En este Mes de la Patria, no podemos dejar de hacer un análisis interno y reconocer la situación económica actual. Y es que lamentablemente el sector productivo y empresarial nacional no está en su mejor momento. El pobre desempeño de la economía chilena registró su peor índice semestral desde 2009, según informó el Banco Central durante agosto, ya que el Producto Interno Bruto creció solamente un 0,5 por ciento durante el primer semestre.
Las diversas "reformas" no han hecho más que acrecentar las complejidades que pesan sobre la economía actual. Y no sólo es un diagnóstico local, sino que tanto la agencia calificadora "Standard & Poors" como "Fitch Ratings" bajaron la nota crediticia de Chile. Esta es una mala señal internacional, y una peor para inversionistas y empresarios.
Todo este panorama ha generado una sensación de total incertidumbre; la cual, para los productores y empresarios lecheros, se suma a las particularidades del mercado lácteo chileno. Esta sensación de no conocer el futuro, de falta de capacidad de proyección y claridad en torno a las reglas del juego que experimenta el empresariado, es la que los productores han debido enfrentar por años, debido a una profunda falta de transparencia del mercado.
Cualquier persona que toma una decisión de invertir o desarrollar una actividad está dispuesta a asumir un riesgo. Y como vimos, el mundo empresarial no ve incentivos claros para invertir. Hay que sopesar entonces el riesgo que asumen los productores lecheros para proyectar su negocio en el largo plazo, ya que sumado a que manejan variables tan incontrolables como el clima y el trabajo con seres vivos, comercializan su leche en un mercado poco transparente.
Sin embargo, y pese a todo lo sombrío del panorama general, la lechería sigue atrayendo a jóvenes, nuevos talentos e inversionistas, dispuestos a asumir en forma asociativa todos estos riesgos para producir la mejor leche del mundo: la leche del sur de Chile.
Como asociación gremial nos interesan los temas de largo plazo, para trabajar en pos de que los productores y empresarios lecheros tengan un mejor futuro, y así poder salir de la "década perdida de la lechería en Chile", tal como la llamó el gerente general de RaboFinance, Erik Heyl.
Christopher Spoerer,
director de Aproleche Osorno