Todos los años la autoridad de Salud llama a prevenir posibles contagios de virus hanta. Es en el verano, claramente, donde se registran los principales riesgos, debido al aumento de la población de ratones y la ocurrencia de incendios forestales, una mezcla de factores que potencia el riesgo de contagios.
Los incendios forestales obligan a los animales silvestres a huir -entre ellos los ratones colilargos que portan el virus hanta- y pueden acercarse a zonas habitadas por las personas, en busca de alimentos.
El virus hanta es una enfermedad viral, que se transmite al ser humano desde el ratón de cola larga, a través de la inhalación de olores de la orina de los roedores contagiados. Al ser un roedor silvestre, el mayor riesgo lo tienen personas que viven en sectores rurales, poco intervenidos por el hombre y quienes por actividades recreacionales van a esos lugares.
La enfermedad comienza con un cuadro similar a una gripe, con fiebre, dolores musculares y articulares, dolor de cabeza, a veces acompañado con síntomas gastrointestinales, y con dificultad respiratoria progresiva. Estos pacientes necesitan ser diagnosticados oportunamente y derivados a hospitales que posean camas UTI, ya que su manejo es dificultoso y requiere atención especial.
El gran riesgo radica en su alta letalidad, ya que en nuestro país muere alrededor del 35% de los contagiados.
Debido a las actividades relacionadas con la agricultura y la recreación, el hanta se presenta mayormente en primavera y verano.
En algunas regiones funcionan mesas de trabajo para evaluar el desarrollo del tema, y para desplegar campañas de prevención, con el fin de que la población sepa cómo actuar.
En la medida que la ciudadanía sea cuidadosa y tome medidas de higiene preventiva, especialmente en las zonas rurales durante el verano, se podrá aminorar el riesgo, para no tener que lamentar más muertes o casos de contagio.