Estamos a casi un mes de las elecciones y poco hemos escuchado de los diversos candidatos sobre la agricultura; y menos en nuestras regiones, lo que se vuelve aún más preocupante. Cierto es que hace pocos días los aspirantes a La Moneda participaron de Enagro presentando sus propuestas, las que, sin embargo, fueron insuficientes, centrándose en la contingencia, pero sin manifestar reales proyecciones de una política país para el rubro.

¿Se habrán olvidado que la agricultura, además de generar alrededor de dos millones de empleos, y en múltiples zonas ser una actividad económica relevante, permite ejercer soberanía en remotos lugares, sobre territorios político-estratégicos, que de otro modo no habría como sustentar en el tiempo?

Pero el más olvidado de todos ha sido el sector agropecuario, lechero y ganadero. La lechería pareciera no ser relevante ni para a las candidaturas presidenciales, ni para nuestros postulantes regionales al Parlamento.

¿Acaso no conocerán que en estas regiones se produce más del 80% de la leche nacional, y que comprobamos hace años que la lechería es la que más mueve al Indicador de Actividad Económica Regional (Inacer), ya que si la recepción de leche aumentara en un 10%, el Inacer aproximadamente crecería en un 7.5%?

¿Tendrán claridad sobre todo el potencial existente para aumentar la producción y que tenemos la mejor leche del mundo? ¿Conocerán a nuestros colaboradores, a sus familias, y la necesidad de seguir creciendo para desarrollar esta zona?

Al parecer, debemos refrescar la memoria: Chile busca ser una potencia agroalimentaria, y la lechería es el rubro más importante para el Inacer regional. Y considerando estas dos afirmaciones, no se entiende el poco peso que el sector agropecuario posee en los diversos programas.

Como asociación, hace años trabajamos por un mercado lechero más transparente, asociativo y sustentable, participando en todas las instancias generadas para este fin, como la recientemente repuesta Mesa Lechera. Pero nada de esto será suficiente si los candidatos a los diversos puestos de representación democrática no incorporan en sus programas, en el sitial estratégico que le corresponde, al sector agropecuario.

Dieter Konow, presidente

de Aproleche Osorno

Signo del explosivo aumento del parque automotriz que se ha producido en la ciudad en los últimos años, y que se expresa en continuos tacos en diversas calles del centro durante las horas punta, la próxima concesión del sistema de estacionamientos pagados en la vía pública considera un aumento de los cupos de los 636 actuales a 689, con lo que se espera aliviar la aguda falta de aparcamientos, por un lado, y descongestionar arterias que hoy se encuentran colapsadas. Entre los cambios más importantes que se alistan en cuanto a la disponibilidad de estacionamientos, figura la eliminación de los cupos con parquímetros que hay en las calles O'Higgins, Matta y Cochrane, en el tramo comprendido entre Bilbao y Mackenna; y en Portales, en la cuadra entre Los Carrera y Baquedano.

Para compensar esta disminución, la futura concesión considera la creación de nuevos espacios de aparcamiento en Mackenna, en el tramo que va desde Matta a Colón; en bahías que hay para tal efecto en la nueva Mackenna, entre Prat y Colón; y en otras dos cuadras más periféricas de la misma avenida. Según lo informado en el municipio, la próxima semana se ingresará al Mercado Público la licitación, de modo que el 2 de enero de 2018 esté en condiciones de comenzar la operación de la nueva empresa que se hará cargo de los parquímetros.

Además de los cambios físicos, los conductores tendrán que enfrentarse a otra novedad, pues se implementará un nuevo tipo de cobro a fin de adecuarse a la Ley de Estacionamientos que empezó a regir este año. De acuerdo a lo anunciado, a partir de enero el cobro se hará según los minutos utilizados, sin tener claridad aún acerca del impacto de esta medida en los bolsillos de los automovilistas.

Será, sin duda, un cambio profundo en lo que se refiere a la posibilidad de estacionarse en el centro, pero que debiera tener un impacto positivo en calles como O'Higgins, Matta y Cochrane, donde en determinados momentos del día es un suplicio conducir. Eso sí, esta medida no solucionará del todo el colapso vial que se vive en el centro y que debe enfrentarse desde múltiples dimensiones. Esta es una tarea de largo aliento que debe ser liderada por el municipio y los ministerios de Transporte y de Vivienda.