Crisis de Osorno Básquetbol
Cumpliéndose alrededor de cuatro meses caemos en el epílogo de una crónica anunciada: la crisis financiera y administrativa está haciendo desaparecer a Osorno Basquetbol.
Quienes suscribimos esta carta nos hacemos parte del hecho, ya que nos consideramos hinchas acérrimos del básquetbol osornino. Por lo mismo, compartimos los puntos que creemos deben asimilarse para, de una vez por todas, crear una institución deportiva sólida, con carácter proyectivo, sin depender de "colectas" ni apoyo público, que son los parches que mantienen la podredumbre administrativa actual.
1.- Crear una base de datos con inversionistas de todas las latitudes (nacional e internacional), que tengan interés en el básquetbol, para comenzar a crear una carpeta de inversionistas con la que se pueda armar, desde cero, una empresa deportiva.
2.- Contar con un equipo de trabajo, remunerado, de no más de cuatro personas, que estén a diario preocupados únicamente del funcionamiento del club. Externalizar servicios, y no más dirigentes "ad-honorem".
3.- Traspasar, a través de las redes sociales, la identidad que posee Osorno como ciudad histórica del básquetbol, para convertirla en un producto país y masificarlo. Así, turistas y fanáticos del basquetbol tengan la intención de conocer partidos del club (crear una cineteca con videos del club que potencie esta idea).
Para nosotros, esta es la base de un club deportivo. Una institución seria debe estar alejada de las conversaciones de café y dedicarse más al trabajo de oficina entre planillas de Excel y cartas Gantt, para recién allí pensar en lo deportivo.
Ricardo Monroy Rodríguez y Sebastián Quiroz Domingo
"Franziska"
Si usted no ha leído aún la bella y emotiva obra "Franziska", le sugiero que lo haga ahora; más todavía cuando ésta ha sido escrita por el hijo de la protagonista (Harry Jürgensen Caesar, futuro intendente regional). No sólo encontrará aquí a una mujer virtuosa, creyente, esforzada, perseverante y con una fe a toda prueba. Usted agregará más calificatvos en la medida de que avance en la lectura, acompañándola en su aventura de vivir por estas latitudes -pasando por Argentina y alejada de su Alemania natal- en busca de un mejor futuro familiar.
No eran esos tiempos los mejores ni los podían ser de otro modo con la crisis mundial que se desencadenaría en la década del 30. Entonces, salir de Europa para encontrar otras zonas más benignas para una familia era una desafío que se sabía era de alto riesgo, para el que habría que entregar toda la energía física, moral y espiritual. Ese camino es el que recorremos con esa familia; y es ese relato el que debemos leer para iluminar nuestras propias desesperanzas y dudas cuando la vida nos juega malas pasadas.
Esta obra no es ficción literaria ni está basada en argumentos inventados para atraer la atención del lector: es un testimonio de la realidad y de lo que seres humanos han protagonizado en el anonimato de todos los días. Es la historia de una hija, de una esposa, de una viuda, de una madre y de una humilde trabajadora, Franziska. Y no se trata de un escrito dramático: es "Una historia de amor y trabajo", como lo dice su autor.
He aquí su alto valor humano y su poderoso mensaje en estos tiempos de debilidades morales y espirituales; y comprender lo que significa el trabajo cuando permite vivir decente y felizmente a los seres humanos, vigorizando la esperanza y la fe. Franziska cumplió su misión más allá de sus sueños, sembrando semillas para fecundos frutos que la sobrevivirían.
Hace 10 años, ella escuchó y leyó su propia historia, sentada en primera fila al lado de sus tres hijos y en una sala repleta de una cálida audiencia. Frente a un emocionado público, Harry Jürgensen Caesar le dedicará su libro diciendo: "A mi adorada madre y a mis queridos hermanos: para ellos, una conocida historia..."
Gabriel Venegas Vásquez
Despedida a "Piñón" Salinas
Agradeceré a usted dar cabida a esta carta para destacar a un compañero y hermano fallecido el 25 de febrero. Me refiero a un gran ciudadano rahuino de corazón, Edgardo Gastón Salinas Jara (1946-2018), conocido cariñosamente como "Piñón". Nunca se le vio enojado, siempre con una talla, acompañado de una sonrisa a flor de labios, contagiosa y alegre.Formó una gran familia junto a su compañera de toda su vida, Yolanda, sus hijos Marcela y Cristian y sus nietos. En lo religioso, su despedida fue una hermosa misa en la Iglesia San Francisco repleta de amigos.
"Piñón" fue un destacado deportista en el club Arturo Prat y en el Deportivo Bancario, integrando además la selección de fútbol de Osorno. Era hincha de la "U" y profesor de gimnasia del Colegio San Mateo. Terminó su vida laboral con una relojería en República. Se pararon tus relojes y volvieron a funcionar hasta que tu corazón comenzó a latir nuevamente al ingresar al reino del Señor.
"Piñón", nos quisiste y nos amaste tanto más que nosotros, ayúdanos a aceptar tu inesperada partida.
Job Dumenes Vargas