"Cuando lleguen al centro tendremos una ordenanza para que hagan un sólo pozo" Jaime Bertín, alcalde de Osorno, sobre tuberías de gas natural.
"El Hogar de Cristo no es sólo comedores, la ayuda de la institución va más allá".
Sady Yáñez, — cantante del dúo La Otra Fe, sobre evento solidario "Cena Pan y Vino".
Estudiantes del Instituto Profesional de Osorno, tras de varias semanas de paro lograron un acuerdo para volver a clases, esto gracias a la intervención de la Asociación de Académicos de la casa de estudios. Entre las peticiones aceptadas está la entrega de 20 becas de alimentación, además de la reformulación del calendario académico.
Tres medallas de oro consiguieron los taekwondistas del club Austral que participaron en la sexta edición de la Copa Araucanía, realizada en Temuco. Entre las medallas de oro están Tamara Saldivia en la serie infantil de exhibición de damas y en infantiles varones combate vencieron Julio Salamanca y Leonardo Villegas.
Una treintena de profesores del Instituto Alemán de Osorno permaneció en la entrada del establecimiento, que por primera vez en su historia se encuentra en esta condición. El motivo del paro es la negociación colectiva y una petición de reajuste laboral, por lo que las clases estuvieron suspendidas dolo por la jornada de ayer.
La decisión de la presidenta Bachelet en cuanto a impulsar un proyecto de ley que ponga término al uso de bolsas plásticas en las comunas con borde costero del país es, sin dudas, una buena noticia, no sólo porque da cuenta del interés real por proteger el medio ambiente sino también porque deja de manifiesto que la visión de un buen gobierno debe superar los límites de lo inmediato y lo urgente para situarse también en contextos de largo plazo.
Desde esa perspectiva, y asumiendo la positiva intención del proyecto de ley recientemente anunciado, resulta indispensable establecer un ámbito de protección mayor para nuestros bordes costeros urbanos y rurales, marítimos, lacustres y fluviales.
Preocuparnos sólo de las bolsas plásticas es bueno para nuestras costas, pero resulta insuficiente.
Es cierto que el microplástico -que son aquellas partículas microscópicas del material con que se elaboran las bolsas que, en buena cantidad, van a caer a ríos, mares y lagos- contamina el agua y por extensión a los peces e incluso a los seres humanos. Sin embargo, no es el único componente que genera impactos negativos en el entorno.
Basta observar las costas en algunos sectores del sur, donde el oleaje acarrea residuos de poliestireno extendido -el conocido plumavit- que se utiliza como flotador en la realización de faenas acuícolas, junto con restos de cordeles, envases y botellas de alimentos -todos de plástico-.
Ampliamente demostrados están también los impactos en materia de contaminación que produce la industria salmonera donde nuevamente el plástico es, precisamente, uno de los materiales más utilizados. A ello se suman residuos de alimentos, restos de balsas, redes y jaulas metálicas inutilizadas, que descansan bajo el fondo marino sin mayor control ni fiscalización.
Abordar el tema de la contaminación de nuestros bordes costeros es un propósito destacable. Y el gobierno está dando un primer paso valioso en esa dirección. Pero, para convertirse en una respuesta efectiva a los problemas que enfrentan nuestras costas, se requiere una intervención mucho mayor, que establezca límites nítidos, que asigne responsabilidades claras a actores públicos y privados, que fiscalice y sancione con severidad a quienes están contaminando uno de nuestros principales activos como país.
Rabindranath Quinteros Lara Senador de la República por la Región de Los Lagos
Desde que comenzó a aplicarse el voto voluntario en nuestro país, la incertidumbre vino a posicionarse como un nuevo e importante fenómeno, de cara a los futuros procesos eleccionarios. Y es que la escasa participación registrada en las pasadas elecciones ha sido la tónica que hoy esperan revertir los candidatos, en el sentido que mientras más participación política exista en una elección, mayor legitimidad tendrán las autoridades electas.
Basta recordar que en época del voto obligatorio era hasta incluso posible hacer un mapa donde habían regiones completas que eran designadas como proclives a votar por una u otra coalición. Tanto era así que hasta los partidos eran capaces antes de llegar a las urnas, de determinar con bastante precisión hasta la cantidad de votos que debieran sacar sus candidatos cuando estos no tenían un contendor de su misma tienda política.
El voto voluntario vino a desordenar ese panorama, pero lamentablemente también de la mano llegó la abstención electoral, un tema que hasta hoy no tiene solución.
Por ello, los llamados a votar, que parten desde La Moneda hasta en los propios gobiernos regionales, han sido parte de las últimas campañas desplegadas para intentar que los chilenos puedan volver a las urnas.
Poder calcular previamente cuál podría ser el número de personas que sufrague en las próximas elecciones presidencial, parlamentaria y de consejeros regionales que se realizarán el domingo 19 de noviembre es un misterio.
En la primera vuelta de las presidenciales de 2013, 6.696.229.000 personas fueron a votar, registrándose una participación del 49,3% y hubo una abstención de 50,6%. Pero a estos datos, en los últimos años se sumó el descontento popular dirigido hacia la clase política, algo que vino a aumentar la incertidumbre, con personas que han declarado en encuestas y redes sociales que no tienen intenciones de participar del proceso de hoy.
Ante este escenario, habrá que esperar qué pasa en un mes y medio, cuando se desarrollen las elecciones, pues para muchos analistas lo más grave sería que la abstención siga creciendo, asegurando para las nuevas autoridades electas un nuevo periodo donde gobernarán o legislarán con una votación baja y que no representa al grueso de los habitantes.