Recogiendo las recomendaciones realizadas en el Plan Maestro de Transporte que elaboró la Secretaría de Planificación de Transporte (Sectra), que es el organismo que guía las inversiones en materia vial a largo plazo en las ciudades, el Gobierno Regional anunció la semana pasada que a fines de este año se abrirán las licitaciones para dos grandes obras de infraestructura: la construcción de la doble vía en el acceso norte a Osorno por Pilauco; y la completa remodelación de la avenida Julio Buschmann. Según el cronograma, se espera que ambos proyectos, que demandarán una inversión de $21 mil millones, comiencen a concretarse en el primer semestre del próximo año, contribuyendo de esta manera a las mejoras de tránsito que se han venido desarrollando en vías estructurantes de la ciudad, y que corresponden a las ampliaciones de las avenidas Rodríguez, Mackenna y a la que se ejecuta actualmente en República.

En el caso del acceso por Pilauco, la iniciativa ($17 mil millones) contempla la intervención de cuatro kilómetros, desde el ingreso por la Ruta 5 hasta la calle Bulnes, lo que incluye un nuevo puente sobre el río Damas a la altura de Freire. En Julio Buschmann, en tanto, las obras (por $4 mil millones) consideran desde el antiguo puente sobre el Damas, que será refaccionado, hasta la avenida César Ercilla, permitiendo así una expedita conexión en el eje este-oeste que seguirá por Mackenna y continuará por República.

Se trata de dos proyectos que por su magnitud implicarán un cambio sustantivo en la conectividad de la población osornina. En el caso de Pilauco, favorecerá el crecimiento inmobiliario en el sector, que hasta hoy pareciera encontrarse en el patio trasero de la ciudad, producto de aquel inseguro camino que va serpenteando desde Bulnes; mientras que la doble vía de Julio Buschmann beneficiará el ingreso expedito y seguro desde la Ruta 215 hasta el centro mismo de la ciudad, con un esperable impacto positivo en la actividad comercial y turística.

La concreción de las iniciativas tendrá, naturalmente, un impacto negativo mientras se desarrollen las obras, pero si el cronograma se cumple y la información circula como corresponde hacia la comunidad, será el costo del progreso de una ciudad que sigue dando muestras de su pujanza.

"Subsidiados en pleno barrio ABC 1", "por ningún motivo", dicen unos. "Tenemos derecho", rebaten los otros. ¿Quién está en la razón? Considerando la voluntad que como hermanos debemos tener para apoyar al que lo necesita y los impuestos que debemos pagar para solventarlos, sería inteligente plantearnos cómo llegamos al mito de la casa propia. ¿Cómo fue que una solución típica chilena, "pase no más compadre", se transformó en "no tengo casa, el Estado debe solucionarlo"? Y en menos que canta un gallo hoy basta ser chileno para exigir casa propia.

Según la Declaración Universal de Derechos Humanos (Artículo 25), toda persona tiene derecho a una vivienda digna. No obstante, más allá de la declaración de derechos universales o de las constituciones de cada país, cabe preguntarse desde la lógica y el criterio más simple, ¿qué hace que un individuo pueda obtener o contar con una vivienda?

Como se sabe, antiguamente al troglodita le bastaba una caverna para protegerse él y su familia, en esa época regía la estricta propiedad privada, la cual los miembros del clan defendían con su propia vida. Hoy, en cambio, nuestra sociedad ha "evolucionado" a un concepto comunitario en el cual se perfila una especie de solidaridad obligatoria impuesta a través de los impuestos, valga la redundancia (dicho sea de paso, no basta con deslomarnos, sudar y/o pelear hasta conseguir una casa, pues si no pagamos impuestos, nos la quita el Estado).

Entre ambos extremos de la propiedad privada a comunitaria, surgen preguntas esenciales: ¿Tengo como alimentarme? ¿Tengo techo? ¿Tengo recursos para mantener "estos bienes"? ¿Cuento con suficiente para mantener a una familia? Y luego, una vez que tengo todo esto, ¿puedo, además, aportar para la vivienda y mantención de otras familias?

Es extraño, se supone que el hombre tiene el cerebro más desarrollado del reino animal, sin embargo, nuestros hermanos pájaros, con su pequeño cerebro, primero hacen el nido y después ponen los huevos. Y nosotros, primero ponemos los huevos y después exigimos el nido. ¿El cerebro más evolucionado? …En fin.

Vivian Arend