Provincia: 37 cementerios rurales funcionan sin costo y con panteoneros ad honorem
HISTORIA. Muchos pertenecen a comunidades indígenas y algunos se emplazan en terrenos de privados o de la iglesia católica. Lo cierto es que todos prestan un servicio gratuito y con cuidadores voluntarios, lo que da cuenta de la generosidad y el respeto de la gente de campo hacia las tradiciones.
Los visitantes del sur de Chile suelen quedar maravillados con los paisajes que, en la provincia de Osorno, varían entre lagos, montañas, mar, ríos, praderas de distintos colores y un componente poco tradicional, pero que suele llamar mucho la atención en medio de los campos: los cementerios rurales, ubicados en terrenos privados o de comunidades indígenas en la mayoría de los casos y, en los menos, de la iglesia católica.
De acuerdo al registro de la Autoridad Sanitaria, en la provincia de Osorno existen 37 cementerios en sectores rurales que no dependen de los municipios, sino que de las mismas comunidades que se encargan de administrarlos.
En Osorno hay cinco ubicados en la Misión de Rahue, Forrahue, Pucoihue, Remehue y Cancura; en Purranque existen cuatro: en Crucero, Corte Alto, Collihuinco y Hueyusca; en Río Negro hay dos: en Riachuelo y El Bolsón; en San Juan de la Costa cinco: en la Misión San Juan, Purrehuín, Puloyo, Misión Cuinco y Bahía Mansa; en San Pablo funcionan siete: en Misión Quilacahuín, Los Juncos, Quitre Quitre, Quilén, Pufayo, Cantiamo y Huiño Huiño; en Puerto Octay hay 11, ubicados en los sectores de Quilanto, Playa Maitén, Parroquial Puerto Octay, El Volcán, Laguna Bonita, Chacay, Nochaco, Las Cascadas, Río Blanco, Río Blanco Coihueco y El Corrieco; y en Puyehue existen cuatro, en Isla Fresia, El Encanto, El Milagro y en el fundo Gol Gol.
Reinaldo Low, encargado regional de Establecimientos de Uso Público de la Seremi de Salud, explica que la mayoría pertenece a comunidades indígenas y ellos mismos los administran, lo mismo pasa con algunos que se emplazan en terrenos de la iglesia.
"En Puerto Octay, la mayoría están emplazados en terrenos privados, ya que fueron creados por inmigrantes alemanes que llegaron a la zona", indica.
De los 37, sólo siete están regularizados y tienen un libro de registro de las sepultaciones: uno en Purranque, uno en Río Negro, uno en San Pablo y cuatro en Puerto Octay.
La Autoridad Sanitaria fiscaliza el buen funcionamiento de todos los cementerios, incluyendo los municipales.
"Regularizados significa que sacaron permiso y autorización sanitaria luego de presentar un proyecto, aunque en la mayoría de los casos se trata de autorizaciones muy antiguas", explica Low.
Agrega que los dueños del terreno -sean comunidades indígenas, privados o la iglesia- deben encargarse de las condiciones del lugar.
"Entre las exigencias está contar con agua, senderos o caminitos para el tránsito interno, buen manejo de los residuos, algunos servicios higiénicos, además de un libro de registro de las sepultaciones. Un administrador o una persona a cargo que es lo que suele suceder en los campos", dice el encargado regional.
La razón por la que 30 camposantos rurales no están regularizados se debe a que algunos cementerios ya no tienen movimiento, es decir, prácticamente no hay más entierros en la actualidad.
"Y otro tema, muy común en el caso de las comunidades indígenas, tiene que ver con la tenencia del terreno, ya que suelen ser espacios pertenecientes a la comunidad, sin un propietario, y así difícilmente pueden regularizarlo. Algunos loncos han venido a conversar con nosotros para regularizar sus cementerios y les hemos dicho cuáles son las exigencias y uno de los problemas de tope siempre es la tenencia del terreno", indica Low.
Cuando el cementerio es regularizado, en el proyecto presentado por la comunidad se delimita el espacio del recinto, de acuerdo al tamaño del sitio, con una capacidad limitada que queda claramente especificada.
Así lo detalló Low al afirmar que "siempre tienen un cierre perimetral autorizado, los cementerios no pueden expandirse lo que quieran, todo tiene que ser autorizado a través de una solicitud de ampliación a la Autoridad Sanitaria".
Costos
En los cementerios rurales no cobran a quienes deseen sepultar a sus familiares, porque generalmente se trata de los miembros de la misma comunidad del sector.
Así lo detalló María Nilián, vecina de Forrahue, cuyo cementerio tiene la particularidad de pertenecer a la comunidad indígena del sector y fue declarado Monumento Nacional en 2014, en la categoría de Monumento Histórico, a solicitud de la presidenta de la comunidad huilliche de Forrahue, Elizabeth Acum Nilián.
Pertenece y es administrado por la comunidad indígena desde su apertura en 1890.
"Yo nací y me crié acá y el cementerio ya estaba. Tiene una división, porque hay una parte más nueva y no se cobra porque la misma gente de la comunidad sepulta a sus familiares", menciona Nilián.
Río Negro
Si bien de acuerdo al registro de la Autoridad Sanitaria en Río Negro habrían dos cementerios rurales -en Riachuelo y El Bolsón- Low aclara que existen muchos que no están registrados, porque son pequeños o probablemente nunca han intentado regularizarlos.
Es el caso de los cementerios de los sectores de Chahuilco y Casa de Lata.
En el primero, Margoth Henríquez, junto a su marido, fueron los encargados del camposanto durante más de diez años.
"El cementerio se ubica en un predio privado de la familia Hott, que lo facilitó a la comunidad y la primera persona que fue sepultada está en un lugar destacado, en el centro del lugar, lo cual sucedió hace 100 años", explica.
Además, cuenta que, como sucede en los cementerios de campo, está siempre abierto y no se cobra a quien desee sepultar a alguien.
"Cuando hacen el trámite en el Registro Civil, deben indicar dónde lo van a sepultar y tienen que especificar que lo harán acá y eso es todo. Fue un cementerio que nació en beneficio de la comunidad, así que el que quiera puede hacer uso el espacio", indica Henríquez.
Lo mismo sucede en el sector rural de Casa de Lata, donde existe un cementerio conocido popularmente como "de los Lefián" en referencia a la familia indígena que cedió parte de sus terrenos para dicho efecto.
Juan Pacheco es la persona a cargo -o "panteonero"- desde hace unos 40 años y antes lo fue su padre y también su abuelo. Es una labor voluntaria que tres generaciones han realizado en beneficio de la comunidad.
"Este cementerio tiene al menos 200 años -subraya- y deben haber unas 500 personas. Cualquiera puede hacer uso, sólo tienen que traerme la defunción y ellos se encargan de realizar el funeral. Antes había un libro de registro, pero ahora sólo voy guardando las defunciones", detalla.
Este cementerio, rodeado por árboles, tiene senderos interiores marcados por ligustrinas que llenan de verde y de paz el lugar.
Así lo destaca Pacheco, quien explica que, en promedio, cada tres meses hay un funeral. Los visitantes debe trasladar agua desde sus casas, porque en el campo tienen agua de pozos y en el lugar no hay conexión.
"El cementerio está siempre abierto y la gente es bien respetuosa, se preocupan de cerrar la 'tranca', de dejar limpio, de no fumar por riesgo de incendios. Yo creo que esa es una cualidad que se da en el campo, donde aún se respetan mucho las tradiciones", comenta.
Toda la familia de Juan Pacheco está sepultada en el lugar. "Hay varias sepulturas abandonadas, porque la descendencia ha fallecido o porque se han ido a vivir a otros lados y las olvidan o vienen cada cuatro o cinco años y entonces se deterioran, se van pudriendo. Muchas son de madera, pero el cementerio sigue vigente y es querido por las familias del sector", aclara el panteonero ad honorem.
"La gente es bien respetuosa, yo creo que esa es una cualidad que se da en el campo, donde aún se respetan las tradiciones".
Juan Pacheco, Cementerio de Casa de Lata"
"Siempre tienen un cierre perimetral autorizado, los cementerios, no pueden expandirse lo que quieran, todo tiene que ser autorizado".
Reinaldo Low, Encargado regional de Establecimientos de Uso Público de la Seremi de Salud"
30 camposantos rurales no están regularizados debido a que muchos ya no registran entierros y en otros hay problemas con la propiedad del terreno.
7 cementerios rurales están regularizados: uno en Purranque, uno en Río Negro, uno en San Pablo y cuatro en Puerto Octay.
200 años tendría el cementerio rural de Casa de Lata, conocido también como "de los Lefián", cuyo panteonero ad honorem es el vecino Juan Pacheco.