¿Barcelona?... Desde que Caín mató a Abel hasta el infierno en La Rambla del 17 de agosto de 2017 de esta civilización, ¿hemos evolucionado?
¿Evolución?: Internet, celulares, guaguas en probeta, células madres, viajes a Marte, botox, silicona, satélites, criogenización, implantes de microchips, inteligencia artificial, etc. De hecho, hoy vía tecnología saben con lujo de detalles dónde estamos, con quién y en qué andamos.
En fin, decíamos, mientras, la televisión hace su agosto o las bolsas suben y bajan, siguen los rumores de siempre; que esto está programado, que todo es pantalla para vender armas, que los terroristas están subvencionados por quienes les compran petróleo, que países musulmanes tan ricos como Arabia y Emiratos no reciben inmigrantes o que quieren implantar una especie de policía mundial.
¿Cómo llegamos a esto? Desde los primeros piedrazos entre cavernícolas hasta el sofisticado armamento bélico de hoy, mucha sangre ha corrido bajo el puente. Y ya sea por mamut, oro, imperios, faldas y/o todo tipo de conquista terrenal, incluida religiosa, el troglosapiens jamás ha dejado de buscar camorra.
Y aquí estamos, en un diálogo de sordos que tiene al mundo pendiendo de un hilo, colgado del ánimo de Hezbollá, Isis, el último discurso de Mr. President, la suspicacia sionista, el fanatismo terrorista o incluso de los mal entendidos derechos democráticos.
Se dice que la guerra, como la farmacéutica, tráfico de droga y transgénicos es lo que mueve el pequeño mundo de los grandes negocios; sin embargo, como es imposible comprobarlo no pasa de ser un pelambre.
Ahora, después de este penúltimo doloroso atentado, imposible no preguntarse, ¿por qué?: A) Genética B) Pobreza espiritual C) Desarrollo mental incipiente D) Ignorancia supina E) Sólo ambición F) Todas las anteriores.
Por supuesto, no hay que ser entendido para darse cuenta que a estas alturas poco importa que tan sofisticadas sean las guerras ni oscuros los motivos, porque a pesar y después de todo, esta "evolución tecnológica" sólo está sirviendo para ver en vivo y en directo algo que no ha cambiado: el hombre. Y eso sí aterra, ¿no cree?
Vivian Arend