La salud ha sido desde siempre una de las principales preocupaciones de los padres a la hora de proveer alimentos sanos y de buena calidad para sus familias. En esta línea, Chile es un país bendecido por la naturaleza, donde nuestro mar, cordillera, lluvia y condiciones inigualables de producción alimentaria saludable, han sentado las bases para llegar a ser una potencia agroalimentaria de primer orden.
Además, y en especial en el sector agroalimentario, la normativa sanitaria chilena es una de las más exigentes del mundo, permitiéndonos exportar, sin problemas, productos agropecuarios a los mercados más exigentes.
Sin embargo, en el caso de la producción lechera, en vez de potenciarse el producto hecho en Chile, hoy está siendo en forma creciente reemplazado con materia prima importada, lo que no es de conocimiento del consumidor, impidiendo a las personas elegir informadamente.
Por años las autoridades no han dimensionado el real impacto de este fenómeno, que por un lado afecta los derechos del consumidor, y por el otro afecta profundamente a la producción lechera nacional, la cual es enormemente competitiva, pero es incapaz de enfrentar la competencia desleal y los subsidios de los países de origen.
Cabe recordar que desde el año 2014 a la fecha, las importaciones de lácteos han superado con creces las exportaciones, con 830 millones de litros importados durante 2017, frente a 338 millones exportados en el mismo período. Este diferencial de cerca de 500 millones de litros es lo que tiene sumido a los productores lecheros en una situación muy compleja.
Esta realidad ha sido promovida principalmente por las transnacionales que operan en Chile, usando al país como plataforma de libre mercado, aprovechando las ventajas arancelarias y las debilidades en la normativa de etiquetado, bajo agresivas estrategias comerciales que no toman en consideración el fomento de la producción nacional.
Hemos escuchado a todos los sectores levantando la voz para que se transparente la información hacia los clientes y se apliquen las medidas necesarias que otorga la ley para potenciar el desarrollo productivo nacional. Guardamos, por lo tanto, cifradas esperanzas en las reuniones sostenidas con las nuevas autoridades, y de los procesos técnico-legales que estamos promoviendo.
Dieter Konow, presidente de Aproleche Osorno