Cuidado de los pies en los adultos mayores
"El mejor tratamiento para las deformaciones es educar al paciente en cuanto al uso del calzado".
El envejecimiento de la población constituye uno de los acontecimientos sociales y demográficos relevantes de las últimas décadas. La creciente población de adultos mayores debe ser integrada al desarrollo, modernidad y especialmente en el área de la salud, es por eso que hoy le damos tanta importancia y cuidados a este grupo etáreo.
Actualmente es muy común que las personas que pertenecen a este segmento presenten alguna clase de problemas en los pies, de hecho son ellos quienes acuden más al podólogo por algún tipo de atención, sobre todo porque el dolor puede ser un factor que imposibilite desarrollar sus actividades de la vida diaria con facilidad. En este sentido, algunos de los problemas más frecuentes que pueden sufrir son deformaciones de los dedos, de las uñas, juanetes, pie diabético y algunas otras infecciones, por lo cual se deben tomar las medidas correspondientes.
El mejor tratamiento para las deformaciones es educar al paciente en cuanto al uso del calzado, descartando los zapatos en punta y con taco alto (para evitar torceduras, caídas o fracturas). Una vez aparecidas estas deformaciones, debe usarse un calzado cómodo y ancho, que brinde estabilidad y seguridad, ayudarse con aparatos que eviten el roce de los dedos con el calzado, para esto último pueden utilizarse protectores de silicona o gel.
Hoy en día las infecciones más comunes se deben a hongos y bacterias que pueden comprometer la piel y las uñas. Para evitarlas es importante mantener un buen aseo y un correcto secado después del baño, ya que la humedad en nuestros pies es el factor desencadenante de las infecciones.
Por su parte, las heridas de los pies suelen ser frecuentes, y en algunos casos graves, especialmente en adultos mayores que sufren de diabetes mellitus y mala circulación. Estos pacientes no deben esperar, tienen que consultar a un médico y a un podólogo de forma inmediata.
Asimismo, la piel del adulto mayor es más frágil y menos elástica, por ello es importante la humectación y la lubricación que le brindamos a diario a través de cremas hidratantes, que permitan que la piel no se reseque.
Finalmente, para que el adulto mayor posea una buena calidad de vida, tiene que mantener todos sus controles de salud al día, sin olvidar el control podológico para tener un buen cuidado de sus pies y mantenerlos en condiciones óptimas. Es fundamental contar con el apoyo de la familia.
Guissella Yáñez Torres, jefe de Podología Clínica
Centro de Formación Técnica Santo Tomás Osorno