Hace una semana atrás, la Corporación de la Carne realizó una serie de actividades en la Región de Aysén, territorio que cuenta con varios asociados a nuestra entidad. La actividad fue tremendamente positiva. Sabemos que es una vasta zona geográfica que posee una vocación ganadera natural. Sin embargo, también ha visto decrecer la masa ganadera bovina, tendencia similar al resto del país, pasando de igual forma por una fase de desánimo e incertidumbre, que duró un lapso importante de tiempo.
No obstante, existen varias señales interesantes: la raza principal es Angus, se observa una clara tendencia a la retención de hembras, se encuentran realizando interesantes proyectos genéticos con medición de impacto sobre parámetros productivos, y casi no existe uso de anabólicos. Ellos han apostado por el desarrollo de una ganadería libre de anabólicos, participan de la entrega de animales para exportación a China, exportación de ganado en pie, y hoy también ven con muy buenos ojos los procesos que podrían permitir el renacer de las exportaciones a la Unión Europea en 2018. La oferta es ahora mucho más consolidada y creciente, ejemplo de unidad ganadera.
En nuestra región tenemos más dispersión de uso de razas, con un componente lechero importante. Claramente los desafíos también son diferentes. El mercado nacional se ve ahogado por una ola de carne importada, con precios que no podemos controlar. Actualmente, la carne nacional no llega, en los meses de mayor oferta de ganado, al 40% de lo que se consume en el país.
Por ello, la exportación sigue siendo un aliado poderoso para poder contar con una opción paralela que permita rentar mejor. Por lo tanto, el llamado a los equipos técnicos, centros de investigación e innovación, apunta a fomentar el avance en sistemas productivos más eficientes y de menores costos.
Existe un tremendo desafío para poner en valor marcas chilenas, evitar que volvamos a perder los machos lecheros, que el segmento de engorda pueda acortar sus tiempos e incrementar ganancia, y que logremos un negocio atractivo para que las futuras generaciones se vinculen con la ganadería.
Verónica Ruiz Nolf, Corporación de la Carne