengo nada de rencor, sólo quería conocerla y tenía miedo que falleciera sin cumplir ese sueño", expresó Abraham.
Fueron largas 18 horas de viaje que realizó este hombre para volver a estar en los brazos de la mujer que le dio la vida.
Consultado sobre si tenía intenciones de conocer a su abuela materna, sólo expresó que "me dicen que tiene 90 años. Si se da la ocasión. Dios me perdonó por mi pasado y soy otra persona y si se dan las cosas bien, hay que aprender a perdonar. Por el momento sólo hay que disfrutar de mi mamá y mis hermanos", finalizó Abraham, quien analiza cambiarse el apellido.
"Siempre me arrepentí, mi madre es la responsable de esto, yo sin saber leer ni escribir me hizo firmar un papel y di en adopción a mi hijo"
Maria Avendaño, Dueña de Casa"
de viaje completó 18 horas