Exceso de lluvias retrasa siembra de cereales en Osorno y Los Ríos
SIN PÉRDIDAS. Aún cuando la labor en octubre ya es tardía, los agricultores locales confían en una primavera favorable y mejores retornos debido a un panorama externo donde se proyecta una menor producción.
El clima, factor determinante para la agricultura, vuelve a generar modificaciones en los planes de los productores, ya que afecta en esta oportunidad a quienes siembran y cosechan granos y cereales.
Luego de cuatro temporadas relativamente secas, este año se ha presentado particularmente lluvioso en el sur de Chile, lo cual impidió que muchos agricultores desde La Araucanía hasta Los Lagos no pudieran sembrar las semillas en los tiempos adecuados para su mejor rendimiento.
Ello se generó debido a lo húmedo y barroso del terreno, donde prácticamente no hubo ventanas o periodos secos que permitieran trabajar la tierra. Esto, según los productores locales, repercutirá en una maduración forzada y un rendimiento más bajo para el trigo, la cebada, avena y raps, principalmente.
Sin embargo, la situación no es del todo oscura. Una primavera húmeda podría acelerar los brotes y así recuperar el tiempo perdido. Por otra parte, los predios tampoco quedarán sin sembrar, por lo que muchos agricultores apostarán a las variedades que de acuerdo a sus contactos, precios y producción, puedan obtener mejores réditos.
"El atraso se debe principalmente a las condiciones climáticas que tuvimos en los meses de junio, julio y agosto. La lluvia impedía hacer labores de siembra; incluso no se podía ingresar a los potreros por el exceso de humedad y barro", cuenta Hernán Seguel, agricultor de Osorno.
Según relata, "desde mediados de septiembre algunos ya dejaron sembrado. Para eso se han hecho controles químicos y quema de rastrojos o praderas para sembrar, pero ha sido muy complicado, porque tienes que tener las máquinas".
Un factor sumamente relevante, sobre todo cuando el reloj juega en contra.
"Hay agricultores que están sujetos a prestadores de servicios que están muchas veces ocupados y no pueden atender al cliente, entonces esa persona pierde la oportunidad de trabajar. El que tiene la maquinaria ha podido ponerse al día, pero estamos sembrando con un atraso que repercutirá en los rendimientos", agrega.
Según el empresario agrícola, la semilla requiere un tiempo para emerger que va entre 90 y 120 días a término. La mezcla de sol y humedad son claves para un mayor crecimiento.
"Apostamos a tener una primavera húmeda, dicen que lloverá la primera semana de octubre y eso es bueno para los que ya tienen sembrado y malo para los que no", añade Hernán Seguel.
Temporada anterior
Patricio Avilés, otro productor local de granos y cereales de la zona, indica que si bien la temporada anterior fue positiva en cuanto al rendimiento por la mezcla de condiciones meteorológicas, ello no aseguró un buen retorno en términos económicos.
"El año pasado fue muy bueno en rendimiento, pero genéticamente no fue muy buena la calidad de los cereales y los granos en general. En cuanto a los precios tampoco fueron buenos en la cosecha, por lo que la temporada no fue positiva, aún cuando hubo mucho rendimiento", explica Avilés.
En esa misma línea, el productor comenta que el bajo valor de pago a nivel de mercado provocó demasiada especulación entre los agricultores.
"Los precios provocaron que muchos productores tomaran de manera tardía la decisión de invertir, por lo cual las siembras que se tenían que hacer en otoño, en muchos casos, no se hicieron", apunta Patricio Avilés, quien en su experiencia personal añade que "nosotros sembramos casi todo en otoño, pero mucha gente postergó esa decisión y después el negocio ha ido cambiando. Este año se ha recuperado considerablemente el precio del trigo y de otros granos, por lo que ahora se ve más intención de siembra. El problema es que el tiempo en esta fecha ya no acompañó".
En efecto, esta temporada fue muy distinta a las cuatro o cinco anteriores donde las lluvias fueron menos intensas y en periodos menos prolongados.
"Agosto fue un mes más lluvioso de lo normal y en septiembre hubo un par de semanas buenas para hacer siembra. Sin embargo, ya hay un porcentaje importante de siembras que no se hicieron en meses anteriores y que se están haciendo ahora con cambios de variedad, lo cual afectará el rendimiento de esos granos", asegura Avilés.
Avena: una posibilidad
Por eso, es muy probable que los productores opten por variedades primaverales de trigo u otro tipo de cereales.
"Creo que los productores apostarán este año más por la avena, porque es un poco más flexible con los tiempos desde la época de la siembra. En el trigo depende de las variedades, porque se pasó el tiempo y ya no se pudo sembrar y hay que hacer cambios", apunta Patricio Avilés.
"Casi todos los granos debieron estar listos en la última semana de septiembre. La primera quincena de octubre ya es tarde (para plantar) y lo que se castiga, principalmente, es el rendimiento de lo que se cosecha en febrero o marzo", continúa.
Asimismo, piensa que los más castigados podrían ser la cebada y los trigos intermedios, porque no se lograron sembrar en su fecha, por lo que hay que pasar a trigos primaverales.
Mirada industrial
Los cereales locales van a los molinos que luego distribuyen los alimentos procesados a nivel nacional.
Pablo Avendaño es ingeniero químico y gerente general de la Sociedad Industrial Kuntsmann de Valdivia, en la Región de Los Ríos, que además posee un molino en La Unión y trabaja con agricultores de Osorno.
"Por la información que tengo, lo que ocurre es que este año ha sido tremendamente lluvioso, entonces los campos no fueron preparados en los momentos en que los agricultores tenían que entrar con la maquinaria para iniciar la siembra. Eso ha generado retraso en los tiempos, principalmente con el trigo", dice Avendaño, quien expone que la situación se replica desde La Araucanía al sur.
"Creo que los agricultores están poniendo otros cultivos, porque en general el trigo es parte de una rotación, entonces me imagino que las ventanas para sembrar son variables. Obviamente que lo ideal es seguir con la secuencia habitual, pero si en un año uno se salta algo o lo modifica tampoco se acaba el mundo. Es decir, el terreno no se quedará sin cultivos".
Las alternativas, explica el ejecutivo, son las mismas en distintas variedades: trigo, avena, raps, cebada o incluso papas, "pero todo varía en base al predio y el producto que cada uno maneja. No hablaría aún de mermas o pérdidas, pero sí de retraso, sobre todo ahora que el panorama se ve más normal", explica.
Mejores precios
El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) informó en el mes de agosto que las intenciones de siembra en el trigo llegan a 216.120 hectáreas para el año agrícola 2017-2018, lo que representa una caída de 4% respecto a la temporada anterior.
Este organismo estimó que para el ciclo 2017-2018 la producción mundial llegará a 744 millones de toneladas, 11 millones menos que la temporada anterior, lo que sin duda mejora las expectativas en cuanto al precio por una menor presencia del producto, aún cuando Chile es un país mayoritariamente importador.
Por otra parte, Brasil tuvo una cosecha 2017 de sólo 5 millones de toneladas, 1,7 millones de toneladas menos que las proyectadas.
Paraguay, un proveedor tradicional de ese mercado, cayó a cerca de 700 mil toneladas, casi la mitad del volumen esperado.
Con todos esos antecedentes, los productores estiman que el valor del trigo estará en torno a los $13.500 por quintal en la temporada.
"Hay un porcentaje de siembras que no se hicieron en meses anteriores y que se están haciendo ahora con cambios de variedad, lo cual afectará el rendimiento de esos granos".
Patricio Avilés, Productor local"
"Este año ha sido tremendamente lluvioso, entonces los campos no fueron preparados en los momentos en que los agricultores tenían que entrar con la maquinaria para iniciar la siembra".
Pablo Avendaño, Gerente general de la Sociedad Industrial Kunstmann"
Trigo primaveral y también la avena son, según los agricultores locales, las variedades por las que apostarán los productores más atrasados.
4% menos calculó el INE las intenciones de siembra en el trigo, alcanzando 216.120 hectáreas para la temporada 2017-2018 a nivel del país.
$13.500 estiman se transará el quintal de trigo a nivel nacional, valor levemente superior al de la temporada anterior.