Los hechos indican que los supermercados locales están incendiándose con mucha frecuencia. El 17 noviembre de 2017 sonó la alarma en el Lider de calle Errázuriz; el 11 de enero de 2018 se incendió el A Cuenta en calle Victoria; el 24 de marzo la alarma fue accionada por el Unimarc en calle Bulnes; el 22 de julio ocurrió el último siniestro de grandes proporciones en el Lider La Casona, de René Soriano. Bomberos de ocho compañías reforzados por San Pablo y Río Bueno trabajaron 15 horas para apagar las rebeldes llamas y humareda de una bodega con productos químicos inflamables. La emergencia amenazó la seguridad de un condominio colindante, donde 600 personas tuvieron que ser evacuadas. ¿Qué pasa en estos negocios que están tan expuestos a generar incendios?
La correcta y oportuna respuesta de Bomberos siempre apaga los incendios, investiga las causas y emite informes para que las causas se archiven en tribunales o se investiguen cuando se descubre alguna intencionalidad. Lo mejor de todo es que el mismo informe de Bomberos garantiza el pago de las pólizas de seguros. Por tanto, los negocios se benefician y no sufren con su bolsillo el daño ocasionado. Las empresas recuperan sus pérdidas y a veces hasta hacen un negocio con el siniestro, pero no son sensibles con la emergencia causada a la ciudad ni a sus vecinos. No están ni ahí.
Cualquier empresa atendida en estos siniestros consume parte del presupuesto de Bomberos para atender a la población, es más, en el incendio del supermercado de La Casona, Bomberos desembolsó ocho millones de pesos sólo en materiales, un 10% de todos los recursos reunidos en la campaña del sobre. El retail, como dijo el comandante Marcelo Millar, aporta cero a la Campaña del Sobre y, por tanto, a la hora de apagarles un incendio se consumen los ahorros de nosotros, los habitantes, que tradicionalmente estamos comprometidos con la institución. Es una vergüenza que nosotros, sus clientes, financiemos sus emergencias.
Las empresas debieran devolver a Bomberos lo gastado en sus siniestros, hacerse socias y aportar con una cuota anual. Debieran pagar por los informes periciales que le permiten cobrar los seguros y/o suscribir bonos de Bomberos. También pienso que deben revisarse las leyes de financiamiento de Bomberos, deben apretar la tecla los honorables para que los escasos recursos que provienen de rifas, bingos, campañas, etc., sean usados para atender gratuitamente a las personas y a los hogares.
Para las empresas comerciales el servicio de apagar incendios cada vez más frecuentes no puede ser gratuito.
Raúl Ilharreguy, arquitecto