En sus 48 de años de existencia, el Paso Cardenal Samoré se verá sometido, en enero del próximo año, a lo que con toda seguridad será la mayor y más exigente prueba de tránsito vehicular y de personas entre Chile y Argentina, producto de la visita a Chile del Papa Francisco, quien entre los días 15 y 18 de ese mes recorrerá Iquique, Santiago y Temuco, en lo que se convertirá en la segunda visita a Chile del máximo prelado de la Iglesia Católica. Será precisamente su presencia en esta última ciudad, en la Región de La Araucanía, la que motivará el masivo ingreso de ciudadanos argentinos, brasileños e incluso de compatriotas de la zona austral (desde donde no hay conectividad terrestre directa), quienes aprovecharán la relativa cercanía que hay con Temuco para ingresar al país por el cruce fronterizo de Puyehue.
Los números que se proyectan permiten anticipar marcas históricas desde la apertura del paso en 1969, superando por amplio margen el registro de enero de este año, que ya había anotado récord de cruces por Samoré. Si en un día promedio de enero, que es el mes con mayor movimiento, circulan nueve mil personas por día, se estima que entre los días 15 y 20 lo harán 14 mil personas; mientras que si la cifra total de ingresos del primer mes de 2017 fue de 212 mil personas, se llegará a las 250 mil.
Tamaño crecimiento de visitantes que a lo menos circularán por las rutas 215 y 5 Sur, con dirección al norte, exigirá una cuidadosa preparación para facilitar el tránsito por la aduana fronteriza y para capitalizar la experiencia turística que vivirán los turistas argentinos, brasileños y chilenos. En este sentido, desde agosto el sector público ya está afinando los detalles para que las diligencias aduaneras sean lo más expeditas posibles en Samoré, lo que necesariamente incluye la llegada de una máquina de rayos X que lleva tres años pendiente. No obstante, no es lo único.
Al sector privado, en particular para los operadores de turismo y el comercio local, también les compete una enorme responsabilidad. Es una oportunidad única para potenciar las bondades locales, de modo que la preparación, tanto en actividades en todas las comunas como incluso en la calidad del servicio a ofrecer, son fundamentales si se desea relevar la identidad de este territorio.