"Sabemos que ahora no tendremos que estar a la intemperie a orillas de una ruta de alto flujo vehicular"
Victoria Cañulef, dirigenta social
de Las Cascadas, por nuevo terminal
"El sistema administrativo podría ser más coherente con las necesidades y realidades productivas"
Paulo Arce, presidente
de la CChC de Osorno
Una emergencia química, cuyas causas y daños no pudieron ser precisadas a cabalidad hasta el cierre de esta edición, puso en riesgo la salud de cientos de personas y el medio ambiente la tarde del lunes, al resultar destruido el laboratorio de química del Liceo Eleuterio Ramírez de Osorno, en calle Freire.
El río Damas podría convertirse en el primer río del país en ser declarado como una zona latente o saturada si los resultados que se obtengan del estudio demuestran su alto grado de contaminación. Así lo indicó el director regional de la Corporación Nacional del Medio Ambiente, quien participó en una reunión con los concejales.
En una joyería de Santiago habrían sido ofrecidas en venta las joyas robadas desde un departamento en el edificio Paillahue de Osorno, hecho ocurrido el sábado 9 de abril. Detectives de Osorno viajaron a la capital para rastrear las joyas, entre las que hay pulseras de oro macizo y una cruz de oro con diamantes.
La entrada en vigencia, el pasado 1 de abril, de la Ley de Inclusión Laboral N° 21.015, ha marcado un hito en la sociedad chilena, al visibilizar la discriminación que viven las personas con algún tipo de discapacidad para acceder a oportunidades laborales en igualdad de condiciones. Al ser una ley, las empresas con 100 o más trabajadores deben destinar el 1% de su dotación de personal a trabajadores con discapacidad o que sean asignatarios de una pensión de invalidez de cualquier régimen previsional. Todo ello con el espíritu de incentivar su inclusión al mundo laboral.
Desde una visión de las personas con discapacidad como sujetos de derechos, al igual que todos los seres humanos, esta legislación resulta ser una discriminación positiva, dado que obliga a nuestra sociedad a poner atención y hacer ajustes para generar espacios de trabajo a quienes por años han sido considerados incapaces de producción económica.
Aunque esta ley es un significativo avance en esta materia, surge la reflexión si realmente recoge el sentido más profundo de la inclusión. Así, ¿se contratará a estas personas sólo para cumplir con la ley o porque realmente existe la convicción de que la discapacidad no es sinónimo de limitación?
Como terapeutas ocupacionales, tenemos la oportunidad de participar activamente en que esta ley pase de "una obligación que hay que cumplir" a "reales oportunidades de inclusión social". Este proceso de transformación debe contemplar la asesoría a empresas para generar una valoración de la diversidad de sus trabajadores, de modo de dejar atrás la concepción de que las personas en situación de discapacidad tienen escasas o nulas posibilidades de desarrollo laboral integral.
Además, tenemos el deber de acompañarlas en sus procesos de incorporación laboral, para que conozcan sus derechos, habilidades y competencias, de modo que su experiencia de inclusión resulte exitosa.
Con todo, es responsabilidad del Estado de Chile contribuir a la generación de oportunidades que beneficien a las personas en situación de discapacidad, quienes permanentemente deben interactuar con diversas barreras, tanto humanas como del entorno físico.
Por ello, la inclusión va más allá de la implementación de una ley, sobre todo en un contexto donde la discriminación es parte de nuestro cotidiano. Se trata de seguir una trayectoria inclusiva para que quienes se encuentren en situación de discapacidad no sigan siendo vistas como personas.
Irene Muñoz Espinosa, académica
de la Universidad Central
Por segunda vez en poco más de cinco meses, gran parte de la población osornina tuvo que enfrentarse esta semana a un masivo corte en el suministro de agua potables, afectando el normal desenvolvimiento de las familias en un día laboral y escolar. Mientras la primera interrupción del servicio, ocurrida el 7 de noviembre de 2017, se originó en los trabajos de una máquina retroexcavadora ajena a la empresa sanitaria que rompió un ducto alimentador, en esta ocasión se produjo por una falla propiamente tal de Essal, que el domingo debió comenzar a atender de emergencia la rotura de un tubo del sistema de impulsión del agua en una planta de Ovejería, y que la propia compañía definió desde un primer momento como "espontánea".
Sea por un accidente o por un problema técnico, ambos episodios complicaron enormemente a la ciudad. Gran parte de los establecimientos educacionales se vieron obligados a suspender sus actividades, al tiempo que las familias debieron salir de sus casas para ir a aprovisionarse de agua en los bidones distribuidos por la empresa en distintos puntos de la zona afectada de la ciudad.
Cabe aquí hacer ciertas distinciones para determinar lo que pasó el lunes pasado. Una cosa fue la capacidad de respuesta de la empresa desde el momento mismo en que se registró el rompimiento de la tubería en Ovejería, abarcando desde la comunicación a las autoridades y a la comunidad, hasta la logística empleada para distribuir el agua en los puntos críticos. Pero lo otro, igual o más importante, es que exista claridad respecto de las causas de una falla técnica que dejó a 24.500 familias sin agua y que, en la práctica, reveló la fragilidad del sistema de distribución de agua potable en Osorno.
Si bien Essal salió rápidamente a explicar el plan de contingencia y a informar el cronograma de inversiones, la comunidad se merece una explicación detallada acerca de las causas del corte en el suministro, pues no es normal que una ciudad de este tamaño sufra una interrupción en el servicio de esta magnitud. La Superintendencia de Servicios Sanitarios, en este sentido, tiene un rol relevante que cumplir en la investigación y la comunicación.