Idioma y poca regularidad son mayores dificultades en atención de salud primaria en inmigrantes
ATENCIÓN. Expertos aseguran que no traen nuevas enfermedades ni llenan los consultorios, todo lo contrario. Profesionales locales cuentan que la falta de regularidad para acudir a los controles es una de las grandes dificultades a la hora de atender a los inmigrantes en la provincia. Los pacientes extranjeros registrados en los Cesfam alcanzan los 336.
Al menos en la provincia de Osorno, ambas premisas fueron descartadas por profesionales del área. De hecho, la falta de cultura relativa a la salud preventiva que tienen en particular los haitianos, es una de las dificultades que encuentran los médicos para aplicar en ellos las políticas nacionales de salud.
Todos los consultados para esta entrevista coincidieron en que de todos los que existen en la ciudad, el Cesfam Dr. Lopetegui de calle Los Carrera es el que por lejos concentra la demanda de pacientes extranjeros. Así todo, en una mañana en aquel edificio, no pudimos apreciar un solo paciente afroamericano (son los haitianos la población migrante más grande en la comuna y a quienes se les achaca el "copar los servicios").
Un total de 336 extranjeros están inscritos al día de hoy en alguno de los Cesfam de la comuna. En su gran mayoría (218) son haitianos, seguidos por venezolanos (52), colombianos (26) y argentinos (19). Una cantidad pequeña si se toma en cuenta que el rango potencial de atención total de la red es de decenas de miles de personas (136.450 inscritos).
Más allá de si son muchos o pocos, en Chile la salud está consagrada como un derecho a nivel constitucional, lo que significa que el estado está obligado a garantizar que se provea. Respecto a esto se hace especial énfasis en la salud primaria y, por ende, en la atención primaria pública no se discrimina al paciente sin importar su nacionalidad o situación migratoria.
Barrera idiomática
La doctora Cristina Aedo, directora subrogante del Departamento de Salud Municipal de Osorno, fue categórica: "Nosotros atendemos a los usuarios sin hacer discriminación ni distinción. Al inmigrante se le atiende igual que a cualquier usuario".
Sin embargo, tampoco obvió que existen barreras que impiden una relación más fluida: "El tema del idioma es lo más complicado. Ha sido complejo para nosotros como equipo de salud al no estar preparados para atenderlos, más que nada por ese tema del idioma que dificulta la comunicación".
Según la facultativa, "el control de embarazo es una de las atenciones más frecuentes, seguido del control de regulación de fecundidad, que es algo que ellos no usaban".
Este último punto resulta interesante. Para los haitianos, el acceso gratuito a preservativos y píldoras anticonceptivas es toda una novedad, más aún, el poder recibir asesoría médica para planificar la cantidad de hijos a tener.
Eso sí, Aedo apuntó que "muchas veces consultan pero no continúan con regularidad. Puede que sea por el idioma". Agregó que otra atención es el control de los niños, pero también haciendo la salvedad de que muchos no están inscritos y no llevan una atención continua.
La matrona Mónica Díaz, directora subrogante del Cesfam Dr. Lopetegui, señaló que "la mayor dificultad que hemos tenido con ellos es la de entendernos por el idioma". Relató que incluso "muchos son analfabetos, entonces tampoco nos sirven los documentos enviados por el Ministerio, porque no los pueden leer".
En el caso de este céntrico Cesfam, el más frecuentado por haitianos, han logrado salvar la situación gracias a la casualidad de que tienen una funcionaria que habla francés. Pero así y todo, no todos los haitianos manejan fluidamente la lengua francesa, pues se comunican en creole.
"A veces vienen haitianos al Sapu y simplemente no pueden describir lo que sienten", agregó la matrona, quien contó que han debido comunicarse con diccionario y dibujos.
Falta de constancia
Díaz también corrobora la dificultad de la falta de constancia en la asistencia a los controles por parte de la población extranjera, en especial los haitianos: "Por el sistema de salud en su tierra natal ellos no están habituados a hacer controles, sino que a consultar por morbilidades, por la enfermedad en el momento".
La directora subrogante del Cesfam añadió que "nos falta conocer más de la cultura de ellos. Hay cosas que son obvias para nosotros pero para ellos no. Como que la mujer debe controlarse durante el embarazo".
Justamente Díaz confirma que es el control de embarazo el servicio más usado por los inmigrantes (a pesar de que también comentó que muchas embarazadas llegan a la consulta en estados muy avanzados), seguido por el control de natalidad, tal y como dijo la doctora Aedo. Añadió que respecto a quienes llegan por enfermedades, la mayoría de los casos corresponden a dolencias respiratorias.
Otro mito desmontado es el de las enfermedades. La doctora Jeanette Dabanch, experta en infectología, señaló que los inmigrantes "enferman de lo mismo que enfermamos nosotros. Las enfermedades que los aquejan son las frecuentes de aquí. Infecciones respiratorias y cuadros gastrointestinales".
La especialista complementó que el tipo de migración que ha llegado a la zona y al país no representa en absoluto un peligro epidemiológico: "Lo que sí puede ocurrir es que se les manifiesten aquí enfermedades infecciosas que adquirieron tempranamente en la vida. Y como son microorganismos que no vemos aquí, nos demoramos en hacer el diagnóstico", sentenció.
Agradecimientos
Milay Ramírez no lo ha pasado nada de bien en los últimos meses. Emigró desde Venezuela a Osorno por tierra, y apenas hace una semana perdió a su hijo mayor asesinado por un delincuente en su país natal.
Tras arribar luego del extenso y casi inhumano viaje, comenzó a sentirse mal. Fue al médico, le recetaron antibióticos, pero la fiebre persistía.
"No supe cómo manejarme con el frío", contó Milay, quien tenía un trabajo nocturno que no le ayudaba a escapar de las bajas temperaturas. Comenzó a toser sangre y le dio una parálisis facial con pérdida de fuerza al lado izquierdo.
Llegó a urgencias y quedó ingresada en el Hospital Base. "Estuve un poco más de dos semanas hospitalizada" dijo. Pero dentro de todo lo malo, encontró algo positivo que valorar: "Quedé abismada con la atención. Desde un principio todos estuvieron muy preocupados por mí. De hecho me llevaron a Puerto Varas a hacerme estudios de resonancia con contraste para ver si no era algo más grave".
Milay fue derivada a neurología. No le fue detectado nada al cerebro, pero sí una neumonía que se le agravó con el elemento emocional. Un cóctel nefasto para las defensas.
"Yo veía personas que se quejaban, y pensaba, sí, es verdad que se pueden demorar en atenderte, ¡Pero te atienden! Allá en Venezuela tienes que llevar tú los implementos médicos básicos para ser atendido. Las jeringas, el suero ¡todo!" señaló, agradeciendo la atención brindada.
"Nosotros atendemos a los usuarios sin hacer discriminación, sin hacer distinción."
Cristina Aedo, Directora (s) Salud Municipal"
"En Venezuela tienes que llevar tú los implementos médicos básicos para ser atendido. Las jeringas, el suero ¡todo!"
Milay Ramírez, Paciente venezolana"
Distinta visión
En cuanto a la atención de extranjeros, el director (s) del hospital Daniel Núñez, tiene una visión distinta, pues a su juicio "no han tenido buenos controles de salud y muchos de los que han llegado tienen VIH. Llegan con mucha patología concomitante, como la tuberculosis, y es muy difícil comunicarse con ellos (...) No los estoy estigmatizando, es igual que nuestra población, ellos también tienen problemas de salud, y tienen VIH y tuberculosis, es una realidad, y también otras patologías que no manejamos habitualmente acá".
Muchos son los mitos que hay en torno a la llegada de inmigrantes en el último tiempo a Chile. En su mayoría corresponden a prejuicios xenófobos que poco tienen que ver con la realidad. Uno de ellos es que los inmigrantes estarían atestando los servicios básicos públicos, entre ellos la salud primaria. El otro, es que arribarían con diversas enfermedades desde sus países de origen.