Albergues y bajas temperaturas
El Gobierno inauguró el refugio para las personas en situación de calle cuando ya iban dos días con los termómetros marcando 4 grados bajo cero.
Aunque el clima sureño lleva ya centenas asociado a las bajas temperaturas durante la época invernal, es inevitable que cada vez que los termómetros bordean los cero grados o caen por debajo de ese nivel, las conversaciones giren en torno a las dificultades propias del ser humano para sobrellevar el frío extremo sin los resguardos mínimos, y acerca de los riesgos para la salud que implica la exposición prolongada a estas condiciones meteorológicas. Es cierto que en los hogares de Osorno, Purranque y Río Negro, por ejemplo, hay mayores capacidades para soportar las bajas temperaturas que en la zona central -hasta por un tema de costumbre-, pero también lo es que las personas en situación de calle enfrentan por estos días, si es que no concurren a los albergues acondicionados para estos efectos, serios peligros para su vida.
En este sentido, llama la atención que recién la semana pasada, cuando el frío ya llevaba varios días haciendo mella en la zona, el Gobierno, de la mano de la Seremi de Desarrollo Social y de la Gobernación, haya puesto en marcha un refugio para los indigentes (en la calle Freire), tal como se viene haciendo desde hace algunos años. En las jornadas previas ya se habían registrado dos días con temperaturas por debajo de los menos 4 grados, y para entonces la administración gubernamental no tenía implementada ninguna solución, salvo el ya consabido direccionamiento a los programas del Hogar de Cristo que, al final, muchas veces termina asumiendo responsabilidades que deberían competerle al Estado.
Afortunadamente, en aquel período sin "cobertura oficial" no hubo desgracia alguna que lamentar, en caso contrario, el panorama habría cambiado radicalmente. Si bien no hay claridades acerca de la tardanza del inicio "Plan de invierno, una noche digna", que es como el Gobierno nombró a esta iniciativa, se deben recoger las lecciones para que el próximo año su diseño e implementación ocurra no cuando las bajas temperaturas ya están acechando a las personas en situación de calle, sino antes de su llegada, a fin de una adecuada comunicación y socialización con los eventuales beneficiados.