Los hermanos González desafiaron otra vez el mar: ahora unieron Bahía Mansa con Caleta Cóndor en su kayak
TURISMO AVENTURA. En 2016 ya navegaron desde la misma localidad costeña hasta Caleta Huellelhue. Ahora recorrieron 10 kilómetros más en la frágil embarcación, durante cinco horas y media.
Los hermanos Gonzalo y Rodrigo González, de 28 y 30 años respectivamente, con domicilio en la población Alcalde Pedro Alejandrino González de Río Negro, siguen sorprendiendo y enseñando que es posible surcar las tormentosas y turbulentas aguas de mar abierto en kayak, embarcación para uso deportivo en aguas tranquilas.
Esta vez hicieron el tramo entre Bahía Mansa, en la comuna de San Juan de la Costa, y Caleta Cóndor, apartada localidad situada en la comuna de Río Negro. Y lo lograron sin asistencia auxiliar alguna más que el ímpetu y la persistencia de hacer frente a lo que parece imposible.
Se trata de un reto complejo incluso para aquellos avezados y sufridos hombres de mar como Sergio Llancar y Juan Fica, conocidos vecinos de Caleta Huellelhue, que luego de vencer las penurias que presenta la barra del río Huellelhue, trasladaban antaño sus enormes basas de madera en pequeñas y frágiles embarcaciones a remo hasta el puerto de Bahía Mansa, durante cuatro horas interminables.
Si bien en 2016 los hermanos González, ex soldados del ahora Destacamento de Montaña Arauco de Osorno, unieron en kayak ida y vuelta el tramo de 18 millas entre Bahía Mansa y Caleta Huellelhue, que para ellos "fue arriesgado y muy difícil", lo hecho recientemente desde Bahía Mansa hasta Caleta Cóndor más al sur, con el doble de distancia de ida, supera todas las expectativas.
"Los dos trabajamos en ocupaciones muy distintas, uno en el norte y el otro en el sur, pero nos reunimos con nuestros padres en la época de vacaciones. Es verdad que le tenemos respeto al mar, pero desde niños nos forjamos esta idea de lograr lo imposible. Crecimos navegando estas aguas en bote a motor, porque mi padre trabajó como funcionario auxiliar en la escuela de Caleta Huellelhue. Ahora ya de adultos nos propusimos hacer lo mismo, pero en kayak", indicaron.
Están conscientes que la travesía en un bote a motor demora dos horas y media, dependiendo de las condiciones del mar.
"Sabíamos que el plan tenía sus riesgos y así fue, pero lo hicimos. En esa ocasión las olas eran inmensas y muy cambiantes. El desplazamiento duró tres horas y media que se hicieron interminables, ya que no veíamos nada a nuestro alrededor y a medida que avanzábamos, aparecieron pingüinos, medusas enormes, lobos marinos y pelícanos. Fue una gran experiencia y aventura", relataron.
A CALETA CÓNDOR
Los hermanos Gonzalo y Rodrigo González se propusieron este año intentar de nuevo la travesía, pero de Bahía Mansa hacia Caleta Cóndor, aproximadamente 10 kilómetros más que en 2016.
"Arribamos a Bahía Mansa a las 7 de la mañana y el mar estaba un poco movido, por lo que decidimos esperar. Partimos mar adentro a las 9 horas. Uno de los mayores obstáculos y sabíamos que iba sería así, fue el sector de Palerías, donde las olas son gigantes y el mar abierto te lleva hacia la costa. Pero pasamos. Todas las emociones que sentimos en este viaje fueron increíbles. Son cosas que no se olvidan jamás. A medida que íbamos avanzando, nos encontramos con algunas lanchas que transportaban turistas a Caleta Cóndor. Uno de los lugareños nos aconsejó no ingresar por la barra, por lo que decidimos hacerlo por la playa", señalaron.
Confiesan que cuando pasaron frente a la Caleta Huellelhue se sintieron felices, porque pensaron que no quedaba mucho para llegar a Cóndor. Pero al contrario. Este último tramo fue el más complicado.
"Sentimos que remábamos y no avanzamos. Las fuerzas nos flaqueaban. Vino el cansancio y nos sentimos obligados a remar más lento. El mar bravío cambiaba y se mostraba complejo. No nos quedaba otra que seguir hasta que de repente vimos a lo lejos la barra del río Cholguaco. Muy agotados llegamos a la playa de Caleta Cóndor. Nos miramos y nos reímos. Luego quedamos un rato en silencio mirando la playa", detallaron.
Alegría
Ambos están felices de haber cumplido el sueño de unir estos apartados sectores en kayak.
"Fueron cinco horas y media de trayecto. Terminamos en el camping donde descansamos. Después de estar varios días en la caleta, pensamos en retornar y pasar a saludar a los amigos a Caleta Huelelhue. Pero no fue posible, ya que tendríamos que llevar muchas cosas, así que decidimos dejarlo para una próxima vez. En Cóndor acompañamos a Jorge Barrera, mejor conocido como 'Coco'. Trabajamos en su lancha y días más tarde trasladó nuestro kayak hasta Maicolpué. Luego de un par de horas continuamos hasta Bahía Mansa, dispuestos a volver a casa", dijeron.
Los avezados kayakistas aconsejan a quienes deseen intentarlo, que sólo deben tener las ganas y vivir esta maravillosa experiencia de contacto directo con la naturaleza y turismo aventura.
"No es fácil. Se requiere más que voluntad , una enorme resistencia. Contar con las medidas de seguridad apropiadas. Y si pudieran ojalá ir acompañados de una lancha auxiliar. Lo que hicimos fue excepcional. Gracias a Dios hemos vivido para contarlo", reflexionaron los aventureros.