El río Rahue navegable
Debido al desplome del puente Cancura están apareciendo aristas de sus causas, consecuencias y eventuales responsabilidades, a través de decisiones jurisdiccionales, si llegan al estrado. Me refiero a la situación completa, sólo de esta manera podríamos clarificar los hechos y conductas al respecto. Pueden ser motivos directos, precisos, inmediatos y suficientes para producir el colapso de ese viaducto con secuelas humanas, generar daños al recurso y medio ambiente; o bien la culminación de acciones pretéritas, como la deforestación de los bosques aledaños con restos de palos echados al cauce, más tierra y piedras desprendida de sus orillas desnudas, desnaturalizaron las corrientes y sus espacios heridos; incluso las extracciones de materiales de forma irregular y constante, autorizada o no, produjeron estos desgraciados hechos. En uno u otros casos está por dilucidarse.
Dado lo anterior, razones de orden histórico, patrimoniales y de conveniencia para el desarrollo provincial deberían motivar a revertir esta situación e ir más al porvenir, rememorando el pasado del río Rahue navegable. Con ello volveríamos a ser protagonistas. Veríamos a los barquitos de carga y pasajeros arribando y zarpando de muelles urbanos, paseos imperdibles, vecinos y visitantes en sus riberas.
Estoy seguro que por estas y otras razones los ciudadanos esperamos de las corporaciones de protección ambiental y progreso, de las autoridades regionales, provinciales y comunales, que junto a sus universidades y profesionales, seamos convocados a un pronto seminario para tratar el tema.
Mario Cárdenas Bustamante, abogado
Gestión de Piñera
Con las últimas excursiones nocturnas que ha realizado el presidente Piñera contra la delincuencia, es tal vez, el reconocimiento nítido a lo que fue su primer gobierno, respecto a lo que le dio rédito electoral y que se plasmó en su eslogan de campaña: que en su gobierno a los delincuentes se les iba a acabar la fiesta; y que al final de su administración, según expertos en la materia, quedó al debe.
Es cierto que este fenómeno social que aqueja a nuestra sociedad no es tarea fácil de abordar y de solucionar de un día para otro. Aparte de tener sus causas y efectos, lo malo fue y es que en periodos electorales este flagelo de la delincuencia, como es un tema muy sensible por parte de la ciudadanía, la derecha en particular lo ha politizado hasta la saciedad, que en vez de abordarlo como un problema de Estado, lo hace propio, con rasgos casi mesiánicos. Dan a entender que su sector político era o es el único capaz de solucionarlo.
En el presente Piñera ha dado señales contradictorias: por una parte llama a una mesa de diálogo con algunos personeros de oposición incluidos y al final del día se ha dado cuenta que debe ser una preocupación de Estado; pero por otro lado, se embarca en una campaña comunicacional, montando todo un aparataje policial, donde la PDI y Carabineros, con sus altos mandos, lo acompañan en estas salidas tipo redadas en las poblaciones conflictivas de la capital, cayendo, quiéralo o no, en lo grotesco, con ciertos rasgos de populismo.
Piñera debe entender que no estamos en campaña presidencial, eso ya fue. Por lo demás, Chile necesita un Presidente y no un sheriff de la Moneda, ya que no tiene necesidad de enredarse en pirotecnia política para la galería para demostrar, tal vez, que es el Presidente que sí se preocupa de la delincuencia. Para eso están los que tienen que hacer la pega: sus ministros del área, los altos mandos de Carabineros, la PDI y la Fiscalía, así como el Poder Judicial. Piñera debe ocupar el puesto que le corresponde, donde una mayoría lo hizo su presidente por 4 años.
Carlos Angulo Benavides
Pago por colusión del confort
Durante estos días se están pagando los $7 mil de la compensación por colusión del papel confort. Muchos medios han aprovechado para salir a las calles a preguntar cuál es la opinión de la gente o qué harán con el dinero recibido. Las respuestas son variadas, pero no deja de sorprender que algunos ciudadanos den gracias por la "ayuda".
Esto da la sensación de que nos hemos quedado con lo "anecdótico" de recibir $7 mil y no con el fondo: la colusión.
Y la verdad es que una colusión está bastante lejos de ser una ayuda, sobre todo en una economía de libre mercado que alcanza su máximo potencial con la competencia.
No podemos permitir que la colusión se vuelva trivial. Este tipo de ilícitos deben ser castigados con sanciones ejemplares y repudiados de forma transversal. No perdamos el foco o terminaremos vendiendo nuestra alma por módicas siete lucas.
Marcelo González