Paola Rojas
Luego de la entrevista realizada por El Austral al actual presidente de la Federación Nacional de Productores de Leche, Rodrigo Lavín, donde se responsabilizó a la anterior administración de haber provocado el quiebre entre el sector primario y la industria , el ex presidente de esa entidad, el osornino Juan Horacio Carrasco, respondió a estos cuestionamientos sosteniendo que las decisiones tomadas fueron las correctas.
Lavín precisó que las relaciones entre productores y la industria se destruyeron por diversos factores, entre ellos una demanda que polarizó al sector, refiriéndose a la acción interpuesta por Fedeleche en contra de tres industrias -Nestlé, Soprole y Watt's-, por abuso de poder de compra ante el Tribunal de Libre Competencia.
-¿Cree que su gestión es la responsable del quiebre de los productores con la industria?
-Como toda institución, cada presidente imprime su sello personal y tal vez el mío no fue el más pacífico, todo lo contrario, sin embargo yo no me arrepiento de ninguna de las medidas que tomamos, sobre todo en lo que respecta a la relación con la industria procesadora. No tiene derecho (la industria) a hacer lo que se le plazca en Chile, para eso existen gremios y para eso existe la institucionalidad y los órganos del Estado que deben velar porque prime la libre competencia.
-¿Existió alguna vez una buena relación?
-Claramente esto no ha sido así, históricamente los productores con los procesadores han estado sentados por las relaciones comerciales, por lo que creo que no podemos ver a nuestra contraparte comercial como socios, sino como lo que son, la contraparte comercial, con lo cual lo que ellos hacen es maximizar sus ganancias, que es algo absolutamente legítimo.
Diálogo estéril
-¿En esa instancia se planteó el problema que tienen con esa parte de la cadena láctea?
-Ha existido diálogo durante muchos años, pero no ha sido fértil, sino que absolutamente estéril, ya que no se ha logrado determinar ningún tipo de fórmula de polinomio que pueda determinar el precio del producto.
-Y entre los productores; ¿confirma o descarta el quiebre que planteó Rodrigo Lavín?
-Los gremios en general y la federación son tremendamente importantes para los productores, y los gremios o asociaciones que somos parte de la federación estamos muy unidos. Aquí no ha existido ningún tipo de quiebre y vamos a seguir trabajando por lo realmente importante, que es evitar el exceso de importaciones y tratar de cumplir con las expectativas del potencial que tenemos como lecheros.
-Sobre su decisión de sacar a Fedeleche del Consorcio Lechero ¿fue una decisión acertada?
-Hace poco salió un estudio del Rabobank que dice que en Chile estamos usando sólo el 10% del potencial. Ese es un tema grave, que comprueba que la salida del Consorcio Lechero fue absolutamente oportuna y es uno de los puntos en que se nos ha criticado como directiva del periodo anterior. Que una entidad tan seria como el Rabobank diga esto, es porque durante todos los años que estuvo el Consorcio, no logró avances en la producción nacional.
-¿Cuál es la responsabilidad del Consorcio?
-Hoy día vemos que hemos bajado durante los últimos años. Éramos un país exportador y hoy día somos un país importador neto, lo cual es motivo de preocupación para todos: Estado, procesadores y para los productores. El Consorcio, a medida que fue madurando, en vez de preocuparse del interés de los productores, formó un brazo político en representación de las procesadoras.
-Por otra parte está la demanda... ¿sigue sosteniendo que fue una medida oportuna?
-Creo que el sustento técnico, económico y jurídico de la demanda hoy día se mantiene tan vivo como cuando fue archivada. La verdad es que lejos de haber destruido las relaciones entre la industria procesadora y los productores, creo que construyó el respeto necesario que deben tener dos contrapartes comerciales.
-Si el diálogo no fue suficiente, ¿qué cree entonces que se debería hacer?
-El diálogo es fecundo cuando se da con ciertos márgenes de equilibrio. En el caso de la relación entre los productores primarios y la industria procesadora, el desequilibrio es elocuente, como David contra Goliath. Es por ello que los esfuerzos vía diálogo han resultado estériles. En ese contexto necesitamos establecer un arbitraje que permita llegar a acuerdos que subsanen la histórica diferencia.