Emociones en Osorno
Miedo, confusión, angustia y dolor son emociones naturales al vivir nuestra humanidad. Las personas los sentimos en diversos momentos y son necesarios para darle sentido a la realidad que vivimos.
En estos 1.251 días desde que se nombró al obispo Juan Barros han sido emociones presentes al interior de las comunidades, familias, religiosos y laicado. Por algo se produjo la división diocesana y la parálisis pastoral. Cómo hablar desde estas emociones al saber que en Chile existe una cultura del abuso, encubrimiento y secretismo. Escuchar es más que necesario para salir de la crisis.
La llegada esta semana de Charles Scicluna y Jordi Bertomeu es la propicia para manifestarles sin tapujos, aditivos ni edulcorantes. La destrucción de la intensa vida de fe de todos quienes peregrinamos en Osorno y la pastoral que tuvo la Diócesis necesitará un largo proceso de sanación y reconciliación basado en la verdad y el diálogo para restablecer la comunión rota. Enfrentar el conflicto es tarea de todos: globos negros y blancos, el clero y religiosas. Todos somos víctimas del sistema eclesial aplicado en Chile desde por lo menos tres décadas.
Asumir la crisis nos permitirá liberarnos, pero no se asume desde lo que diga el Papa o sus emisarios, sino desde el mirarnos a los ojos, llorar juntos, expresando sin eufemismos ni ideas preconcebidas lo que sentimos y pensamos. El punto inicial es que saquen al obispo Juan Barros reconociendo el error que fue nombrarlo, mantenerlo y las razones de su salida del obispado castrense.
Felipe Navarrete Moya
Sobre la historia de la patria
Nuestra historia está llena de pasajes que deben ser recordados, especialmente aquellos que parecen hazañas imposibles.
La batalla de Tacna junto a la toma y asalto del Morro de Arica son dos episodios que merecen un estudio y difusión en profundidad.
Ver por las redes sociales del Ejército de Chile los respectivos actos conmemorativos, al igual que diversos escritos de algunos lectores como el profesor Francisco Sánchez, nos debe llenar de esperanza de que nuestra historia estará algún día difundida como se merece.
Federico Urra, profesor de Estado
Carabinero asesinado
Me refiero al carabinero asesinado por un portador de un arma prohibida y luego de enviar el correspondiente pésame a sus familiares y al Cuerpo de Carabineros. Deseo referirme a un detalle no informado como si se usó una metralleta avanzada que impactó en la cabeza de la víctima y si aquello fue así el chaleco anti balas que portaba debería tener rastros. Caso contrario, corre la siguiente especulación, que espero sea incorrecta: el victimario apuntó a la cabeza del cabo después de haberlo identificado con chaleco de Carabineros, comprobando la intención de asesinarlo y escapar impunemente; y a la vez al comprobarse un posible entrenamiento que advertía la vulnerabilidad de la cabeza de los Carabineros, como nueva estrategia de la delincuencia.
Esta suposición se amplía al considerar que quien maneja armamento especializado debería disponer de un polígono igualmente fuera de la ley, para "gozar" de su acopio de armas avanzadas y lograr mejor puntería.
David Benavente
Contaminación en el hogar En las últimas semanas, los chilenos hemos sido víctimas de una ola de frío y son muchos los hogares que están recurriendo a la calefacción. Sin embargo, en la mayoría de los casos utilizando artefactos altamente contaminantes.
Durante la época de otoño-invierno se produce un mayor número de personas intoxicadas con monóxido de carbono debido a un mal manejo en la calefacción intradomiciliaria.
El monóxido de carbono es un agente nocivo que produce una de las intoxicaciones más frecuentes durante el invierno en nuestro país. Distintas fuentes producen este tóxico como calefones o cocinas en mal estado, braseros, estufas a parafina o gas, quema de leña, incendios, obstrucción de los sistemas de evacuación de gases y contaminación ambiental.
Este tipo de intoxicación puede afectar a uno o más miembros de un grupo familiar. Una persona intoxicada con monóxido de carbono puede manifestar síntomas como cefalea, irritabilidad, disminución de la capacidad intelectual, fatiga, náuseas, vómitos, confusión, taquicardia, compromiso de conciencia, y en casos severos convulsiones y paro respiratorio. En lactantes y recién nacidos se presenta apnea e hipotermia.
En caso de que una persona esté expuesta a monóxido de carbono o encontrarlo con los síntomas descritos, es necesario retirarlo de inmediato del lugar, teniendo presente que la persona que rescata debe tomar las precauciones para no verse afectada.
Fernando Torres, director Escuela Química y Farmacia U. Andrés Bello