Qué rico es bañarse en aguas termales, y qué bien se siente el cuerpo después de un baño junto a la naturaleza. Las aguas termales ofrecen una variedad de experiencias y los bañistas acudimos a ellas incluso en días de lluvia. Las termas son una cualidad turística del sur y casi todas se ubican en medio del bosque templado lluvioso de la precordillera de Los Andes. Además del placer de bañarse en agua tibia, están los beneficios curativos de esas aguas y que son recomendadas para el tratamiento de muchas enfermedades.
Sumado a los beneficios para la salud está la condición de montaña, que en nuestro caso nos regala un Parque Nacional Puyehue con 107 mil hectáreas de naturaleza. Allí la provincia tiene dos centros termales reconocidos: termas de Puyehue y termas de Aguas Calientes. Ambas muy cercanas entre sí y a una hora de Osorno por la ruta a Bariloche.
Las termas de Puyehue son propiedad de Termas de Puyehue S.A. Ofrecen hotelería, gastronomía y spa. Las termas de Aguas Calientes nacen en el parque Puyehue administrado por Conaf, están concesionadas por 30 años a la sociedad Turismo y Cabañas Aguas Calientes Ltda., del mismo holding Termas de Puyehue. La empresa recibió el complejo en 1994 y paga a Conaf una renta de 3.830 UF al año, la mitad en efectivo y la otra mitad en obras de mejora de infraestructura.
A 23 años de operar el complejo las instalaciones son buenas, aunque mantienen el servicio original de una piscina techada para 80 personas y una piscina al aire libre a 39ºC para otras 80 personas. El complejo diseñado para 160 personas puede reunir 400 o más en un fin de semana normal, lo que hace ver insuficientes las instalaciones concesionadas.
Mi reflexión apunta a evaluar la conveniencia de que las aguas termales sigan subutilizadas, o si es tiempo de hacer nuevas prospecciones y licitar nuevos lugares de baño para masificar y abaratar su uso con tantos beneficios para la salud. El crecimiento de la población y el turismo como actividad exigen más; necesitamos amplias y modernas piscinas naturales, nuevas instalaciones que nos potencien como destino turístico. Al igual que las playas de mar, ríos y lagos, la montaña y las termas en parques nacionales son un bien nacional de uso público y en cualquier explotación comercial de ellos debe privilegiarse el bien común y el uso masivo de sus beneficios, y hoy las termas de Osorno están en una sola mano con ilimitada agua caliente brotando de la tierra y muy pocas piscinas y limitados espacios para el baño. Sería bueno invertir en termas para masificar su uso.
Raúl Ilharreguy, arquitecto