Visita Papal y transparencia
Se estima que seis millones de dólares costará la visita del Papa Francisco a Chile. Por esto, el gobierno, presuponiendo que los piados empresarios no pueden donar sin deducir impuestos, prepara una ley corta para eximirlos de ellos si donan a la causa.
Al respecto, ¿por qué sacrificar las arcas del erario público por el financiamiento de una actividad privada? Se podría argüir que se debe a que es un Jefe de Estado quien viene, no obstante, el obispo Fernando Ramos que preside la coordinación nacional, ha señalado que el motivo de esta visita es estrictamente pastoral. ¿Por qué un evangélico debería soportar que beneficios a sus proyectos sociales corran riesgo porque el fisco tendrá menos dinero?
Por otra parte, se podría sostener que corresponde financiar con detrimento fiscal esta visita por la función pública que la Iglesia Católica realiza en la sociedad. No obstante, el Papa no viene a satisfacer ninguna función pública, sino a presidir misas. En ese sentido, no es lo mismo liberar del pago de impuestos al Hogar de Cristo que al Papa.
Otro elemento igual de significativo es que los seis millones de dólares es una estimación. ¿Qué pasa si se gasta menos considerando la frugalidad del mismo Papa? ¿A dónde irá a parar ese dinero? Es de esperar que esta visita, por su modo de financiamiento, no implique que en las misas presididas por su santidad las familias acaudaladas tengan asiento reservado en primera fila mientras el laicado que hace la pega diaria financiando sus proyectos sociales a base de venta de empanadas, deba hacer vigilia para quedar a cientos de metros del altar.
Gran parte de estas interrogantes nacen de la exigencia por la Transparencia con los recursos que dispone la Iglesia, y digo exigencia, porque desde septiembre de 2016, la Conferencia Episcopal de Chile suscribió un acuerdo con Transparencia Internacional en el cual se obligan "a establecer un conjunto de medidas de transparencia y de apertura de datos que faciliten la rendición pública de cuentas" como se informa en la web institucional.
A casi un año de este acuerdo, ¿dónde están los avances en transparencia en la Diócesis de Osorno? ¿Qué ha hecho el obispo Barros para rendir cuentas públicas del manejo económico de su gestión? A decir verdad, hay algo que el señor obispo ha hecho y es evadir las solicitudes que laicos y sacerdotes hemos elevado al obispado.
Esta exigencia toma mayor fuerza cuando la Arquidiócesis de Santiago ya ha implementado estos estándares con lo cual nos enteramos que era propietaria de una importadora de autos de lujo, lo cual fue un escándalo.
A no ser que no se quiera transparentar información precisamente para evitar un escándalo antes de la visita del Papa, el obispo Barros debe dar señales de que no es así.
Juan Carlos Claret Pool
Inmigrantes haitianos
Nuestras ciudades están acogiendo a inmigrantes internacionales, identificando fácilmente a los haitianos por su inconfundible tez morena e idioma propio, procedencia ajena a la de quienes llegan a Europa, entre ellos terroristas ideológicos que desprecian la vida propia y ajena.
Al cruzarme en una vereda sureña con un modesto haitiano me sorprendió su predisposición para causar una buena impresión, saludándome con un hola. Le correspondí y medité que la iniciativa del saludo debería haber sido al revés, como bienvenida de anfitrión territorial bien intencionado.
Quienes pueden entenderse idiomáticamente con los haitianos seguramente les advierten la importancia de acogerse a nuestras leyes incondicionalmente, puesto que cualquier falla individual puede alterar la buena predisposición del gobierno para recibirlos, a sabiendas que tanto su tez como su problema idiomático presentarán severos escollos para asentarse con rapidez, y que un mal ejemplo puede desprestigiar al resto de los inmigrantes, tal como ocurre en Europa con los musulmanes.
David Benavente
Ropa sucia
Por ley debieran ser públicas todas las actividades y sesiones de los partidos políticos, única forma de cautelar el derecho de los chilenos a estar informados de si están cumpliendo con el estándar ético y los principios políticos que ostentan, para así el ciudadano definir con máxima certeza a quién apoyar con su voto.
Lo anterior, recordando las desafortunadas palabras de la candidata a la presidencia de la República Carolina Goic y de dirigentes del Frente Amplio, de que la "ropa sucia se lava en casa", ello en relación al escándalo que sacudió al Frente Amplio y que por los hechos debiera llamarse con todo respeto "Frente Angosto", ya que entre cuatro paredes arrió su bandera de lucha de ser el partido destinado a renovar la política.
Recordemos que la frase "La ropa sucia se lava en casa" ha sido una práctica habitual de las familias corruptas y de las organizaciones clandestinas e imitada, como lo podemos comprobar, por los partidos políticos para ocultar ante la opinión pública la verdadera moral política y privada de sus dirigentes y parlamentarios.
Jaime Manuel Ojeda Torrent