Semáforos de Osorno
El 27 de diciembre de 2017 el director de Tránsito del municipio, Luis Vilches, respondió una Carta al Director que yo escribí. En la respuesta, el personero defendía a "muerte" a su jefe.
En mi carta, yo denunciaba falta de respeto hacia Osorno por los tantos meses en que los semáforos inteligentes estaban sin funcionar, tapados con bolsas negras, primero que nada, mostrando un impacto visual feo para una ciudad limpia; segundo, por el peligro que causan porque en algunas esquinas sólo funciona un semáforo de cuatro; y tercero, porque pueden provocar accidentes (hace un tiempo chocó un vehículo policial con un particular en Los Carrera con Freire.
Vilches expresamente escribió diciendo que me quedara tranquilo, porque estaba pronta ya la entrega de las obras de este proyecto del Serviu financiado por el Ministerio de Transporte.
¿Usted cree razonable, señor Vilches, que desde diciembre han pasado cuatro meses y todavía no pone mano dura su jefe? ¿Por qué un parlamentario (el diputado Javier Hernández) está pidiendo explicaciones por tanto tiempo que ha pasado? ¿Qué pretende usted, seguir engañando a la ciudadanía, seguir respondiendo que pronto concluirán las obras?
Espero que esta vez dé una respuesta clara y precisa.
Marcelo Mora
Rol de los obispos
En atención a lo que ocurre con el terremoto de la Iglesia Católica en cuanto a la jerarquía y la lucha del movimiento osornino, quiero felicitar a la comunidad de creyentes de Osorno, pueblo de Dios, que supo poner el tema denunciando a Juan Barros cuando nadie daba crédito a sus interpelaciones, cuando la mayoría de los obispos cerraban filas en favor del círculo de Karadima, hasta ser ofendidos por el mismo Papa Francisco. Hubo cierta mayoría de laicos en la Iglesia local que cerró sus ojos, incapaz de discernir y ponerse al lado del pueblo sufriente que luchó y sigue luchando por esta imposición del obispo Barros, encubridor de abusos sexuales.
Tras la venida del obispo de Roma, fueron (los laicos) objeto de burla y perseguidos para anular sus acciones tanto por la misma institución y por la policía que no les dejaba tranquilos. Aun así no lo lograron, gracias a Dios. Como laica católica no me cabe más que felicitar a mi hermanos en la fe por su tesón y constancia de hacernos ver que el reinado de Dios no puede ni será posible si nos mantenemos en silencio frente abusos de poder y de carácter sexual, donde no se puede validar la palabra de nuestro Señor cuando se actúa en la oscuridad como se ha desenvuelto hasta hoy la mayoría de la jerarquía episcopal.
Nada será distinto si nuestros obispos no dan un paso al costado, en referencia a la Comisión Permanente del Episcopado, primeramente, luego los obispos involucrados y pertenecientes al círculo de Karadima. Esto debe suceder antes del encuentro con el Papa en El Vaticano; además, tienen la obligación moral de resolver los problemas que a todos nos atañe de modo urgente, en transparencia a la luz de Jesucristo, sino será sólo una alerta de terremoto que no va a pasar más allá que un mera admonición
Además, pongo en la mesa los graves problemas en la conducción episcopal ajena a lo que significa el magisterio supremo de la Iglesia que es y sigue siendo el Concilio Vaticano II, con su Eclesiología del Pueblo de Dios, y del llamado a que los obispos y los sacerdotes sean servidores reales del pueblo y no sus "jefes".
Como ya saben , un obispo que no sirve así al Pueblo de Dios, no sirve de nada y debería renunciar a su cargo, sobre todo en la nueva toma de conciencia por parte del Papa Francisco respecto de la conducción episcopal en la Iglesia chilena.
Mantengo viva la esperanza, consciente de que el Espíritu sopla para esos cambios radicales a fin de que la Iglesia pueda ser realmente confiable.
Carol Crisosto Cádiz, diplomada en Estudios Religiosos
Objeción de conciencia
La lectora Maybelin Vargas nos entretiene (Carta al Director de la edición de ayer) con un ejercicio semántico utilizando los términos médico y médica. Sin embargo, nos debe aterrar el cómo desdobla argumentos para obligar a profesionales de la salud a actuar en contra de su conciencia.
Según ella, el recibir dinero del Estado nos obliga a todos a obedecer a este ente. Le quiero recordar que el dinero del Estado es de los ciudadanos. Sólo le invito a imaginar un mundo donde los pobres que necesitan el subsidio del Estado para pagar la luz se vean obligados a encender la televisión sólo para ver TVN.
Sería ridículo y totalitario, infinitamente más ridícula y más totalitaria es su propuesta.
Los abortistas nunca han defendido la libertad, porque en esencia lo que defienden es un individualismo materialista in-extremis. Para poder promover el aborto, hay un otro que debes deshumanizar. Por lo que todos los "otros" que no piensen como un abortista pueden ser deshumanizados o obligados a actuar bajo su voluntad.
En sí, en cada abortista hay un germen totalitario.
Juan Pablo Fuenzalida