La Costa es la nueva fuente de la leña que llega a hogares osorninos
MODERNIZACIÓN. Hace 30 años, San Juan de la Costa era casi inviable para la extracción de leña, donde la materia prima provenía de los sectores de Rupanco y Mantilhue, en Puyehue. Sin embargo, hoy esta zona es fundamental en el abastecimiento de la leña que llega a Osorno. La mejora de caminos y la regularización de los terrenos han modificado la ruta de este producto. Académico de la ULagos advierte sobre la pérdida e importancia del bosque nativo.
Un estudio desarrollado entre Corporación Nacional Forestal (Conaf) y el entonces Instituto Profesional de Osorno (ex IPO) -actual Universidad de Los Lagos- en 1987, señalaba que los sectores de Rupanco y Mantilhue, en la comuna de Puyehue, eran los principales centros de abastecimiento de leña para el consumo doméstico de Osorno, mientras que el área de Puerto Octay era la que proveía el mayor volumen de leña larga para uso industrial en aquellos años.
En ese momento, la comuna de San Juan de la Costa era la que tenía menor incidencia en el abastecimiento de la ciudad. Hacia fines de los '80, se consumían 400 hectáreas de tala rasa en La Costa, de las cuales 100 se destinaban al uso industrial y 300 para el doméstico.
Actualmente, en cambio, la mayoría de la leña que se consume en los hogares de la ciudad proviene precisamente de San Juan de la Costa. De acuerdo a los datos proporcionados por la Seremía de Medio Ambiente, el consumo anual de leña en Osorno es de 500 mil metros cúbicos, lo que marca un promedio por vivienda de 12,3 metros cúbicos.
El técnico forestal de Conaf, Héctor Adriazola, fue uno de los encargados de la investigación. Hoy, en su calidad de jefe de Control de Incendios Forestales de la misma entidad estatal, señala que el cambio de las zonas de abastecimiento de leña está marcado por la construcción de nuevos caminos y la regularización de los títulos de dominio en el área costera.
"En ese momento San Juan de la Costa era el sector que menos leña aportaba, porque los caminos hacia la costa tenían dos cuellos de botella, la cuesta Curaco que era de ripio y la que subía a la cumbre, que también era de ripio", recuerda Adriazola. Mientras que en ese momento sí estaban asfaltados los caminos hacia Puerto Octay y Rucatayo.
Según el funcionario de Conaf, la investigación se hizo a través de una encuesta a los camiones con leña que entraban a la ciudad de Osorno.
"A fines de los '80 se mejoró el camino a San Juan de la Costa, pero fue a principios de los '90 que se asfaltaron los caminos secundarios. Ahí, tal vez, empezaron a cambiar las áreas de abastecimiento. Además, había problemas con los títulos de la tierra, por lo cual también hubo que sanearla para luego explotar los bosques", amplía Adriazola.
Explica que en aquellos años el tema de la leña estaba mucho menos regularizado que hoy en día, "sólo llegaba a Osorno, no venía con guía de despacho, aunque tenía que venir con la guía de Impuestos Internos. Cuando cambió la Ley del Bosque Nativo, recién ahí comenzó a exigirse la guía de despacho para la leña".
Datos actuales
Hoy por hoy la leña que calienta los hogares de los osorninos procede de los predios ubicados principalmente en la precordillera y Cordillera de la Costa, en las comunas de San Juan de la Costa, Río Negro y Purranque.
También aportan, aunque en menor cantidad, algunas explotaciones en la Cordillera de los Andes, en Puyehue, más algunos predios de la provincia del Ranco.
"Hoy día tenemos dos tipos de leña: exótica y nativa, desde siempre la leña nativa ha sido la de principal consumo en la ciudad, como el ulmo o hualle, sin embargo, por su explotación indiscriminada, la leña exótica, en especial el eucalipto, se ha ido posicionando en el primer lugar del consumo local", cuenta el presidente de la Asociación Gremial de Comercializadores de Leña de Calidad (EnelSur AG), Robinson Ocks.
Según el dirigente y comerciante del producto, el 40% del consumo local corresponde a leña nativa, con especies como el ulmo, hualle y leñas de madera blanca. Mientras que el 60% restante lo conforma la leña exótica compuesta por especies como el eucalipto, pino, álamo y aromo.
Andreas Auersperg, vicepresidente de EnelSur, explica que en la cadena existen a lo menos cinco grandes productores (sobre 20.000 metros cúbicos por año) que extraen y comercializan la especie eucalipto (leña exótica) y una gran cantidad de productores chicos de la misma especie. La mayoría de ellos funcionan camino a La Costa. Es una realidad que contrasta con lo que ocurría 30 años atrás, donde el sector costero prácticamente no era considerado, debido a las dificultades de acceso y los problemas con los títulos.
Roberto Cañulef, presidente de la Asociación Gremial de Transportistas de Leña (Agretransi), comentó que "la leña que se extrae de San Juan de la Costa viene de Pucatrihue hacia arriba, de El Manzano, Punotro, Aleucapi y Loma de la Piedra. Mientras que hacia la cordillera, camino a Puyehue, se están faenando árboles en Carrico", apunta el representante de los transportistas de leña.
Mirada a largo plazo
Gustavo Torres, ingeniero forestal y académico del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de Los Lagos, explica que lo que hay detrás es una cultura extractiva y que todo el negocio de la madera es muy sensible a los costos de transporte.
Al mismo tiempo, comenta que antaño el acceso a los sectores cordilleranos era mucho más complejo, por lo que se talaba en áreas relativamente cercanas a las ciudades.
"Además, antes había menos medios de transporte y caminos, pero de todas maneras estando en lugares más planos es más fácil que llegue a la ciudad, pero eso se está agotando", advierte el experto de la ULagos.
Para el académico, el daño a los terrenos es visible y los remanentes de bosque nativo cada vez van siendo menos, porque "en general siempre se sacaba bosque nativo, el eucaliptos es algo reciente".
Este proceso de "fragmentación o pérdida de hábitat nativo" que ocurrió en las superficies planas y que ahora amenaza las más altas, para Torres es un fenómeno que se expande en todo el sur de Chile y se asocia principalmente al uso de la leña.
"Estos ecosistemas no se recuperan porque son muy antiguos, a lo más te sale un renoval, pero pierdes ese hábitat de biodiversidad y de otras funciones ecológicas", afirma Gustavo Torres.
Por ello, ese cambio en los centros o puntos de abastecimiento se relacionan, para el ingeniero forestal, en la oportunidad de aprovechar lo primero que estaba disponible, que en ese tiempo era un proceso mucho más costoso.
"Era más fácil ir cerca para extraer la leña. Ahora se ha ido ampliando esta frontera de sitios de abastecimiento. El eucaliptos tiene cierta participación en el mercado, por lo menos a nivel domiciliario urbano y en la mayoría de las leñerías, pero siempre se sigue sacando del bosque nativo y de acuerdo a lo que yo he conversado, antes se utilizaba el tepú, luego cambió al ulmo, que es uno de los más demandados por su mayor poder calorífico", expresó, advirtiendo que estos últimos son árboles antiguos que también cumplen otras funciones, como en la apicultura.
Profundizando en ese punto, Gustavo Torres contó que en la actualidad se están sacando otras especies que antes no se consideraban, como el melí y la luma, las que a su entender se mezclan para la fabricación de leña roja o blanca.
"La blanca en general es coigüe, una especie que antes no se cortaba mucho", explicó Torres, agregando que nuestros bosques son únicos en el mundo.
De hecho, "el bosque templado de esta región lo es. Entonces, hay una biodiversidad y unos servicios ecosistémicos asociados que no se han usado aún, además hay comunidades que viven de ellas y deben permanecer desarrollándose armónicamente en él. No se puede seguir con una cultura sólo extractiva".
Especies en peligro
En la dirección provincial de Conaf explican que los árboles en peligro corresponden a especies del tipo nativo, los cuales son altamente cotizados gracias a su poder calórico, donde destacan el ulmo, luma, melí, olivillo y tineo.
"Hoy están en peligro todas aquellas áreas cubiertas por bosque nativo, pero principalmente las que son destinadas a protección de cursos o cuerpos de agua, dada la problemática que se observa por la escasez del recurso hídrico y el deterioro de su calidad, ya que estas zonas de protección hoy amenazadas constituyen verdaderos filtros que purifican y mantienen las reservas de agua necesarias para el consumo de las personas", apuntan desde la Conaf Osorno.
Así, formalizar el negocio y aplicar planes de manejo no sólo va en favor de una leña de mejor calidad y seca que contamina menos, sino también a la renovación de los bosques y el uso de esta materia prima de manera de manera sustentable en el tiempo.
En 1987 Se consumían 400 hectáreas de tala rasa. 100 se destinaban al uso industrial y 300 para el doméstico.
En 2017 El consumo anual es de 500 mil metros cúbicos al año, lo que marca un promedio de 12,3 metros cúbicos por casa.
"En 1987 La Costa era la que menos leña aportaba, porque los caminos tenían dos cuellos de botella".
Héctor Adriazola, Funcionario de Conaf"
"Estos ecosistemas no se recuperan porque son muy antiguos, a lo más te sale un renoval, pero pierdes ese hábitat".
Gustavo Torres, Académico de la ULagos"
40% de la leña consumida en Osorno es el del tipo nativa, con especies como el ulmo, hualle y leñas de madera blanca.
4 nuevos centros en Osorno es exótica, compuesta por especies como el eucaliptos, pino, álamo y aromo.