Correo
Ambulantes en Osorno
El sábado pasado, por cada local establecido de calle Ramírez, había cuatro vendedores ambulantes. Una buena recomendación al municipio y Carabineros es que tomen cartas en el asunto antes que sea demasiado tarde.
No hay que olvidar que parte importante de la ciudadanía valida esta práctica (ya sea por considerarla una forma legítima de ganarse la vida o porque ve en ella la posibilidad de adquirir a bajo precio productos de procedencia desconocida). Hay que tener en cuenta la experiencia de otras ciudades de Chile, en donde una vez arraigados los comerciantes ambulantes se hace muy difícil de controlar, ya sea por el mucho revuelo mediático, el costo político o por su posible impacto social.
Aún es tiempo de controlar y no pasar por alto esta problemática.
Rodrigo Rojas González
Calidad parlamentaria
Llegará el momento en que las personas a quienes le destinamos nuestro sufragio tengan la cordura necesaria para no salir en los medios de comunicación emitiendo declaraciones o emitiendo juicios dignos de un circo (con el respeto a lo que es un circo), de un burdel o tugurio de mala muerte.
Hay un honorable, o poco honorable diputado, que a través de redes sociales nos insultó a todos, con groserías de grueso calibre con saludos de año nuevo, y de la Comisión de Ética de la Cámara (Baja) no he escuchado pronunciarse al respecto.
A lo mejor consideran que el payaso en cuestión obtuvo tan baja votación que no alcanza ni para un llamado de atención. Otros legisladores emiten declaraciones o gestos que no están a la altura de su investidura.
La historia me trae a la memoria a un emperador romano que nombró senador a su caballo. A lo mejor el noble animal debió sentirse herido en su amor propio y dignidad, porque seguro que él sentía que había nacido para ser más útil al hombre.
Ricardo Cea Vargas
"Ganarse" y la RAE
Hace algunos días se ha comentado profusamente la incorporación de la palabra "ganarse" en el diccionario de la RAE (Real Academia Española). Las reacciones van desde una suerte de euforia patriótica hasta las especulaciones sobre un afán populista por parte del organismo, después de las críticas de las que ha sido objeto por su distancia con el denominado lenguaje inclusivo.
No obstante, desde su primera publicación en 2010, el Diccionario de Americanismos -obra donde se recogió la expresión que comentamos- ha registrado otros vocablos chilenos. Por él desfilan expresiones tan nuestras como "lesera", "camanchaca" y el casi extinto "calugazo".
Por lo mismo, a ambos bloques de comentaristas les sugiero revisar el carácter de la obra ya mencionada: "diccionario descriptivo, que carece de propósito normativo y no da pautas para «el bien hablar o escribir»; un diccionario usual, que recoge los términos manejados con gran frecuencia de uso en la actualidad […]".
Así, junto con sorprenderse (y esto corre para cualquiera de los bloques en que alguien se ubique o se gane), más bien habría que reconocer el inmenso valor patrimonial de ese diccionario. Ahora bien, si se consulta el significado de "ganar" en el Diccionario de la Lengua Española, figura entre sus diez acepciones la de "conquistar o tomar una plaza, ciudad, territorio o fuerte". Entonces, si "ganar" es conquistar un territorio, se puede intuir cómo llegó el hablante al vocablo que hoy se registra, tal como se comprende también el sentido figurado de la expresión que surge a partir del castizo verbo.
Por tanto, el llamado "a ganarse" es casi lógico. Y en esa lógica particular se aloja también la creatividad, rasgo fundamental del lenguaje.
Ana Castillo Ibarra, académica de la Universidad del Desarrollo
Migración y centroizquierda
En la presentación de la Encuesta Bicentenario 2018, Carolina Tohá reconoció que "el mundo de la centroizquierda no se anticipó" al fenómeno migratorio. Sin embargo, parece ser que la frase correcta es que el gobierno anterior no reaccionó ante el proceso.
No es algo que se veía venir, es algo que estaba pasando. La administración anterior duró entre marzo 2014 y marzo 2018: en ese período se pasó de tener 416.028 a 966.363 migrantes, según la Dirección de Extranjería y Migración. Esto implicó que pasaron de ser el 2,3% a 5,5% de la población en sólo cuatro años.
Y esto sin contar las 263 mil personas que se acogieron al proceso regulatorio (un aumento de 27,7% de población migrante en base a la estimación para 2017). Sigue siendo un misterio cuántos no se acogieron al proceso.
Por esto, urge pasar de una legislación anacrónica -de 1975- a una política de Estado que asegure una migración ordenada, segura y regular, como la misma ONU insta desde la Declaración de Nueva York en 2016.
Alejandro Varela