Si desde temprano la ciudad de Osorno hubiese sido objeto de una adecuada planificación urbana, con actualizaciones constantes que se hubiesen hecho cargo de los cambios económicos y sociales y de los desafíos futuros, miles de habitantes del populoso sector de Rahue no estarían sufriendo ahora con la cruel paradoja de la abarrotada movilización colectiva en las horas punta. Una ciudad de la magnitud de Osorno, de tamaño medio y sin las complejidades de las de mayor superficie, debería contar con un sistema de transporte urbano moderno que haga de los viajes una experiencia satisfactoria y oportuna, no como lo que vivencian los rahuinos cuando en las mañanas quieren desplazarse hacia el sector céntrico.

Tal como lo comprobó este diario, subirse a un microbús en las horas punta puede llegar a ser una experiencia tortuosa, con pasajeros apretujados y encaramos en la escalinata, poniendo en riesgo su propia integridad. Los pobladores reclaman que la frecuencia del recorrido de las líneas de transporte es muy baja y que, además, la flota vehicular de microbuses, contra lo que se supone necesita una ciudad en crecimiento, ha disminuido.

Aquí es cuando se evidencia la necesidad de un plan de ordenamiento del transporte terrestre que lleva años como una de las grandes promesas incumplidas en Osorno. Se han sucedido las autoridades regionales de la cartera, se han anunciado estudios, prontos inicios y nuevos estudios, pero el panorama de hoy es prácticamente el mismo de hace unos años, con la diferencia, ya dicha, de una ciudad más grande y con menor capacidad en la flota vehicular.

Si la autoridad ministerial no asume la urgencia de este problema, y si el municipio no insiste en este imperativo ciudadano, lo más probable es que el problema se seguirá extendiendo en el tiempo, porque como suele pasar en la gestión pública, irán apareciendo nuevas dificultades que tendrán que ser priorizadas. Es el sino de numerosos anuncios e incluso programas en ejecución.

Es de esperar que el Ministerio de Transportes reconozca la urgencia de un plan de ordenamiento y que se acelere su diseño e implementación.

Comúnmente pensamos que el mundo de las y los científico/as ocurre y debe ocurrir de forma exclusiva en espacios herméticos, como en una oficina redactando papers, creando algún proyecto nuevo de investigación, en un laboratorio analizando muestras, o bien, lo entendemos como una actividad individual de los investigadores para recolectar información en terreno que permita respaldar o verificar las hipótesis planteadas.

Sin embargo, los estudios sobre ciencia, tecnología e innovación (Latour, 1995) han permitido mostrar que la labor científica se enriquece cuando las preguntas que dan origen a desarrollar, aplicar, transferir o probar nuevo conocimiento científico-tecnológico, son adquiridas desde espacios abiertos, sistémicos e interactivos.

Esta forma de entender la ciencia exige que miremos de otra forma nuestra actividad social y económica. La generación de valor y desarrollar innovaciones, esto es, la creación de nuevos productos, procesos, nuevas formas de organización o de comercialización, está condicionada en buena medida por la capacidad y dinámica que tienen la ciencia de interactuar con las empresas y la comunidad en general.

Sobre la base de esta perspectiva, nace lo que hemos querido realizar en Osorno: el Primer Congreso Tecnológico Agropecuario, que tendrá lugar el jueves 19 de julio en la sede de la Universidad Tecnológica de Chile Inacap Osorno. En la actividad, contaremos con la presencia de cuatro relatores principales (dos de Estados Unidos y dos nacionales), así como más de 40 ponencias y póster que tratarán diferentes temáticas ligadas al mundo agroalimentario, que irán desde la robótica, el uso de drones en la agricultura, experiencias concretas de energía renovable, electromovilidad, desarrollo de nuevos alimentos, análisis socioeconómicos de modelos organizacionales y sustentabilidad ambiental, entre otras.

Las ponencias y póster estarán a cargo de diferentes universidades, centros de investigación, laboratorios, asociaciones y empresas, tanto nacionales como internacionales, a quienes agradecemos enormemente el compromiso por enviar y difundir casos concretos.

La invitación queda abierta a toda la comunidad osornina. ¡Los esperamos ese día!

Marco Rosas Leutenegger, director de Innovación de

la Universidad Tecnológica de Chile Inacap Osorno