Jorge Bueno
Sin duda que entre las sociedades, el halo de misterio sobre la logia masónica siempre ha sido motivo de elucubraciones, debates y análisis. Se dice esto y lo otro, pero sin embargo, tampoco se saben a ciencia cierta esos mismos rumores.
Un secretismo que no es tan así, es lo que pretende dar a conocer el libro "100 años de Masonería en Osorno", escrito por tres miembros de la logia: Joaquín Bode, Carlos Mancilla y Jorge Lisperguier.
Un trabajo que tardó más de un año y 5 meses en realizarse y que motivó una compleja investigación en cientos de archivos, memorias y actas de reuniones, en las cuatro logias que componen la masonería osornina.
Y durante la noche de este martes, en el edificio sede Club Unión, ubicado en calle Matta 1116, se efectuó el lanzamiento de esta obra que recopila en casi 400 páginas la centenaria historia de este grupo vinculado a sectores académicos e intelectuales.
Origen
Este medio conversó con Joaquín Bode, uno de los autores y ex gerente de la Clínica Alemana, quien señaló que la génesis de este libro fue "cómo dejar plasmada la historia de esta institución".
En detalle, Bode cuenta que en sus viajes a Valdivia por temas de la masonería, recordaba junto a antiguos miembros lo que significaba hace una centuria atrás trasladarse desde Osorno hasta la mencionada ciudad del Calle Calle.
"Los hermanos de Valdivia nos anteceden como en cinco años de haberse formado. Y un doctor, hermano de uno de los miembros de allá, escribió también un libro. Se lo pedí prestado y empecé a ver que la fundación de la logia osornina es por los valdivianos. Ahí me fui encontrando con la historia sobre cómo lo hacían para trasladarse desde acá", precisó el autor.
Y el periplo no era menor. Hace 100 años las condiciones de viaje eran infinitamente más complejas que en la actualidad, por lo que el esfuerzo era considerable.
Este contador auditor de profesión recordó que "yo conversé con los familiares de estos primeros hermanos y ni ellos tenían idea: iban desde acá a Trumao, desde ahí llegaban a Río Bueno y ahí tomaban un vapor, porque hasta el año 1960 ese río era navegable y llegaban barcos bien grandes (…) y ahí había un pequeño telégrafo desde donde consultaban cómo estaba el tiempo para seguir en otro bote hasta Corral y desde ahí llegaban a Valdivia. Siempre iban a caballo y en bote. Esto era en el año 1915".
Un dato relevante era el tiempo de viaje. Lamentablemente, según Bode, esa cifra nunca pudo ser cuantificada, pero se calcula que pudo ser una semana.
Para Joaquín Bode, este libro representó además una nueva etapa en su vida, tras jubilar de su puesto de gerente en la Clínica Alemana, por lo que se dedicó de lleno a investigar estos hechos.
Apertura
La iniciativa que va de la mano con dejar de lado una serie de secretismos y misterios que rodean a esta organización.
Y en esa línea, tomando como ejemplo lo realizado por la Gran Logia de Chile, la masonería osornina también abrió las puertas del edificio Club Unión en 2016, donde llegaron más de dos mil personas a recorrer las instalaciones.
Y durante el mismo año se inauguró un gigantesco monolito en avenida René Soriano, ex alcalde de Osorno que también fue un destacado miembro de la masonería local.
"Iban desde acá a Trumao, desde ahí llegaban a Río Bueno y ahí tomaban un vapor (...) y ahí había un pequeño telégrafo desde donde consultaban cómo estaba el tiempo para seguir en otro bote hasta Corral y desde ahí llegaban a Valdivia".
Joaquín Bode, Uno de los autores del libro"
se iniciaron los viajes de los primeros masones osorninos hacia Valdivia. 1915
en la actualidad existen cuatro logias en Osorno, que componen la totalidad de la masonería local. 2017