"Está claro que los alcaldes tienen que declarar, porque son ellos los encargados de las fiscalizaciones"
Leyla Chaín, fiscal, por interrogatorio
a dos alcaldes por tragedia del Cancura
"En los últimos cinco años, esta es una diligencia de las más importantes por la cantidad incautada"
Ronny Salgado, comisario de la PDI, por decomiso de 23 kilos de marihuana
Milagrosamente sólo con contusiones y hematomas de mediana gravedad resultó un transeúnte domiciliado en Francke, al caer de una altura de seis metros a un sitio ubicado al costado de la ribera del río Damas. El peatón cayó por una de las barandas en mal estado del puente Bulnes, que conecta al sector con Pilauco.
Cortes de luz, destrozos en seis viviendas y daños en postes del alumbrado público ocasionó en el sector costero de la provincia de Osorno el temporal de lluvia y viento. La localidad más afectada por el frente de mal tiempo fue Maicolpué. Los mayores destrozos se produjeron en el bulevar de la playa central.
De los variados coletazos que ha arrojado la sorpresiva y fatal caída del puente Cancura en la ruta que une a Osorno con Puerto Octay, uno muy importante ha sido la constatación de la inexistencia de una ordenanza en la capital provincial que regule la extracción de áridos desde los ríos que atraviesan por la comuna, una práctica de muchos años atrás en incontables lugares del país que, en sencillo, se basa en acceder, a un bajo costo, a material pétreo producido de forma natural que luego es vendido a empresas ligadas a la construcción. Considerando que la extracción de áridos ha sido mencionada como uno de los probables factores que incidieron en el desplome del viaducto, la presencia o ausencia de una ordenanza de este tipo se convierte en un aspecto sensible, más aún si la especial configuración hidrológica hace de Osorno un sitio con variados puntos desde donde se saca el material pétreo.
Luego de ocurrido el infortunio del Cancura, tres concejales osorninos ya solicitaron formalmente al alcalde la dictación de una ordenanza municipal que regule de alguna forma una actividad que, sin la adecuada fiscalización (habrá que esperar qué dice la investigación del Ministerio Público en este sentido), puede llegar a modificar sustancialmente el cauce de los ríos y poner en peligro obras fluviales que no están preparadas para soportar un aumento de la tensión. La petición de los concejales se basa en lo que sucedió en el Cancura, pero recoge también variadas inquietudes planteadas en el pasado, en el mismo ámbito del gobierno comunal, por la extracción de áridos en otros puntos del río Rahue.
En otros lugares, la remoción de material pétreo también se ha encontrado en el centro de la polémica. En Olivar (Región de O'Higgins, por ejemplo), el municipio suspendió hace poco más de un mes la extracción en el río Cachapoal por el peligro del reencausamiento en zonas pobladas, al tiempo que otros gobiernos comunales ya cuentan con ordenanzas que regulan esta actividad.
La tragedia del Cancura debería ser razón suficiente para que los municipios de la provincia, comenzando por Osorno y Puerto Octay, asuman su rol y evalúen de qué manera pueden regular de mejor forma esta actividad en los cauces de la zona.
Hace pocos días la OCDE presentó el informe "¿Un elevador social descompuesto? Cómo promover la movilidad social", planteando que los ingresos, la profesión y el nivel educativo se transmiten de una generación a otra, siendo necesario actuar para solucionar la estancada movilidad social, que se define "como el tránsito de una persona de un nivel socioeconómico a otro".
La relevancia de la movilidad social se relaciona directamente con la igualdad de oportunidades en una sociedad, donde cada persona debería tener las mismas posibilidades de alcanzar el éxito y una buena calidad de vida. En las sociedades donde ello no ocurre crecen las tensiones sociales y se incrementan las brechas entre los más ricos y los más pobres.
El informe plantea que al aumentar en los años 90 la desigualdad de los ingresos, provocó el estancamiento de la movilidad social y en promedio el niño de una familia pobre necesitaría por lo menos cinco generaciones para alcanzar un nivel medio de ingresos.
Mientras la brecha en los países nórdicos es de dos generaciones, en Chile es de seis generaciones y en Colombia son 11 las generaciones que deben pasar para que un integrante de una familia del 20% más pobre pueda alcanzar un nivel de ingresos medio de su país.
El estudio plantea, dicho de manera muy simple, que una persona pobre y sus generaciones seguirán siendo pobres y una persona rica y sus generaciones seguirán siendo ricas, manteniéndose e incrementándose las brechas sociales si no se generan políticas públicas adecuadas.
Las soluciones que se plantean son instituir políticas que brinden a todos la oportunidad de tener éxito, aumentando la inversión en políticas públicas en educación, salud y familia, creando condiciones más justas para los niños desfavorecidos. También se mencionan: el acceso a viviendas de buena calidad y transporte; el reducir la evasión de impuestos y diseñar sistemas tributarios que permitan redistribuir la riqueza; y fortalecer las medidas de protección social y los programas de capacitación.
Una de las formas más habituales de reproducción de la desigualdad es la transmisión de conocimiento de una generación a otra, puesto que predetermina las trayectorias de vida desde la infancia, pero de igual modo, la educación nos puede permitir como sociedad alcanzar la justicia social y el derecho a que todos los niños y jóvenes puedan desarrollar sus talentos y capacidades.
Óscar Garrido Álvarez, rector
de la Universidad de Los Lagos
La estabilidad productiva que hoy registra la agricultura, como consecuencia de las políticas implementadas por el Gobierno, destacó el presidente de Sago, Miguel Loayza, señalando que la gestión no habría sido posible sin el concurso y la abnegación del trabajador agrícola, lo que muchos han olvidado.