Una vitrina con un tesoro literario
Desde libros en japónes hasta otro escrito a mano hay en el Museo Violeta Parra.
Violeta sólo editó dos libros en vida. uno fue en francés y su portada la rescató la fundación violeta parra.
El Museo Violeta Parra, ubicado en Vicuña Mackenna, y su exhibición permanente, son un tenue acercamiento al universo de Violeta. El lugar huye de la grandilocuencia, prefiere centrarse en objetos específicos que dotan al museo de un aura de sencillez. Es ese mismo sentido el que predomina en su muestra literaria. En él, las obras escritas por Violeta o sobre ella son presentadas como objetos accidentales: algunas parecen tener la importancia de un libro sagrado y otras ni siquiera pertenecen a la muestra.
Conservado en una de las salas más importantes del museo está la versión original de "Cantos Folclóricos Chilenos", una recopilación escrita por Violeta que sólo pudo ser publicada en 1979. En el libro (recientemente reeditado por Ceibo y la Fundación Violeta Parra Violeta), se narran los encuentros de Violeta con folcloristas y recopila sus historias y creaciones. Ese texto, que se acompaña de fotografías de Sergio Larraín y las transcripciones musicales al pentagrama de Gastón Soublette, forman el corpus más robusto del trabajo recopilatorio de Violeta. Algo parecido sucede con "Poesía Popular", un libro escrito a mano por Parra entre 1958 y 1959, que anilló artesanalmente y que cuenta con una versión digitalizada que se puede hojear en una pantalla de un computador. Sus páginas, escritas con lápiz pasta azul y grafito, no solo muestran las letras de canciones tradicionales chilenas, sino también funcionaban como un diario de vida y como una agenda: hay listas de diligencias por hacer ("buscar carpas, vasos, servicios"), recordatorios ("llamar a Nicanor"), dibujos y hojas en blanco. Imaginar que esas anotaciones son similares a las nuestras es, con certeza, una de las formas de acercarse a la vida personal de Violeta.
Sin embargo, el mayor tesoro literario del museo se encuentra inaccesible al público. Escondido debajo del mesón de ventas, la colección de libros sobre Violeta que Isabel Parra ha recopilado es una muestra del verdadero impacto que ha tenido la obra de la artista en la cultura. En la vitrina se observan cancioneros ilustrados en japonés de los años ochenta, versiones en alemán de mediados de los setenta que describen a Violeta como "el estandarte de la nueva canción chilena", y una copia de "21 son los dolores", una antología de canciones de amor de Violeta Parra recopilada por el crítico Juan Andrés Piña, que bien podría ser reeditado.
Por Cristóbal Carrasco